"Si cuerpo y voz aguantan, los viejos rockeros nunca mueren"

¿Cómo empezó su andadura en el mundo de la música?
Mi abuelo materno, "Mestre Bagur", fue un reconocido director de orquesta. Yo tuve la inspiración a los cinco años. Mi gran amigo Rafael Pons fue quien me introdujo en este mundo. Siendo aún menor, tocaba en el mítico local "Sa Tanca", de Sant Lluís, donde actuaban desde Julio Iglesias a Rocío Jurado o Rocío Durcal; y en los pocos hoteles de los años 70.

¿Qué anécdotas recuerda de su época musical de los 80 con su grupo Lásser?
Desde que empecé en la música, he ido escribiendo un libro de toda mi vida, el cual lo estoy pasando a CD-Rom; y recopilando todo tipo de datos y fotografías. Cuenta con 500 páginas y más de 6.000 fotos. Lo estoy escribiendo en mis ratos libres, y solo sacaré unas 30 copias para regalarlas a mis mejores amigos.

¿Qué hay de su época deportiva?
Me encantaba el deporte y de muy niño acudí al Estadio Mahonés a ver un partido de fútbol. El árbitro no se presentó y me eligieron a mí para arbitrar. Me salió un buen arbitraje y me animé a seguir. Pité futbol durante varios años más. Me solicitaron arbitrar baloncesto, en cuyo deporte logré progresión ascendiendo con rapidez. Recuerdo haber dirigido a Divac, Petrovic, Smith Becerra, Norris, Romay, o selecciones nacionales tales como Brasil, España, Italia, un combinado NBA, la inmensa mayoría de los equipos ACB de la época... Lo pasé en grande durante aquellos 25 años.

Actualmente se dedica a la música en su academia y actúa con 'Mariona Trío'.
Me siento un privilegiado porque vivo de lo que me gusta. Mi grupo actual "Mariona Trío" o "Golden Dreams Trio", depende de si actuamos para público inglés o español. Este verano hicimos dos tributos, uno sobre The Carpenters-Gloria Gaynor-Donna Summer, y el otro un Revival de los mejores éxitos de los 70-80. Llevo años con mis compañeros; con Miky más de 35, y con la cantante, Mariona, unos 11 años. Nos llevamos muy bien.

¿Cuáles son sus planes de futuro?
Seguir actuando en verano en los hoteles y seguir cosechando la gran aceptación que tenemos; y, en invierno, poder actuar en eventos. Somos felices haciendo esto e intentamos dar todo lo máximo. Esta Navidad, quien quiera escucharnos lo podrá hacer en el Casino de Sant Climent. En cuanto a nuestra jubilación, mientras el cuerpo y la voz aguanten... los viejos rockeros nunca mueren.