Ladrón de Guevara. El primero por la derecha, junto a otros ganadores del Born en 2005 - Archivo

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Eduardo Ladrón de Guevara (Madrid, 1943) es desde hace años, y en gran parte debido al éxito de la serie "Cuéntame cómo Pasó", uno de los pesos pesados de la televisión nacional, y dicen que uno de los guionistas mejor pagados del país. Licenciado en Ciencias de la Información, trabajó en "Pueblo", "Informaciones" y la agencia Colpisa para luego dar el salto al mundo del teatro, una etapa que culminó con el Premi Born en 1989 y después dedicarse casi por completo a la "tele". Hoy, a las 20 horas, ofrecerá una conferencia en el Cercle Artístic con motivo del inicio de los actos programados con motivo del Premi Born, que se otorga mañana en Ciutadella.Otra vez por Ciutadella de Menorca, y ya son unas cuantas, todas relacionadas con el mundo del teatro.

¿Supongo que se sentirá como en casa?

Siempre por el teatro y siempre en invierno. Y además tengo que decir que es una ciudad maravillosa, donde además se come exquisitamente, pero donde he pasado más frío que en Laponia… Viví muchos años en Noruega, y nunca he pasado tanto frío como en Menorca… Se ve que he tenido mala suerte y nunca he ido en verano…

En 1989 vino a recoger el Premi Born por su obra "Cuidados intensivos". ¿Cómo ha cambiado el panorama teatral desde entonces?

Creo que el teatro tiene una mala salud de hierro, pero se puede decir que la situación es mejor. La gente va al teatro y eso ya es algo distinto. Es verdad que ya casi no existen compañías estables como entonces, como cuando era joven, me refiero a esas compañías que llevaban un repertorio y estaban durante dos años recorriendo el país. Eso ha desaparecido. Ahora las compañías hacen "bolos". Han desaparecido los empresarios que se juegan el dinero como los que yo conocí; esos ya no existen. Ahora lo que hay son empresarios que juegan con las subvenciones, y si no hay subvención, las obras no se estrenan.

Los ganadores de las últimas ediciones del Born coinciden en destacar la importancia del premio, pero lamentan que sus obras no lleguen a estrenarse. Usted lo consiguió, aunque 10 años después .

Yo conseguí estrenarla, pero dejé de escribir teatro a partir precisamente de ganar el premio. Aún representan algunas de mis obras, pero la del Born fue la última obra que estrené y ya me dediqué por entero a la televisión…

La conferencia que ofrecerá esta noche en el Cercle Artístic lleva por título "El escribidor de historias en la jungla". ¿Cómo es esa jungla?

Me refiero a las junglas del teatro y la televisión. Son dos terrenos cargados de peligro que cuando te adentras en ellos te pueden costar la vida; en mi caso, me costó una angina de pecho de la que afortunadamente me he recuperado, y aquí estoy, al pie del cañón. Además, soy un privilegiado porque he tenido éxitos; ahora soy un guionista al que los productores llaman y encargan proyectos, que es algo fantástico.

¿Cómo cambio su vida el éxito de "Cuéntame cómo pasó, un proyecto en su día rechazado por prácticamente todas las cadenas?

"Cuéntame cómo pasó" es y ha sido un grandísimo éxito, pero antes tuve otros que me consolidaron. Yo escribí una serie paradigmática como "Farmacia de Guardia" y después "Los ladrones van a la oficina". Hace diez años empezamos "Cuéntame", una serie que durante ocho años no la quiso nadie, fue rechazada por todas las cadenas, hasta que TVE, que también había dicho que no en varias ocasiones, la compró.

¿Tiene cuerda para rato la serie?

El éxito es tan grande… Pensé que este año íbamos a sufrir problemas de audiencia y estamos con más de cuatro millones de telespectadores cada semana. Creo que, al menos, vamos a hacer dos temporadas más.

Dejando a un lado la que ha sido la serie nacional más exitosa de los últimos tiempos, ¿qué opinión le merece la ficción española?

Está cada día mejor hecha en televisión; está mejor realizada e interpretada, y sin embargo es menos comprometida. A mí me gustaría mucho que la ficción española apostase más por el riesgo, que bajase de esa nube de un mundo maravilloso en la que vive y tocase temas de actualidad. A mí, cuando veo series de la HBO, como "Los Soprano", donde aparece gente que va a misa, comulga y se cepilla los dientes, y que es aparentemente honorable pero que mata, esos personajes me interesan mucho, como los que protagonizan otros títulos como "Mad Men"…

La ficción americana vive su época dorada, ¿es un poco la línea que se debería seguir en España?

Ya se intenta. Pero no es un problema de guionistas y directores… sino de las cadenas que no apuestan por el riesgo, y así seguiremos haciendo una televisión formalmente bien hecha, pero que adolece de ser valiente…

Sin embargo, las series americanas son productos muy caros, con presupuestos en algunos casos similares a los del cine para cada capítulo…

Las series de televisión tienen grandes presupuestos ya en España; cualquier capítulo puede estar por lo menos en los 700.000 euros. No es un problema presupuestario, es un problema de aceptar los riesgos.

¿Podríamos definir como poco arriesgado hacer remake de una serie de éxito en los 80 como "Cheers"…?

Exactamente. Yo me sentí muy decepcionado cuando vi el resultado de "Cheers", y me sorprende que no se apueste por proyectos nuevos.

Usted también ha hecho alguna incursión en el mundo del cine…

El cine está en una situación difícil, la crisis se nota, y la última película que hice fue con José Luis Acosta, "No dejaré que no me quieras" en 2002. No he vuelto a hacer cine porque vivo de esto; no soy rico, pero no quiero pasar ya por más problemas y en la televisión me pagan muy bien.

Dice que no es rico, pero desde hace años se comenta que usted es el guionista mejor pagado de España… ¿Lo sigue siendo?

… (risas) Pues no tengo la menor idea…. Me lo han dicho muchas veces. Pero si fuese así, significaría que el resto está muy mal pagado. La situación de los guionistas en España no es nada fácil, lo que ocurre es que hay unos cuantos, entre los que me encuentro, que no vivimos mal. Pero ya le digo que me gustaría ser rico… Como decía Fernando Fernán Gómez me gustaría llevar una vida de gran lujo, pero no lo he conseguido.