Movilización. Piquetes informativos acudieron a centros de trabajo desde primeras horas de la mañana para llamar a la huelga. - Javier

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El consumo de electricidad cayó un 2,5 por ciento en Balears de media en las diez primeras horas de ayer, día de la huelga general, en relación con la demanda de un día "normal", según informó el director de Red Eléctrica de España en las Islas, Ramón Granadino. El momento de mayor desviación se produjo entre las 8 y las 9 de la mañana, horario de entrada en numerosos centros de trabajo, cuando se alcanzó una disminución del consumo del 6,2 por ciento.

Quizás sea este el dato más objetivo relativo a la huelga, muy similar al registrado en el paro general de 2010 (-2,14 por ciento), ya que ayer los sindicatos y el Govern cruzaron acusaciones sobre las cifras de seguimiento. UGT y Comisiones Obreras (CCOO) de Menorca señalaron, transcurrida media jornada de la huelga, que el consumo general había descendido un 25 por ciento en la Isla, si bien reconocieron que el pequeño comercio había abierto sus puertas, muchos -aseguraron-, por el temor a perder el puesto de trabajo.

La sensación de vivir un día semifestivo en las calles comerciales y supermercados vino más propiciada por un descenso en el número de consumidores, que siguieron la recomendación realizada por centrales sindicales y movimientos ciudadanos de abstenerse de comprar en el día de la huelga, que por la incidencia real del paro en las superficies comerciales.

En los centros de trabajo, según los datos recabados por las patronales, fue mínimo el número de empleados que secundó la huelga. Para el secretario general de la Federació de la Petita i Mitjana Empresa (PIME), Pau Seguí, la "poca incidencia" de la huelga en las empresas se debió a que "la gente es consciente de que la situación económica es gravísima y de que no podemos seguir en la línea de Grecia".

Por su parte, el director de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares (CAEB) en Menorca, Josep Fortuny, afirmó que no ha transcurrido "tanto tiempo desde las elecciones generales para que los trabajadores que votaron al PP" se sumen a una huelga contra la reforma laboral. "El cambio de gobierno es el único cambio significativo respecto a la huelga de 2010, que tenía la misma motivación, la crisis y unas medidas, aunque nos pese, restrictivas y dolorosas", añadió.

La educación sería el sector que mayor seguimiento de la huelga registró, más de un 60 por ciento en los centros públicos de Menorca y un 30 por ciento en los concertados. De nuevo, en algunas escuelas e institutos, hubo profesores pero no alumnos.

Una buena parte de la sociedad optó por acudir a sus puestos de trabajo pese a apoyar la protesta, algo que se vio reflejado en las concentraciones y manifestaciones, más numerosas que de costumbre, que en la incidencia del paro en sí. La pérdida de un día de salario y el temor al desempleo hicieron mella en la convocatoria, que sin embargo fue un éxito en el mundo estudiantil. Los trabajadores pasaron en muchos casos el testigo a sus hijos, chavales que incluso fueron elogiados por los líderes sindicales en su primera comparecencia ante los medios.

"Hay que felicitar a los estudiantes", afirmó Servando Pereira, secretario general de UGT en Menorca, "por salir de los institutos y por su manifestación en la Explanada, hay que tomar ejemplo de esta juventud".

Por su parte, el secretario general de CCOO, Ramon Carreras, avanzó que la movilización no se acabará con la huelga, "independientemente del resultado de la huelga seguiremos explicando las consecuencias negativas de esta reforma laboral", afirmó.

Los sindicalistas se mostraron críticos con la actuación del director insular de la Administración General del Estado en la Isla, Antoni Juaneda, debido -aseguraron-, a un despliegue policial "excesivo" y "no propio" de Menorca, "no se corresponde con lo que ocurre aquí", declaró Carreras.

Juaneda aseguró que no hubo un incremento de efectivos, en total 160 agentes, debido a la huelga sino que aumentó la vigilancia en los puntos considerados "críticos". Según el director insular, no hubo incidencias ni fue necesario intervenir "gracias al civismo de todos, también de los sindicatos".