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Sin una sensibilidad especial la arquitectura, como cualquier otra profesión creativa, pierde parte de su razón de ser. Porque no trasmite sensaciones ni siquiera controversia, carece de "alma", convirtiendo la obra creada en algo insustancial e incluso amorfo.
Agustín Petschen y Jordi Pons, ambos arquitectos, forman un equipo perfectamente sincronizado, complementándose el uno al otro. Por ello, la mejor opción es entrevistarles juntos.

"Mi primera etapa escolar la realicé en Madrid. Lógico porque nací en la capital de España, luego, cuando mi padre se trasladó a Ciutadella, de cuya ciudad fue notario desde el año 1955 hasta 1963, años aquellos en los que en Menorca solo había dos notarios, uno en Maó y el otro aquí, seguí mis estudios de Bachillerato en el Instituto mahonés, "es des pla des Monestir", y posteriormente estudié la carrera de arquitectura en Suiza".

Y tú Jordi, ¿dónde estudiaste?
Aquí, en Ciutadella, en los tiempos en que estudiabas en "Calós" e ibas a examinarte a Maó. Luego en Sevilla obtuve el título de arquitecto técnico y en Barcelona el de arquitecto.

¿Qué os llevó a elegir la arquitectura como profesión?
Agustín Petschen (AP). Era una de las opciones que barajé; de entrada rechace Medicina, no iba con mi forma de ser, con mi "sensibilidad" y al final me incliné por la Arquitectura.
Jordi Pons (JP). Mi padre tuvo mucho que ver en mi elección, aunque debo decirte que descartada, de entrada, la carrera de Medicina medité sobre qué profesión elegir y finalmente me decanté por ésta.

¿En que año formasteis equipo?
AP. En el año 80, o en el 81, conocí a Jordi cuando todavía era estudiante y trabajaba en una obra que yo dirigía y de allí todo vino rodado, con suma normalidad.
JP. Así ocurrió. Durante el verano trabajaba en una empresa constructora, nos conocimos y, poco a poco fuimos fomentando una amistad que acabó en "equipo".

¿Crear o copiar? Os hago esta pregunta porque hace bastantes años en "El Manantial", una película en que Gary Cooper encarnaba la figura de un arquitecto estadounidense, que defendía, hasta sus últimas consecuencia, la importancia de que el arquitecto fuese "creador", incluso innovador, película que me causó una gran impresión.
AP. Sin lugar a dudas me inclino por el crear, sin embargo lo importante no es innovar o copiar, sino hacerlo bien, y construir algo digno, algo que perdure.
JP. Cuando realizas los primeros trazo sobre el papel en blanco que tienes ante ti, siempre surgen en tu mente imágenes que, de una forma u otra te influyen, pero no por ello has de dejar de crear e incluso "dirigir" los deseos del cliente que en ocasiones tiene solo una idea muy vaga de lo que quiere.


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