Dejadez. Algunos residentes de las urbanizaciones turísticas opinan que los ayuntamientos deberían aplicarse más en el mantenimiento de estas zonas - Elena

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Escaparates blanqueados, luces exteriores envueltas en bolsas de plástico, puertas y ventanas cerradas, y el elemento que lo deja más claro: un cartel en el que se lee "Nos vemos la temporada que viene". Éste es el panorama habitual durante los meses de invierno en las urbanizaciones turísticas, zonas en las que también hay ciudadanos viviendo todo el año y en las que se mantienen los servicios, aunque algunos de los vecinos denominen a su urbanización "población-dormitorio", ya que trabajan, salen y hacen sus compras en Maó o Ciutadella.

Es el caso de una vecina de S'Algar. "Vivo aquí todo el año pero solo vengo a dormir. Me decanté por esta urbanización porque los alquileres en Maó estaban muy caros. Creo que es una zona limpia y no está abandonada. Hace pocos hicieron obras para realizar algunas mejoras", explica.

Uno de sus vecinos, José, coincide con ella en que S'Algar no sufre abandono alguno en invierno. "Yo compré mi vivienda hace diez años y estoy encantado. Eso sí, tiene que gustarte la tranquilidad y debes tener un coche porque si no, éste no es tu sitio. Yo compro todo lo que necesito en Sant Lluís y, como soy un hombre muy hogareño, tampoco necesito estar en lugares muy animados".


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