Denuncia. Natàlia Sans afirma que su caso no es aislado y lamenta los impagos por parte del Govern - Paco Sturla

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La silla de ruedas eléctrica son las piernas para Natàlia Sans Rosselló. Sin la ayuda de sus cuidadores no podría levantarse de la cama cada día ni moverse sin su vehículo. Es una persona dependiente, pero eso no significa que no sea valiente para denunciar el trastorno que está causando el retraso de la llegada de unas ayudas que le fueron aprobadas y que le corresponden por ley.

No se amedrenta y da la cara, porque sabe que no es la única afectada y que con su testimonio puede ayudar a que la sociedad sea consciente del drama que padecen muchas familias de personas dependientes que no reciben las prestaciones a las que tienen derecho. Natàlia Sans lleva dos años esperando que el IB-Salut le abone la subvención por la compra de su silla de ruedas eléctrica. No es un capricho, es el aparato que le permite tener movilidad para intentar sobrellevar su enfermedad y encarar una vida lo más normal posible.

Cuando la silla se hizo imprescindible para ella, la doctora en Ortopedia le recetó el aparato. Tras la solicitud, el IB-Salut le aprobó la partida presupuestaria para adquirirla. La silla costaba 4.500 euros y la Conselleria balear de Salud le dio el visto bueno a su expediente para que recibiera 3.700 euros para su adquisición. A la afectada le urgía disponer del aparato y tuvo que pagar en efectivo, de su propio bolsillo, al establecimiento especializado en ortopedia para llevarse la silla a su casa. Lo hizo con la confianza de saber que recibiría la ayuda por su compra.

Pero lleva dos años esperando y el tiempo va pasando sin que reciba respuesta. "El expediente de tu silla está aprobado, pero no hay partida presupuestaria", es lo que le dicen desde la Conselleria. "Les llamo al menos una vez al mes para saber si recibiré mi ayuda, cada día reciben centenares de llamadas de casos como el mío, de peticiones de ayudas para la compra de sillas de ruedas, muletas o andadores. Me dicen que el Govern balear está negociando un préstamo para pagar lo que adeuda. La situación es triste y grave porque detrás de los números están muchas familias que tienen personas dependientes o enfermas". Señala que "son unas partidas de dinero que teníamos que cobrar los que tenemos la mala suerte de no poder caminar y que estamos obligados a ir en silla de ruedas".

Pero la odisea de esta mujer fornellera no acaba aquí. Por su condición de persona dependiente, necesita la ayuda de un cuidador para su día a día. Se informó sobre la Ley de Dependencia y le explicaron que podía solicitar una ayuda mensual si ponía de alta en la Seguridad Social a su cuidador. Así lo hizo, y solicitó la prestación económica de la Ley de Dependencia para poder contratar a esta persona y así poder pagar su jornal.

La ayuda para tener un cuidador también le fue aprobada, con una dotación mensual de poco más de mil euros. "Con esta partida de 'dependencia', también procedente del Govern balear, me ha sucedido lo mismo. La historia se ha repetido. Llevo cuatro meses sin cobrar la prestación, por lo que acumulo un déficit de otros 4.000 euros. Tener un cuidador no es un capricho, es una necesidad vital para mí", explica.

A Natàlia Sans, que vive sola con su hija, la situación económica que vive por el impago de las ayudas la está asfixiando. Quiere compartir su experiencia porque sabe que no es la única que padece lo que considera "una pésima gestión económica de los servicios sociales por parte del Govern balear". Lo que lamenta es que la Dirección General de Dependencia ni siquiera se ha dignado a darle una respuesta sobre cuándo cobrará su prestación mensual, aprobada por decreto.

Contando con la ayuda aprobada por su silla de ruedas y los cuatro meses que le adeudan por la prestación por cuidador, acumula un déficit de 7.700 euros. Una cantidad que va sumando a medida que van pasando los meses sin que le ingresen la ayuda por tener un cuidador.

"He tenido que pedir un préstamo al banco, a la espera de que me el Govern balear me abone lo que me debe. Pero el tiempo pasa sin respuestas", lamenta.

Natàlia Sans afirma que con su paga de maestra jubilada por motivos de salud no puede hacer frente a todos los gastos derivados de su condición de dependiente y tirar adelante con una casa. Es por eso que considera que las prestaciones sociales son imprescindibles para las familias que padecen una enfermedad y todos los gastos que conlleva.

"Mi caso es extensible a otros muchos de personas discapacitadas o dependientes. No podemos callar ante una situación así. Las ayudas que nos fueron aprobadas no llegan y esto es un gran fallo en la gestión económica de los Servicios Sociales que afecta a muchas personas".

"Sólo pido que el Govern pague las ayudas aprobadas. Es de justicia", recalca. Natàlia Sans es licenciada en Geografía e Historia, diplomada en Magisterio Musical, investigadora de la música tradicional y autora de diversos trabajos sobre etnomusicología, además de haber obtenido diversos premios. Una luchadora nata, que no quiere que su enfermedad supere sus ganas de vivir. Si su situación como persona dependiente es difícil de sobrellevar, con todas las dificultades físicas aparejadas, el olvido de las prestaciones prometidas no ayuda a que como afectada tenga esperanza. Al contrario, supone un revés añadido que se suma a la lucha diaria de tener que lidiar con la enfermedad. Es por eso que Natàlia Sans denuncia el trastorno que ocasiona a las familias ser ninguneadas por la Administración.