Nave. La primera fase de los trabajos consistirá en desmantelar la cubierta así como las chapas metálicas frontales y laterales del edificio - Gemma Andreu

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Seis meses después del trágico incendio que calcinó la planta de Tratamiento Integral de Residuos Voluminosos (TIV), la maquinaria de desguace comienza a abrirse paso entre los escombros. Las obras de rehabilitación de la nave central se iniciaron el pasado jueves aunque no fue hasta ayer cuando una máquina provista de una cizalla inició los trabajos de demolición.

La primera fase de las obras consistirá en desmantelar la cubierta de la nave, así como las chapas metálicas laterales y frontales. "El edificio quedará a ras de suelo, tanto el techo como los cerramientos y la estructura metálica se echarán abajo", explicó ayer por la tarde el gerente de la planta de residuos gestionada por Caritas, Rodrigo Carreño, quien vaticinó que esta primera etapa de los trabajos se llevará a cabo durante todo el mes de diciembre.

Posteriormente, llegará el momento de reconstruir el almacén calcinado, levantando de nuevo la estructura y renovando las instalaciones eléctricas y de fontanería, unas labores que se prolongarán hasta el próximo mes de abril. En concreto, el contrato con la empresa que lleva a cabo las obras, Construcciones Toni Capó S.L. de Ciutadella, finaliza el 21 de abril aunque Carreño espera que los trabajos puedan concluir con algo de antelación.

Las obras de la planta de residuos voluminosos tendrán un coste de 900.000 euros, de los que se hará cargo la compañía aseguradora que también correrá con los gastos de la nueva maquinaria, cuyo coste alcanza los 400.000 euros. "AXA, que llegó a un acuerdo con los peritos, sufraga todos los gastos. La verdad es que estamos muy agradecidos porque se han portado estupendamente con nosotros", puntualizó el gerente de la TIV.

NUEVAS TRITURADORAS
Por otro lado, ya se han iniciado los trámites para adquirir las máquinas necesarias para retomar la actividad de tratamiento de residuos de manera inmediata una vez finalizadas las obras. Los envíos pueden demorarse entre dos y tres meses y los responsables de la planta no están dispuestos a perder ni un minuto más. Uno de los mecanismos que fue pasto de las llamas el pasado 2 de junio fue una instalación de trituración de elevado coste.

Caritas ha hecho frente a la adversidad buscando la manera de mejorar la gestión de los residuos y, por ello, ha comprado dos trituradoras en vez de una. Carreño explicó que se trata de máquinas menos sofisticadas pero que permiten tratar más tipos de enseres "Esta maquinaria permitirá valorizar más los residuos, tratando mejor los plásticos, la chatarra y las maderas", señaló el gerente, quien matizó que, al triturar los residuos por separado, la planta podrá enviarlos a la Península para su reciclaje y, de este modo, se evitará que acaben en el vertedero.

Mientras se desarrollen las obras, los trabajadores de la primera empresa de inserción de Balears continuarán llevando a cabo su labor en una zona habilitada en las instalaciones de Triatges Menorca, en Alaior, a la espera del que la nave cercana al Aeropuerto de Menorca se reinaugure tres años después de su puesta en marcha