Ahí está. Desde la nueva carretera se observa Ferreries. Faltará que los conductores, además de contemplar la vista, decidan entrar en el pueblo - Paco Sturla

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De Ferreries dicen que tiene el mejor pan de Menorca. Cierto o no, la verdad es que en las panaderías del pueblo reciben semanalmente la visita de ciudadanos de otros puntos de Menorca que acuden para comprar el pan, y de paso, otros dulces de aspecto tentador. Además, algunas de las panaderías ubicadas cerca de la carretera general sirven diariamente a camioneros, transportistas y otros trabajadores a quienes la carretera les lleva directamente a la puerta de estos comercios.

A partir de junio (si se cumplen los plazos), esta alfombra roja de asfalto ya no conducirá a los clientes directamente hasta los comercios de Ferreries. En el pueblo ha empezado la cuenta atrás para intentar que la puesta en marcha del desvío no suponga una herida grave para la economía del pueblo.

De entrada, quedan aún cuatro meses para que los coches dejen de pasar por Ferreries, pero ya hay quien se ha puesto manos a la obra. Se ha celebrado ya alguna reunión, y seguramente tras el Carnaval llegarán más. "Queremos poner en marcha iniciativas para que la gente entre en Ferreries", explica Margarita Rotger, concejala de Turismo. La pregunta del millón es cuáles son estas iniciativas.

Por ahora no hay nada concreto, aunque sí ideas sobre la mesa, algunas más públicas que otras. Se habla de ferias, de mercados, pero son muchos los que creen que no basta con ofrecer lo mismo que ya se puede encontrar en otros puntos de Menorca. Hay que encontrar algo diferente, algo que diferencie Ferreries del resto.

"Y no es fácil, aunque hay que buscarlo, porque si la gente solo puede encontrar en Ferreries lo mismo que en su pueblo o en otros lados, no se va a mover para venir hasta aquí", admite Rotger.

Desde la barra del bar que atiende a más conductores de paso del municipio, las cosas se ven negras. "No sé qué piensan hacer los responsables del municipio para dar más vida al pueblo, pero algo hay que hacer porque Ferreries no tiene vida ahora, y aún menos la va a tener cuando desvíen la carretera", explica su responsable. Admite que no es precisamente optimista, pero añade que "llevamos 35 años con este bar, y tenemos mucha suerte de contar con la gente que está de paso y se para aquí".

Y ésta es otra de las preguntas del millón en Ferreries. ¿Hasta qué punto se notará un hipotético descenso del número de visitantes en el resultado de los comercios del municipio? ¿Dependen mucho del gasto que hacen los visitantes, o viven del mercado local? La respuesta, como tantas veces, es que depende.

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