Galería. El espacio CATM Chelsea acoge la propuesta de la artista donde una serie de monumentales agujas en madera impactaron especialmente a los asistentes. Román se sirve de la técnica mixta que combina pintura, cerámica, piedra o metal - d.j. ford / n.r.

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Parte de la esencia de Menorca está ahí, como fuente inspiradora, pero por encima de todo se impone el talento artístico de quien, la crítica dice, "ha seguido una trayectoria -coherente- para confrontar la reciprocidad innata entre el hombre y la naturaleza". Nuria Román (Madrid, 1966) seduce al público de Nueva York con una propuesta sobre la búsqueda del individuo por explorar y examinar la importancia de su propio ser. Allí hila su obra, como acostumbra, y convence.

"Desde la tierra al cielo" conquista la Gran Manzana y deja posos de una isla mediterránea evocadora de privilegiada materia prima. El espacio CATM Chelsea acoge desde mediados de febrero el proyecto que sigue la línea de "Latitud 40" o "Coser la tierra". "La pieza más impresionante", prosigue la crítica, "es una instalación de monumentales troncos de madera montados sobre bronce". Román se sirve de la técnica mixta que combina pintura, cerámica, piedra, metal, grabado en madera y fotografía.

Sus instalaciones y producción gráfica maravillan. Sus "Agujas", en alusión a la acción de coser y reconstruir el mundo, descansan a orillas de la costa de Mongofra para luego ser documentadas fotográficamente. La autora explora su anhelo cosechando las ofrendas de la tierra, maderas expiatorias, emergiendo del océano, de la oscuridad sin límites, sin nombre e irreflexiva. Lo desconocido, expulsado hacia el reborde de la realidad, cobra por defecto, identidad y propósito. Lo existencial traspasa todo aquello meramente táctil.

"La feminidad, en el retrato de la naturaleza, tema tratado desde la antigüedad, no ha sido jamás tan aptamente expresado como en la obra de Nuria Román", subraya la galería. Invita al espectador a adentrarse en el entramado del alma femenina que reafirma la idea de que la mujer posee una fuerza motriz protectora y curativa. "Se produce la extracción casi directa de la obra, destacando que la estética no es simplemente su objetivo a largo plazo para utilizar el arte como catalizador", concluye la crítica norteamericana.

"Desde la tierra al cielo" permanecerá abierta al público hasta el próximo día 18.