TW
1

El propietario del restaurante Es Molí de Foc de Sant Climent, Vicent Vila i Pla, de 54 años, ha decidido poner a la venta el establecimiento. Se trata de uno de los locales que más destacan todas las guías gastronómicas cuando se refieren a Menorca. El motivo que le obliga a desprenderse del restaurante es un problema de salud. Hace dos años y medio le diagnosticaron hernias cervicales, que afectaban a cuatro vértebras. Fue operado en la Clínica Ruber de Madrid, con la colocación de unas prótesis, en un sistema muy novedoso. Aun así, al estar muy implicado en la cocina del restaurante, no puede mantener el mismo ritmo y prefiere cambiar de actividad.

Vicent Vila inauguró Es Molí de Foc en 1996. En Valencia ya tenía un restaurante y al venir tres o cuatro veranos, en agosto, de vacaciones a la Isla, descubrió las posibilidades que tendría un establecimiento de calidad. "Me costó tres años levantar el negocio, pero después ha ido creciendo", comenta. De hecho, la última temporada, a pesar de la crisis, fue la de mejores resultados.

El local ya había sido un restaurante con anterioridad. Mucha gente todavía lo conoce como el restaurante de los franceses. Después de que el anterior propietario dejara la actividad, permaneció cuatro o cinco años cerrado, hasta que el empresario valenciano compró el local y puso en marcha Es Molí de Foc. Reconoce que "a lo mejor mi restaurante está muy personalizado, pero he intentado incorporar a cocineros y no he conseguido el resultado que esperaba". Vicent Vila se ha integrado en la vida social de Sant Climent. El año pasado fue el pregonero de las fiestas. También ha sido reconocida su labor como finalista de los premios Protagonistas de la Vida Menorquina, que concede Editorial Menorca SA. En este caso fue por su fábrica de cerveza, a la que piensa dedicarse con mayor intensidad cuando haya vendido el restaurante. "Estoy muy contento de los resultados de la producción de cerveza", comenta. En el mes de marzo del año pasado puso en marcha esta planta, con uno de los mejores equipos de producción. En un año ha vendido alrededor de 40.000 litros. Ahora ha contratado un químico menorquín y un ingeniero berlinés para potenciar la producción y la calidad de los productos. La fábrica se llama "L'arrosseria del Convent", como el primer restaurante que tuvo en Valencia.