Por primera vez, un comité previo a un congreso federal se abría a la militancia - Javier

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Marc Pons y Pilar Carbonero, delegados menorquines en el Congreso Extraordinario del PSOE que se celebra el próximo fin de semana en Sevilla, tendrán libertad para decantarse entre Carme Chacón o Alfredo Pérez Rubalcaba para la secretaría general.

"Iremos con el voto abierto y se tendrán en cuenta todas las cuestiones que se han debatido", aseguró Pons, al término del comité celebrado ayer en Maó.

En un encuentro sin precedentes- "nunca habíamos hecho un planteamiento previo a un congreso abierto a la militancia", enfatizó Pons, más de un centenar de dirigentes y militantes analizaron la próxima cita congresual en un debate rico y variado en opiniones, según destacó el secretario general de los socialistas menorquines.

"Ha sido un debate bueno, hemos escuchado opiniones diversas y al igual que sucede en el resto de España no hay una opinión unánime", resaltó Pons.

Para el dirigente menorquín, la reunión evidenció que existe "un sentimiento dispar" de cara al congreso de Sevilla, pero también la conciencia de estar en "un proceso y un momento trascendental que deber conducir hacia una alternativa de gobierno desde la oposición".

"En el debate se ha tomado una distancia de las cosas y se han aportado opiniones muy sensatas, y la sensatez es ahora un activo que no se ha de perder de vista", reflexionó Pons.

El secretario general añadió que todavía tenían que suceder muchas cosas a lo largo de esta semana y durante el Congreso Federal antes de encaminarse hacia ese objetivo, entre ellas, definir exactamente quienes acompañarán a los delegados a la capital hispalense.

"Además de Bienvenido Perea, Carol Allès, Vicenç Tur, Joana Barceló y Guillem García Gasulla, podría acudir Gràcia Muñoz", aventuró Pons, quien afirmaba que la menorquina sería "una delegación pequeña pero peleona", que defendería sus planteamientos respetando los del PSIB.

La de Pons fue la única manifestación oficial de ayer. Militantes y dirigentes le señalaban con la cabeza al ser interpelados sobre cómo había ido, aunque era indudable la expectación que se asomaba al rostro de los asistentes a la reunión de ayer. "No va a ser fácil, queda mucho camino por recorrer todavía", apuntaba un veterano líder socialista.