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Autoficha. Me llamo Borja González Bilbao y como nombre artístico utilizo el de Brokas. Me crié entre Madrid y alrededores y desde el año 2005 resido en Menorca. Soy arquitecto técnico y trabajo como tal. Dibujo, pinto y esculpo. Siempre he dibujado, fue como me di cuenta de lo que me gustaba. Mi obra suele exponerse en bares y restaurantes, en lugares donde la gente no sabe que se va a encontrar obra expuesta y esta forma parte de la decoración del local. A mí me gusta encontrarme con el arte en sitios no convencionales y por ello también exponer en ellos. bokas-art/blogspot.com.

Sus personajes siempre aparecen en un mundo de pura fantasía. ¿Qué intención esconde?
Sí, el tema siempre es fantástico, incluso cuando me baso en modelos reales los transporto a otro mundo que viene a ser todo el rato el mismo, mi mundo de fantasía. La intención es mostrar un mundo en el que los personajes se sienten a gusto, que la gente detecte que todo va bien, que no hay problemas y que si los hay no son tan importantes. Empiezo a dibujar sin saber como terminará realmente, pero siempre acabo con ese esplendor que transmite armonía, un entorno apacible.

Desde la más pura inocencia del recién nacido, incluso antes siendo un feto, a la sabiduría de los mayores. El humano eclipsa su obra.
Lo que más me interesa siempre es transmitir sentimientos, en un principio por motivos de dibujo ya que a través de la mirada y los gestos es más fácil dar a entender, pero reconozco que también se trata de una limitación propia, me gustaría saber expresar emociones sin la figura humana. Luego el personaje, tenga la edad que tenga, se funde con el entorno que es una exteriorización de la emoción a la vez de ser también muy estéticos.

Sus esculturas, no obstante, pierden la fantasía, muchas son chillonas, otras se dejan llevar por el viento. ¿Qué buscan?
Solo llevo tres años practicando con la escultura. Cogí una piedra de "marès" y pronto me di cuenta que me resultaba fácil conseguir la tercera dimensión, imagino que algo tendrá que ver con mi profesión de arquitecto técnico. Yo mismo me sorprendí, el primer busto que trabajé, un buda, lo hice con herramientas de madera, no tenía más, y el resultado no estaba nada mal. Recuerdo que cuando escuchaba o leía aquello de que a la escultura solo hay que quitarle lo que sobra, o añadir lo que falta si es con barro, me parecía una idea romántica que solo buscaba enaltecer el oficio. Pero al practicarlo me di cuenta que realmente es así. Mis obras buscan el movimiento, me gustaría que la piedra pareciese que se mueve. Seguiré practicando.

Usted ha impartido el taller d'Alternanits d'Injove sobre cómic. ¿Qué practican los jóvenes en este taller?
Empezamos el taller con una explicación sobre como se hace un cómic. Luego practicamos la creación de un personaje a partir de una estructura. Cada cual le coloca la expresión que quiere, la ropa, el peinado... luego sale un monstruito enfadado, una colegiala o un tipo aventurero.

¿Y qué les aporta la creación de este personaje?
Cada personaje es un reflejo inconsciente de su autor, de sus rasgos físicos y su expresión. Además la práctica del dibujo, se basa en una estructura, les sube la autoestima dado que tienen garantizadas unas proporciones y se sorprenden siempre gratamente con el resultado.