Encuentro. Urrutia y responsables de APB junto a miembros de los medios de comunicación - Paco Sturla

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El presidente de Autoridad Portuaria de Balears (APB), José María Urrutia, manifestó ayer que la única forma que tiene el puerto de Maó de recuperar la senda del crecimiento del turismo de crucero es la promoción específica de la Isla en una estrategia común que aúne a instituciones públicas y al sector privado. "Si no vendemos juntos el destino no vendrán más cruceros", aseveró rotundo. En este sentido, advirtió que es precisamente el atractivo turístico de la Isla el que mueve a las compañías navieras a fijar sus escalas y no las condiciones de los puertos. Este año se espera la llegada de 78 cruceros a Maó, un 17,8 por ciento menos en relación a 2010 (95 barcos).

De hecho, respecto a las críticas de parte de la comunidad portuaria que considera que la falta de infraestructuras adecuadas ha provocado que Maó se haya descolgado de las rutas de los grandes cruceros, el presidente enfatizó que lo que realmente limita la entrada de estos buques en la rada no es la línea de atraque, sino los problemas de seguridad en la bocana de acceso al puerto. "La excusa de que no vienen barcos porque las instalaciones del puerto de Maó son insuficientes es fácilmente desmontable", añadió. Urrutia apoyó su argumentación acudiendo a la comparativa con el puerto de Palma. En su rada, apuntó, se registraron unas 700 entradas de cruceros en 2008 y cerca de 300 fueron de buques de eslora por debajo de los 240 metros. "Este segmento del tráfico debe ser precisamente el potencial objetivo de Maó", recalcó. Estos buques de media eslora se caracterizan además, según APB, por llevar un pasaje de mayor poder adquisitivo. La opción de construir un dique exterior, fue también descartada automáticamente por el responsable de puertos, no sólo por el impacto que esta infraestructura ocasionaría, sino por su coste y el largo proceso de ejecución.

Urrutia insistió en que la APB lleva a cabo un gran esfuerzo en las ferias donde acude en favor de la promoción específica de puertos como Maó y Alcúdia. "En Palma consignatarios y empresarios llevan años vendiendo ese destino y ahora recogen los frutos", resaltó. En este sentido, volvió a recurrir al ejemplo y comentó que un reciente estudio realizado en el puerto de Barcelona revela que mientras un pasajero deja a la Autoridad Portuaria, cuatro euros, en la ciudad Condal deja 99. "Los máximos beneficiados en el tráfico de cruceros son los sectores que están fuera del puerto", incidió.
El presidente de APB hizo estas declaraciones en el transcurso de las jornadas que el ente portuario celebra en Maó para dar a conocer a los medios de comunicación de la Isla el marco jurídico y organizativo en el que se sitúa el puerto de Maó dentro de Puertos del Estado, así como lo que representa desde el punto de vista económico y los proyectos presentes y futuros que acogerán sus aguas.

Precisamente, durante la ponencia ofrecida ayer por el director de APB, Jorge Nasarre, se hizo pública una encuesta sobre el grado de satisfacción de los cruceristas y capitanes de barcos que hacen escala en Maó en la que se constata un alto grado de satisfacción. El 80 por ciento de los entrevistados dan la máxima puntuación al destino Menorca, valorando expresamente el paisaje y la seguridad. Sin embargo en el lado negativo de la balanza colocan el horario de las tiendas, de ahí la insistencia de Urrutia en profundizar el trabajo en común. "Maó necesita una transformación y estamos dispuestos a trabajar, pero no podemos hacerlo solos. Estamos dispuestos a invertir y a escuchar otras opiniones pero necesitamos la colaboración de la sociedad". Las palabras de Urrutia coinciden precisamente en el tiempo con el anuncio del Govern de que Menorca podrá decidir desde principios del próximo año su propia promoción turística.