TW
2

Autoficha. Me llamo Antonio Lage Tesouro, tengo 66 años y soy natural de Carballiño (Ourense). Estoy casado y tengo cinco hijos. Soy licenciado en Medicina, especialista en Psiquiatría y en Neurología, y médico forense por oposición. Entre mis aficiones se encuentran la literatura, el ciclismo y el kayak.

¿Qué trae a un gallego hasta la Isla?
Conocí Menorca en el año 98, y me enamoró su paisaje y su gente. Digo siempre que es como Galicia, un poco más caliente, por su verdor, sus vacas rubias, sus playas, sus muros de piedra, y porque tiene la única ría del Mediterráneo, pequeña pero hermosa: el puerto de Mahón. Es un buen lugar en el mundo.

¿Cómo se adentró en el mundo de la psiquiatría?
Fue cuando cursaba el segundo curso de Medicina. Tuve el privilegio de conocer en sus últimos años de enseñanza al profesor Pérez Villaamil, que explicaba psicología con una visión muy abierta del mundo psíquico, que contemplaba la faceta neurológica como soporte físico de la dimensión psicológica que se abre en el ser humano con el nacimiento del lenguaje. Esta apertura del campo me permitió interesarme por temas como el psicoanálisis o la terapia sistémica, en los que profundice durante mi formación.

Hay parejas que acuden a su consulta para realizar terapia. ¿Cuáles son los motivos más comunes?
Los motivos más frecuentes son desavenencias importantes entre los miembros, y al menos uno de ellos decide dar un paso para salvar la pareja. En muchas ocasiones los problemas surgen porque las estructuras de personalidad de ambos son muy difíciles de compatibilizar pero, aún en estos casos en que la relación se puede considerar rota, existe la posibilidad de recurrir a la mediación, que hace que la separación (que siempre significa la frustración de un proyecto) sea menos traumática para la pareja y para los hijos, si es que los hay.

Hay quien cree que la medicación no funciona si no se soluciona el problema de raíz. ¿Qué opina usted?
La medicación en psiquiatría no cura. Si es cierto que existen ansiolíticos, antidepresivos e inductores del sueño que actúan de manera sintomática y producen un cierto alivio, que en ocasiones puede permitir un reequilibrio como el que funcionaba antes de la aparición de la sintomatología. Pero la medicación no resuelve el conflicto intrapsíquico que está en la raíz del malestar. Esto sucede en los casos, que son los más frecuentes, de problemas neuróticos de ansiedad o depresión. En casos de psicosis (la locura en términos más populares), la medicación es casi siempre necesaria como elemento de contención de una sintomatología incontrolable.

¿Cuáles son sus planes de futuro?
Seguir disfrutando de la Isla, pero salir de tanto en tanto del aislamiento. Y en cuanto a cursos, continuar aprendiendo. Desde hace años celebramos un seminario sobre temas de Psicoanálisis y este año pretendemos, con la posible ayuda del Colegio de Médicos traer a alguna figura relevante para celebrar una mesa redonda o unas conferencias para hablar precisamente de estos últimos temas.