Patronato. Se reunió en Ciutadella, después de la junta ejecutiva y antes de informar de la situación al comité de empresa - Archivo

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"La situación es crítica, y hay que buscar soluciones". Así describe el director insular de Atención a las Personas, Carles Canes, el momento de la Fundació per a Persones amb Discapacitat de Menorca, tras la reunión del patronato en la que se pusieron sobre la mesa los números surgidos del estudio encargado por el Consell. Las cifras que surgen de esta radiografía son demoledoras: este año se van a perder 500.000 euros, y además, la entidad ya acumula una deuda de 4.080.000 euros.

La reunión del patronato de la Fundació era la primera tras las acusaciones del exgerente de la entidad, Manolo Pons, hacia el equipo del Consell, de quien dijo que practica el amiguismo y el ocultismo. Sobre estas acusaciones, el presidente del Consell y también de la Fundació, Santiago Tadeo, aseguró que "niego totalmente estas acusaciones", y no se quiso referir más al asunto. En su comparecencia ante los medios, Tadeo recordó en numerosas ocasiones que el tema de la Fundació era complejo, puesto que implica a personas con discapacidad y a trabajadores. De todos modos, los números que presentó ayer el Consell difieren mucho de los que Manolo Pons divulgó el lunes, cuando aseguró que también este año la Fundació tenía superávit.

Con este dato al margen, Carles Canes dibujó lo que el presidente del Consell describió como "una fotografía estática del momento de la Fundació, no una auditoría ni una revisión de las cuentas". Esta fotografía se resume en varios datos. El primero, y seguramente el más gráfico, que la Fundació pierde cada mes 89.600 euros, porque los ingresos medios recibidos (250.289 euros) apenas sirven para cubrir los gastos de personal (244.039 euros).

LAS ADMINISTRACIONES
Otro dato destacable es que este año se preveía ingresar 5,1 millones de euros, y solamente se han obtenido 3,8 millones. Un desfase que se explica, básicamente, por la diferencia entre lo que estaba previsto que pagaran las administraciones y lo que finalmente han aportado. Así, por ejemplo, el presupuesto marcaba que el Govern aportaría 866.000 euros, y solo ha hecho efectivos 324.000 euros. Interpelado sobre esta situación -puesto que la desviación de más de medio millón de euros podría explicar el déficit previsto al final del año-, tanto el director insular como el presidente de la Fundació matizaron que una cosa es lo que se había presupuestado, y otra los compromisos contraídos.

Otra conclusión de este estudio económico es la diferencia entre la evolución de los ingresos y los gastos desde el año 2009, momento en que, según Carles Canes, la Fundació estaba equilibrada. Desde entonces y hasta ahora, los ingresos han aumentado en 850.000 euros, y en cambio, los gastos han crecido en 1.522.000 euros, casi el doble. Esta situación es una de las que explica la elevada deuda que acumula la Fundació entre entidades bancarias, Hacienda, Seguridad Social y pagas a los empleados. En total, 4.080.000 euros que sitúan a la Fundació en una encrucijada complicada.

EL FANTASMA DEL EMBARGO
Fue el propio Carles Canes quien describió los fantasmas que sobrevuelan la Fundació. Podría producirse un embargo por parte de las entidades financieras, de Hacienda o de la Seguridad Social. Podría también darse el caso que los bancos dejaran de financiar a la Fundació si no se asegura su viabilidad, y por último, existe también la posibilidad de tener que convocar un concurso de acreedores. Para que ninguna de estas amenazas se convierta en realidad, el patronato de la Fundació deberá tomar medidas, y lo tendrá que hacer en breve. El próximo día 27 está previsto que apruebe el presupuesto para el próximo año, a partir del cual ya se podrán intuir la concreción de estas medidas. Ayer, no se quiso adelantar ninguna, aunque sí quedó claro que será muy difícil aumentar ingresos, por lo que se impone un recorte de gastos.

Y este recorte puede producirse por dos vías: servicios y trabajadores. Sobre lo primero, Carles Canes dejó claro que los servicios esenciales no se tocarán, pero sí habló de una revisión de aquellos que no están financiados y apuntó a una necesaria mejora de la política de ventas del centro especial de trabajo (la imprenta Lligall, el Càtering Social y Ecoverd). Cuando se haya redefinido este panorama será cuando se pueda saber, precisó Canes, cómo afecta a la plantilla, y si es necesario una redistribución o alguna medida más drástica. Interpelado por los 38 empleados que a finales de mes acaban contrato, Canes respondió que ahora mismo no puede precisar qué pasará con ellos.

El día 27, día en que se discutan los presupuestos, el patronato de la Fundació espera también poder cubrir ya la vacante que dejó Manolo Pons en la gerencia de la entidad.