"El Cuerpo de Ingenieros es el que ha dejado más huellas en obras en la Isla"

¿Por qué un libro sobre el Cuerpo de Ingenieros en la Isla?
Este año se celebra el tricentenario del Cuerpo de Ingenieros Militares en España, creado por el general Próspero de Verboom en 1711, en plena Guerra de Sucesión española. Hacía poco que España había perdido sus dominios en Flandes y la principal academia de ingenieros de Bruselas se había trasladado a Barcelona, ciudad que albergaba una escuela de matemáticas, heredera de la de Bruselas. El Cuerpo de Ingenieros creó en esta primera época las escuelas para formar a los oficiales, era el primer cuerpo técnico de España que aún no tenía ingenieros.

¿Cuál era su cometido?
Se prestaba muchísima importancia a la formación de estos técnicos profesionales. Además de cubrir sus misiones militares, que eran las de construir fortificaciones y atacar a las mismas, estos ingenieros también hacían las obras civiles, desde las carreteras hasta las reformas de ciudades. Por ejemplo, Fernández Angulo, que estuvo en Menorca, participó en la creación de huertos, canales, carreteras y puertos.

¿Cuándo llegan a Menorca?
Cien años después de la creación del cuerpo para oficiales se amplió con el cuerpo de tropas, creado por el general Urrutia, que coincidió en 1802 con el retorno de Menorca a la soberanía española. Por tanto, cuando el general Vives se hace cargo de la Isla ya le acompaña el ingeniero teniente coronel Calvet que se hace cargo de todas las fortificaciones y obras militares realizadas por los ingleses. Por tanto, el Cuerpo de Ingenieros se asienta en Mahón y desde entonces prosiguió con sus obras.

¿Obras más destacables?
Cuando la conquista española de la Isla en 1782, se queda el Conde de Cifuentes y su mano derecha en cuanto a obras y fortificaciones es el capitán Fernández Angulo, quien diseña la fachada y el exterior del actual Ayuntamiento de Mahón, el cuerpo de guardia que hay enfrente, el paseo de la Alameda del puerto, el obelisco de San Felipe y el primer proyecto del Lazareto. Después las obras son constantes, con la fortaleza de Isabel II y el Canal de San Jorge.

¿Cómo se estructura el libro?
Una primera parte comprende desde el momento en que en 1802 entran los ingenieros y las tropas en la Isla hasta la Guerra Civil de 1936, con las obras de la Mola y el artillado de los cañones Vickers.

¿Qué particularidad presenta?
Hasta entonces la idea de fortificación era la de defender solo el puerto de Mahón. Cuando ocurre nuestra desgraciada Guerra Civil, el Cuerpo de Ingenieros se queda sin oficiales, que son asesinados en La Mola. Cuando es necesario construir defensas por todo el contorno de la Isla las obras no empiezan hasta a finales de 1936 y principios de 1937, con los oficiales dirigidos por el coronel Brandaris.

¿Y después de la Guerra Civil?
Otro capítulo abarca la postguerra, en la que los ingenieros se dedican a las residencias militares y acuartelamientos. Las unidades en Menorca tienden a desaparecer, porque los criterios militares y estratégicos, a raíz de la guerra atómica entre los dos bloques, son distintos, hasta que llega la época actual en que desaparecen y con ellas los ingenieros.
En el libro también se reconoce la labor y profesionalidad de estos militares.
Dedico una pequeña parte del último capítulo al factor humano, en el que cito a todos los militares que estuvieron en el Cuerpo de Ingenieros y, además, se incluye la fotografía de aquellos que trabajaron en el último periodo. Es el cuerpo militar que ha dejado más huellas en obras en la Isla.

¿Cuál es la principal aportación del libro a la historia militar de la Isla?
El apartado dedicado a la Guerra Civil, puesto que hasta la fecha la historiografía no ha tratado las obras defensivas que se construyeron en aquella época. Se trata de una breve exposición, no exhaustiva, porque pienso hacer un estudio más detallado de las defensas militares durante la Guerra Civil, puesto que se pasa de defender el puerto de Mahón y sus alrededores a la totalidad de la Isla.