TW
0

Autoficha
Me llamo Liliana Indovino de Vianello, nací en Mendoza (Argentina) y vivo en Maó desde hace cinco meses junto a mi marido, Mario Vianello; y mi hijo Alessandro. Tenemos una trattoria y nos encanta vivir en Menorca. Cuando tengo tiempo libre disfruto con el cine y la música.

¿Cómo termina una argentina afincada en Italia viviendo en Menorca?
Nos fuimos de Italia hace doce años para instalarnos en Barcelona y poner un restaurante. Empezamos a venir a Menorca de vacaciones y nos enamoramos de la Isla. La visitábamos en todas las épocas y pensábamos que, si algún día pudiésemos vender el local, podríamos intentarlo aquí. El junio pasado lo conseguimos y nos vinimos para acá pero no pudimos inaugurar nuestra 'trattoria' hasta octubre. Queríamos algo pequeño, que pudiéramos llevar los dos. La gente nos desanimaba un poco porque decían que abrir en invierno era difícil pero nosotros queríamos abrir todo el año, trabajar para la población menorquina. Era un reto para nosotros y, hoy por hoy, estamos muy contentos. Hay quien viene al local y nos dice "¿Abristeis hace solo dos meses y ya está así?".

Y, ¿cómo ha resultado el cambio de residencia?
Siento que éste es el sitio. Cada vez que salimos a caminar, veo el encanto que tiene esta isla, sobre todo, los olores. Mi hijo, por ejemplo, ha crecido en todos los aspectos. En Barcelona no podía ir solo a ningún sitio y aquí disfruta mucho. Tenemos buena conexión con la gente. Veo que hay amabilidad, no hay estrés... Me llamó la atención que la clientela no grita cuando va a comer.

¿Qué es una 'trattoria'?
Una 'trattoria' ofrece comida casera al cien por cien. No se sirve nada recalentado, todo se hace al momento. Es un local que suele estar atendido por los propios dueños y que ofrece pasta fresca. El secreto para una buena pasta es ponerle ganas y positividad, ser creativo. Lo bueno es que la gente se deja aconsejar y pruebe.

Usted ha estado viviendo en Argentina, Italia y España. ¿En qué cree usted que se diferencian los caracteres?
Por lo que yo he visto, el argentino te da hasta lo que no tiene. La Italia del norte, que es donde yo he vivido, te hace sentir siempre como un extranjero; y aquí, tengo que decir que he vivido experiencias muy diferentes en Barcelona y en Menorca. El catalán termina dando pero le cuesta bastante al principio. En Menorca eso es más rápido. Mi percepción ha sido de sentirme aceptada desde el principio. Me maravilló que la gente te diga 'bon dia' cada mañana.

¿Cuáles son sus planes de futuro?
Por ahora no se me pasa por la cabeza irme de la Isla. Nuestra ilusión es echar raíces aquí y comprarnos una casa. Estamos muy a gusto.