Sesión. Personas vinculadas a diferentes entidades municipales participan en la acción formativa - Javier

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David Masiá habla a la misma velocidad que, según explica, es necesaria para dar una respuesta satisfactoria a una parada cardiorrespiratoria. Lo hace poco antes de que dé comienzo el curso de Soporte Básico Avanzado y Desfibrilación Automática, que se desarrolla entre ayer y hoy en la Residencia Geriátrica y Centro de Día de Sant Lluís.
"Cada minuto que ganas supone entre un 7 y un 10 por ciento de incremento de la supervivencia. La clave es formar al personal no sanitario para que sepa responder de una manera rápida y eficaz cuando se produce una fibrilación ventricular", detalla Masiá, quien se encarga de impartir este curso dirigido a personas vinculadas a diferentes entidades del municipio.

Cadena de supervivencia
"Lo que pretendemos es explicar lo que se conoce como cadena de la supervivencia, es decir los cuatro eslabones que pueden marcar la diferencia entre la muerte y la vida porque la llegada de una ambulancia medicalizada puede no servir de nada si no se actúa antes. Podríamos decir que si en los diez minutos que tarda en llegar, no se hace nada el pescado está todo vendido", añade el instructor.

Masiá insiste en que lo importante es familiarizar a gente corriente con esta cadena. "Lo de esperar a que lleguen los médicos ha pasado a la historia, hay que saber qué hacer para que su trabajo tenga sentido", reitera. ¿Y qué hay que hacer? El instructor explica que el primer eslabón es identificar la situación y activar los servicios de emergencia; a continuación, hay que aplicar técnicas de reanimación básica. "Realizar bien las maniobras supone multiplicar por cinco el índice de supervivencia", asegura.

El tercer eslabón consistiría en utilizar "con rapidez y eficacia" un desfibrilador automático, constituyendo la llegada de la ambulancia medicalizada el último eslabón de la cadena. "Si sabemos participar de esta cadena el índice de supervivencia pasa del 2 al 70 por ciento, por eso es clave actuar rápidamente, la actuación no debería superar los ocho minutos", remarca.

Por este motivo, y por su contribución a avanzar en la consideración de Sant Lluís como municipio cardioprotegido, Masiá se mostraba expectante y contento por la acción formativa, en la que, además, de hablarse sobre estos cuatro eslabones, los participantes aprenderán a saber identificar la perdida de consciencia, la ausencia de respiración y la presentación de una parada cardorrespiratoria- clave a la hora de comenzar la cadena- , a aplicar las técnicas de reanimación, utilizar un desfibrilador, actuar bajo presión en situaciones de estrés o conocer los aspectos básicos de este instrumental, una unidad del cual quedará en la Residencia sumándose al ya existente en el campo de futbol.