ESTUDIANTES. Cada vez mejor formados, se enfrentan a un futuro laboral tremendamente complicado - Carles Mascaró

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A la espera de las conclusiones que hoy puedan sacar los expertos, el tanteo realizado por este periódico sobre la realidad de los alumnos de hoy permite describirlos con las cuatro palabras que encabezan este artículo: Sobradamente preparados, resignadamente desmotivados. Como si fuera un anuncio televisivo, muchos coinciden en que los jóvenes actuales son los mejor formados en décadas, pero en cambio, afrontan un panorama laboral que oscila entre el gris y el negro.

Un empleado de banca era quien acuñaba la descripción de esta generación de estudiantes: "Sobradamente preparados, con los ánimos por el suelo y con un futuro dudoso", aseguraba. Las perspectivas que tienen estas personas al salir de las aulas y tener que ganarse la vida con su propio sueldo son, explica este trabajador, "nefastas". Además, critica la esencia de la sociedad actual que, según afirma, "parece que sitúa como máximo objetivo ser funcionario, y en cambio no incentiva para nada a los emprendedores".

La sensación de que en las aulas se vive algo más refugiado de un entorno laboral poco optimista es común a todos los entrevistados. Una joven que combina su trabajo con sus estudios admite que "no veo nuestro futuro nada claro. Tengo la sensación que cada vez es más complicado que los estudios universitarios nos faciliten la incorporación al mundo laboral. A veces pienso que no quieren personal cualificado". Un médico con una larga carrera a sus espaldas también pinta de color gris la realidad educativa: "Los estudiantes que yo conozco están desorientados y confundidos, pero a la vez son aplicados y se preocupan por hacer bien su labor". El problema, así, no está en los estudiantes, sino en el futuro que les espera. Es algo en lo que coincide un veterano representante del empresariado, quien defiende que "la época de juventud ha sido igual en todas las épocas. En esa edad, tienes unas determinadas inquietudes, pero la juventud es la primera parte de nuestro futuro y merece la pena dedicarle todos los esfuerzos que podamos".

Independientemente de la actitud de los estudiantes, este representante empresarial aventura que "el futuro que les espera a estos jóvenes será muy duro, sobre todo durante los próximos cinco o seis años. Si acaban la carrera universitaria, se tendrán que quedar lejos de Menorca para encontrar un empleo acorde con su formación, puesto que veo pocas posibilidades de generar empleo cualificado en la Isla ahora mismo. Esperemos que las cosas cambien. Sería lo deseable".

Una dificultad añadida al panorama laboral son los cambios constantes en el panorama educativo. Una estudiante, afectada directamente por el Plan Bolonia, considera que con este nuevo marco "los estudios universitarios son totalmente elitistas, y seguramente muchas titulaciones universitarias están mejor valoradas en otros países. Además, con este Plan no te especializas en nada, es casi imposible combinar estudios y trabajo... Un desastre".

Todas estas cuestiones se pondrán sobre la mesa este mediodía, a las 12 horas, en el salón de actos del Instituto Pasqual Calbó de Maó, en una tertulia abierta al público.