Maó. En Sant Francesc, y después de la bendición en el patio de la iglesia, los fieles se desplazaron en procesión hasta el interior del templo para recordar el pasaje evangélico - Javier

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Cientos de ramos de olivos y palmas se alzaron ayer victoriosos para rememorar la entrada triunfal de Jesús de Nazaret a Jerusalén. Cientos de feligreses entraron en el templo aclamándolo como el Hijo de Dios. Cientos de voces anunciaron que la Semana Santa ha comenzado. Las parroquias de la Isla celebraron ayer el Domingo de Ramos, una jornada marcada por los contrastes y la dualidad de sentimientos. Por un lado, la alegría se apoderó de los cristianos con la llegada clamorosa de Jesús, y por otro, la nostalgia por el anunció de su pasión y muerte.

En Maó, los fieles de la parroquia de Sant Francesc se congregaron en el patio de la iglesia donde levantaron los ramos de olivos y las palmas para recibir la bendición. Tras la lectura del Evangelio que narra esta entrada triunfadora, el párroco Antoni Fullana y el diácono Joan Mercadal encabezaron una procesión en la que los feligreses pudieron reproducir la llegada del Hijo de Dios a la ciudad y en el templo.

La eucaristía contó con la lectura dramatizada de la Pasión de Cristo. En la homilía, Antoni Fullana animó a los fieles a vivir los sentimientos con entusiasmo y les alentó a mantener siempre viva la devoción y pasión hacia Jesús y evitar que se apague. Y recordó que en los episodios de la Pasión "vemos reflejada nuestra propia vida, la vida cristiana". Fullana también impulsó a los feligreses a cooperar para que "en nuestro entorno haya cada vez más amor y paz".

En Ciutadella, la imagen que se dibujaba en calles, plazas y sobre todo iglesias, dejaba un buen sabor de la devoción de los feligreses. Y es que los templos estuvieron concurridísimos.

El pasaje evangélico de la bendición de los ramos y las palmas en la iglesia de Sant Francesc, abarrotada, estuvo presidido por el obispo Salvador Giménez Valls. En procesión, los feligreses se dirigieron hacia la Catedral donde se celebró la misa de la Pasión de Cristo. En la homilía, monseñor Salvador Giménez pidió a los ciudadanos que celebren esta Semana Santa con fe y coherencia.

No fue diferente la celebración del Domingo de Ramos en el resto de municipios. Por ejemplo en el caso de Ferreries, el rector Joan Febrer esparció el agua bendita entre todos los ramos que se levantaban salvadores en la iglesia de Sant Bartomeu. También en procesión y después de entonar unos cantos litúrgicos, comenzó la procesión hacia la iglesia de Santa Maria donde se celebró la misa del Domingo de Ramos. Según informa el corresponsal Joan Janer, los ramos de olivo fueron preparados por un grupo de jubilados que unos días antes, se desplazaron hasta el Barranc d'Algendar para recoger los fajos y preparar los manojos. En este caso, se prepararon 650 ramos que los fieles pudieron conseguir durante la celebración del Domingo de Ramos.