Farolas. El apagado de una de cada tres lámparas se aplica a partir de las 23 horas - GEMMA ANDREU

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El Ayuntamiento de Es Castell ha implantado un plan de eficiencia y ahorro energético con el objetivo de racionalizar los recursos, no excederse en la contaminación lumínica, tener un control riguroso del dinero público y alargar la vida útil de las bombillas.

Este proyecto, que empezó a aplicarse el 1 de septiembre pasado, ya está dando los primeros frutos. Y es que la facturación del pasado mes en comparación con la del mismo período del año pasado ha generado un ahorro de unos 3.400 euros, lo que en términos anuales representará una reducción del gasto de unos 41.000 euros. No obstante, y según comenta el alcalde, Lluís Camps, la factura del mes pasado no contempla aun la totalidad de las actuaciones desarrolladas en las urbanizaciones, por lo que el ahorro podría ser algo superior.

La factura de la luz que paga anualmente el Ayuntamiento ascendía, hasta la aplicación de este plan, a unos 160.000 euros. Así es como se deduce que el ahorro previsto rondará el 25,6 por ciento. La zona de actuación de esta prueba experimental empezó en el contador de la luz número 3, es decir, el que cubre Carrer del Rosari, Carrer de Maó, Cala Corb y parte del Carrer Sant Jordi. Seis meses después, la aplicación se ha hecho extensible a todo el municipio, incluidas las urbanizaciones.

En concreto, el plan se sustenta en la aplicación de la opción de ahorro a partir de las once de la noche, lo que significa el apagado de una de cada tres farolas. A pesar de ello, y según resalta Camps, "siempre primará la seguridad del ciudadano ante cualquier iniciativa de ahorro". Es por ello, que el plan respeta las esquinas y pasos de peatones. Además, el encendido y apagado de las lámparas es rotativo para repartir la durabilidad de las mismas.

La modernidad de los cuadros eléctricos permite, asimismo, manipular de forma "exacta" los relojes. Aquellos cuadros de mayor antigüedad "requieren de una mayor precisión en la labor diaria", indica. Camps matiza a su vez que el cambio horario de la próxima semana también va a incrementar los beneficios de esta iniciativa.

El primer edil avanza que de cara al próximo invierno posiblemente el ahorro energético se empiece a aplicar a partir de las 22 horas, es decir, una hora antes, para seguir avanzando en este proyecto de mejora del ahorro energético.

Camps quiso agradecer ayer a los vecinos su "sensibilidad" y la buena acogida del plan aunque añade que "los cambios no denotan grandes alteraciones en la iluminación de las calles".

El alcalde concluye que la iniciativa sigue simplemente la misma receta de la "economía doméstica" aunque con el dinero de todos los ciudadanos.