comercios. En algunas estanterías y mostradores escasean los lácteos, el pescado fresco, la carne, la fruta y verdura y algunos congelados, aunque aún no se puede hablar de un problema de desabastecimiento. - Javier/gemma

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Los efectos del fuerte viento de componente norte que azotan la Isla desde hace días y el cierre de los puertos de Maó y Ciutadella, al tráfico marítimo comienza a tener serias consecuencias en la Isla. Las mercancías no llegan y los establecimientos comerciales comienzan a tener problemas de suministro de productos perecederos. En las grandes superficies la situación aún no es alarmante debido al género almacenado, sin embargo el pequeño comercio lo está pasando peor. Responsables del sector explican que si la incomunicación de la Isla por mar se prolonga varios días más, Menorca se enfrentaría a un problema de desabastecimiento. La cuestión es que las previsiones meteorológicas no son nada buenas. La Isla seguirá mañana en alerta naranja (riesgo importante) por fenómenos costeros adversos, de mar muy gruesa y viento del norte con rachas que podrían alcanzar los 80 kilómetros por hora, el mismo panorama de los últimos días.

Esta situación no es nueva para una Isla habituada a que sus puertos cierren varias veces al año como consecuencia del mal tiempo, pero muchos menorquines se muestran cansados de los problemas de transporte que padecen, "cuando no son los aviones, son los barcos", se quejó ayer Paula Riera, una ama de casa que hacía su compra semanal en una gran superficie de Maó. "Sé que hace mal tiempo y he venido a comprar por si a caso, pero las estanterías están como desvalijadas. Faltan yogures", comentó María Seguí, otra cliente. En este supermercado, como en otros visitados ayer por el "Menorca", comenzaban a escasear algunos productos en las estanterías y mostradores; lácteos, pescado fresco, carne y algunos congelados. "No tenemos pollo, y en su lugar la gente se está llevando ternera y cerdo. Poco a poco, el mostrador se está vaciando", explicó una carnicera. La semana pasada, muchos menorquines acapararon existencias ante los avisos de mal tiempo y ahora, los comercios tienen dificultades para reponer provisiones.

El barco del pasado viernes no pudo acceder al puerto de Maó y descargó su mercancía el sábado, desde entonces algunos establecimientos no han podido completar el inventario. "Ya nos han dicho que mañana tampoco llegará nada. Habrá que esperar al jueves", explicó la responsable de un conocido supermercado de Maó. "Solemos tener alimentos en stock, pero en situaciones como estas, lo que más se resiente es el producto fresco y los lácteos", apostilló. Una reponedora comentó también al respecto que las verduras frescas empezaban a escasear. "No tengo casi nada que poner", señaló con un gesto expresivo. "No hay barco, no hay nada", agregó resignada. "Es lo que tiene vivir en una Isla, de vez en cuando nos quedamos aislados", incidió un mayorista de fruta y verdura, quien por otra parte quitó hierro a la falta de suministro. En Menorca, recalcó, se repiten estos problemas puntuales varias veces al año. De momento, esta empresa mayorista seguía ayer sirviendo a sus clientes, aunque en el almacén era evidente la falta de surtido.

La excepción a la regla la encontramos en aquellos comercios que trabajan mayoritariamente con producto fresco de Menorca. "Creo que hay los mismos productos que otras veces. No he notado gran diferencia", explicó otra ama de casa mientras hacía la compra.