Núñez-Cubero. Doctora en Medicina y Cirugía - Archivo

TW
0

Núñez-Cubero, doctora en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, especialista en Ginecología y Obstetricia por la Universidad de Louvain (Bélgica) y por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Bioética por la Universidad Complutense de Madrid (1996), ofrecerá esta tarde a las 20 horas en la Biblioteca Rubió de Maó la conferencia "Final de la vida: debate actual". Por desgracia, quien más, quien menos, ha tenido alguna experiencia cercana, algún familiar o amistad que ha enfermado de cáncer, y se han tenido que plantear aspectos como la decisión de tratamientos, el pase a Paliativos… Es por eso que este debate siempre estará de actualidad, porque en nuestra condición de humanos viene implícita la muerte. Pero es cierto que se ha generado un debate sobre qué experimentar y cómo. Si el tema les interesa, no duden en acudir a la conferencia y plantear sus dudas.

¿Cuál es la diferencia entre bioética y ética médica?
Hace años se enseñaba en el curriculum de las facultades de medicina, la deontología médica o tratado de los deberes de los profesionales de la medicina en el ejercicio de su profesión. Con posterioridad el curso de Deontología pasó a llamarse Ética médica, el capítulo médico dentro de la ética de las profesiones. Ya no se trata solo de los deberes sino de la ética o aplicación de valores a la toma de decisiones médicas.

La Bioética va más allá. Etimológicamente podemos definirla como la ética de las ciencias de la vida, la ética del "bios", del "viviente". Nace en 1970, ante las consecuencias derivadas de la aplicación de las nuevas tecnologías a la persona humana. La ciencia biológica, junto con la técnica, -la "biotecnologia"- ha conseguido un cierto dominio sobre la reproducción, la herencia y el cerebro y este dominio incide sobre la persona humana, “sujeto de derechos, pero también sujeto de razón y de libertad apta para su autonomía y para una relación de trascendencia". (Lucien Seve).

Las experimentaciones nazis sobre los judíos, y las de otros países que tampoco se habían quedado atrás en sus investigaciones sobre humanos, alertaron a la sociedad, iniciándose reuniones entre científicos, médicos, filósofos, teólogos, juristas, sociólogos...., de manera que las decisiones no fueran tomadas de forma unilateral, sino por un equipo interdisciplinar. Y es que los investigadores buscan, a veces, razones... pero hay valores que la razón no consigue captar.

La Bioética se define así, como, "el dialogo transdisciplinar sobre las situaciones creadas por el progreso biomédico y su repercusión sobre la sociedad tanto en el momento presente como en el futuro".

Entre los retos de la bioética, tenemos los suscitados por la aplicación de los nuevos avances a los procesos del inicio y del final de la vida, la investigación y experimentación sobre humanos, la medicina sofisticada de los trasplantes, las células troncales, la nanomedicina, la genética, la medicina de mejora ("enhancement medecine"), la distribución justa de unos recursos escasos, la ecoética....

Los cuatro principios de la bioética son: autonomía, beneficencia, no-maleficencia y justicia. ¿Nos puede explicar que son en realidad?
Estos principios nacen del Informe Belmont, un informe americano sobre la "protección de los sujetos que entran en proyectos de experimentación" (1978, publicado en 1983 bajo los auspicios de "The President's Commission")

En él se introducen 3 principios: 1) el de respeto de la dignidad, que pide protección del sujeto y consideración de su autonomía; 2) el de beneficencia, buscando el máximo beneficio para el sujeto, con el mínimo riesgo; 3) el de justicia, excluyendo toda discriminación, y repartiendo por igual las cargas y beneficios entre todos los participantes.

El segundo fue desdoblado en Europa, en dos principios: el de no-maleficencia, el "no hacer daño" que recuerda el principio hipocrático "Primum non nocere" (lo primero no hacer daño) y el principio de beneficencia o del máximo beneficio. Esta división refleja dos mentalidades diferentes al uno y otro lado del Atlántico, más pragmática la americana y mas filosófica la europea. Estos 4 principios no acababan de convencer en Europa y así un proyecto de la Unión Europea, trabajó la definición de 4 principios europeos ("Ethical Principles in European Bioethics and Biolaw"): dignidad, autonomía, integridad, y vulnerabilidad, que quedaron aprobados en la "Declaración de Barcelona" (Noviembre 1998).

Los principios del informe Belmont, se fueron incorporando a la reflexión no solo de los Comités éticos de investigación clínica, CEIC, sino también al análisis de casos en los Comités asistenciales de ética, CAE, y fueron una herramienta que sirvió para que los CAE echaran a andar. Sin embargo la ética principialista es una ética muy de mínimos. Las decisiones clínicas no solo pueden apoyarse sobre principios, si no también y sobre todo en los valores, utilizando la metodología de la deliberación para llegar a tomar decisiones prudenciales, ya que la medicina es ciencia de probabilidad y no de certeza y se deben tomar aquellas decisiones que protegen o salvaguardan el mayor número de valores.

Las virtudes deben ser también consideradas en la toma de decisiones, de las cuales la "prudencia", no como cautela, sino como "fronesis" o sabiduría práctica es muy necesaria.

Explíquenos qué es la biotecnología.
En un sentido amplio es la utilización de células vivas, cultivos de tejidos o moléculas (enzimas) presentes en organismos vivos, para modificar un producto, mejorar una planta o animal o manipular genéticamente un microorganismo para utilizarlo con fines específicos.

En sentido estricto hace referencia al conjunto de la biología molecular, de los genes y de las proteínas, a su identificación, y al estudio de los mecanismos fundamentales de la expresión genética, de la recombinación del ADN, y de la ingeniería genética.

¿Cuáles son sus ámbitos de actuación?
Son múltiples, señalaré entre otros.

1) La farmacogenómica, para el desarrollo de nuevos medicamentos.

2) El diagnóstico: de confirmación de una sospecha, el presintomático o predictivo, el de predisposición, o el de susceptibilidad…

3) El tratamiento curativo de enfermedades hasta ahora sin tratamiento, o la prevención de enfermedades mediante vacunas obtenidas por recombinación genética.

4) La investigación: investigación, desarrollo e innovación.

5) Los transgénicos.

6) La nanotecnología....

¿Puede presentar conflictos éticos la biotecnología? ¿Cuáles?
El conocimiento es positivo y en sí no implica a la ética. Es la utilización que hacemos con aquello que sabemos, lo que puede ser éticamente correcto o no. El diagnostico genético preimplantatorio o prenatal lleva muchas veces a la interrupción de un embarazo, al punto que uno llega a preguntarse: ¿quién tiene derecho a nacer? La destrucción de embriones y su utilización para líneas celulares acaba de ser prohibido por una sentencia del Tribunal de Estrasburgo. (sentencia del Tribunal de Justicia (Gran Sala) de 18 de octubre de 2011).

La mutación genética de algunos agentes infecciosos, puede ser empleada como armas biológicas... Los cribados y estudios de población llevan a discriminar las personas por sus características genéticas...

En estos campos la reflexión ética debe hacerse a la luz del:
- Principio de precaución: el cual exige para decidir una acción con los conocimientos científicos del momento y dada la ausencia de certeza, " no solo la ausencia de una prueba de riesgo, sino la prueba de una ausencia de riesgo". Y puesto que es imposible un "riesgo cero", se debe valorar un riesgo aceptable o proporcionado, teniendo en cuenta la previsibilidad del riesgo, la irreversibilidad y gravedad del daño, las medidas efectivas y proporcionadas y a un coste aceptable.

- Principio de responsabilidad de Hans Jonas: según el cual no se debe iniciar una acción que tenga repercusiones más adelante, ya que "somos responsables del mundo que dejamos a las generaciones futuras y esta responsabilidad comienza ya en el momento presente".

La reacción de un paciente terminal al pasar a Paliativos acostumbra a ser de negación. ¿Cómo podemos explicar que dicha decisión supone una mejora en la calidad de vida que le queda?
La doctora Elisabeth Kübler-Ross ha definido una serie de reacciones del paciente con una enfermedad incurable: negación - ira - regateo - depresión - aceptación. Estas reacciones se dan no solo al final de la vida, sino ante otras situaciones de conflicto serio: divorcio, ruina, fracaso académico, laboral.... Pero no quiere decir que se den en ese orden y que se den todas.

Cualquier situación difícil puede producir temor, ¿qué me va a pasar?, lo cual genera ansiedad, o bien miedo, en este caso miedo al "no ser", que produce angustia, o sentimiento de pérdida que lleva a la tristeza.

Si el paciente niega que él esté en esa situación, no pensara en un fin inmediato y ello le ayudará a vivir, ahora bien, puede ocurrir, que aparentemente se niegue, pero en el fondo lo haya entendido y haya decidido vivir mientras llega la hora. Así lo afirmaba Paul Ricoeur, a sus 90 años: "Estar vivo hasta la muerte".

Recientemente he leído una entrevista a Zygmunt Bauman en "La Vanguardia" que la finalizaba con esta afirmación: "Hacer que la sociedad sea más benevolente, menos hostil, más hospitalaria a las opciones humanas. Una buena sociedad sería la que hace que las decisiones correctas sean las más fáciles de tomar". ¿Lo podríamos conseguir?
Se trataría de hacer que la sociedad sea más benevolente, menos hostil, más hospitalaria a las personas humanas cualquiera que sean sus opciones, que se deberán aprobar o desaprobar desde el respeto que la dignidad de toda persona merece. Habrá que fomentar una formación a los valores de tal manera que las decisiones se tomen en función de ellos y así sean las más fáciles de tomar y las éticamente correctas.