avance. La construcción del mayor proyecto viario de los últimos años sigue a buen ritmo, y quedan cuatro meses para su finalización, si se cumplen los plazos anunciados en la visita de obras realizada ayer por la mañana - Paco Sturla

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Cada año, el Consell se gasta aproximadamente 100.000 euros en iluminar las carreteras de Menorca. Cuando el desvío de Ferreries esté acabado y el túnel de 252 metros en funcionamiento, solamente esta nueva carretera necesitará cada año 120.000 euros para su iluminación. Es decir, el desvío consumirá más electricidad que el resto de carreteras de Menorca juntas. Por eso, el Consell está estudiando alternativas para generar la energía suficiente para abastecer el desvío y no tener que comprar esa electricidad a alguna compañía energética.

Tras una visita a las obras de la variante, el conseller de Movilidad, Luis Alejandre, desveló que su departamento está estudiando la posible instalación de una planta de generación de electricidad cerca del túnel del desvío. Según aseguró, se trataría de una instalación que combinaría la energía fotovoltaica con la eólica, es decir, la capacidad del sol y del viento para convertirse en electricidad. El conseller explica que a través de la empresa adjudicataria de las obras del desvío, Ferrovial, se han mantenido contactos con técnicos especialistas en la materia, e incluso algunos expertos se han ofrecido a desplazarse desde Catalunya para asesorar a la institución insular en este proyecto.

Alejandre asume que una iniciativa de estas características podría tener un coste elevado, y lo tramita como un proyecto independiente del desvío. Las obras de la nueva carretera estarán acabadas a finales de mayo, si no hay sorpresas, y este proyecto aún no será realidad. Este aspecto, asegura el conseller, no le preocupa. Primero, porque la iluminación del desvío y concretamente del túnel se realizará mediante suministro eléctrico convencional, puesto que las instalaciones estarán permanentemente conectadas a la red eléctrica general, para garantizar una correcta iluminación en cualquier instante. Y segundo, el tema económico no supone de entrada un inconveniente porque Alejandre cree que esta iniciativa podría financiarse a través del convenio de carreteras firmado ya con el Ministerio de Fomento. De hecho, el responsable de Movilidad entiende que gestionando bien las próximas inversiones en la carretera general entre Alaior y Maó y entre Ciutadella y Ferreries se podría ahorrar dinero suficiente para acometer el proyecto, que a priori podría costar un millón de euros.

La hipotética planta generadora de electricidad a partir de energías renovables no serviría únicamente para iluminar el túnel, sino que también podría aprovecharse para hacer llegar electricidad a otros puntos próximos. Uno de ellos, el futuro proyecto de S'Enclusa, puesto que el túnel se encuentra precisamente a los pies de la montaña que acoge en su cima la antigua base militar que teóricamente debe albergar el centro de interpretación de la Reserva de la Biosfera de Menorca.

El gran desembolso económico que conlleva la iluminación del túnel viene dictado por la normativa europea. Según asegura el conseller, las exigencias comunitarias en materia de seguridad son muy elevadas, y entre ellas figura una iluminación de gran potencia para asegurar la correcta circulación en el interior de los túneles. De hecho, durante las obras de construcción de la nueva carretera, se han hecho ya algunos retoques para aumentar la capacidad de las lámparas instaladas en el túnel.

80 POR CIENTO EJECUTADO
Luís Alejandre visitó ayer las obras del desvío acompañando al presidente del Consell, Santiago Tadeo, y a los responsables de la empresa constructora, Ferrovial, liderados por José Baraja, director regional de la constructora. Durante el recorrido por los puntos más emblemáticos de este proyecto viario, Tadeo y Alejandre comprobaron que las obras se encuentran ya en un 80 por ciento de su ejecución. Si se cumplen los plazos, entre finales de mayo y Sant Joan los vehículos ya podrían circular por este ansiado desvío.

De las principales estructuras del proyecto, la pérgola que recibirá a los vehículos que lleguen a Ferreries desde Maó es la que ahora mismo está suponiendo una mayor complejidad constructiva. Según explica el director de obras, Rodrigo del Pozo, el especial cuidado con la estética del proyecto ha sido la causa de optar por una estructura agradable a la vista, pero de difícil ejecución. De todos modos, más allá de la complicación constructiva por las curiosas formas geométricas que se quieren ganar al hormigón armado, no existe ningún problema en esta fase del proyecto, y todo avanza al ritmo previsto.

Otro de los puntos más significativos del proyecto es el viaducto de Sant Patrici. Aquí, el paisaje está totalmente cambiado, y sobre todo para los ferreriencs, el cambio obrado es impactante. El puente, sujeto por unos pilares en forma de V, resta pendiente de recibir la capa de firme para poder ser transitable y mientras, a sus pies, se está avanzando en la habilitación de un vial que será utilizado solamente por vehículos no motorizados (peatones y bicicletas), con la intención de que éstos puedan seguir circulando sin necesidad de cruzar la carretera. Se garantiza así la continuidad de un camino muy utilizado para aquellos ferreriencs aficionados a ir a caminar o a dar un paseo en bicicleta. Respecto al túnel, está prácticamente terminado, a la espera de recibir la capa definitiva de asfalto y de su iluminación.

El presupuesto de la obra es de 25,1 millones de euros, y supone habilitar una nueva carretera de 4,8 kilómetros de longitud.