Colaboración. Vicente Cajuso, presidente de ASCOME, junto a Álvaro Otal, gerente de Anceco - Javier

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Del trato personal de la pequeña tienda de barrio a las grandes superficies y a las compras on line. El consumo no deja de transformarse y la competitividad del pequeño comercio pasa, ahora más que nunca, por alianzas para luchar contra las grandes cadenas de distribución.

Así lo entiende Vicente Cajuso, presidente de la Asociación de Comerciantes de Menorca (ASCOME), patronal que invitó ayer a Álvaro Otal, gerente de la Asociación Nacional de Centrales de Compra y Servicios (ANCECO), para hablar precisamente de las debilidades y las fortalezas de los comercios en una sociedad inmersa en una crisis económica y en una revolución virtual.

Licenciado en Ciencias de la Información, en la especialidad de Publicidad, Álvaro Otal llegó a la gerencia de ANCECO tras iniciar su profesión en las ventas y la gestión comercial y dedicar doce años de su carrera a la implantación de la firma de moda Benetton, en Francia, y de trabajar después en la expansión de la marca deportiva Base en España.

"El inicio de las centrales arranca en la segunda mitad de los años 1970, con la llegada del primer Carrefour a España, ante la necesidad de luchar contra los grandes grupos de distribución, y esa necesidad es creciente a partir del año 2000", explicó Otal. Lo que surgió como una manera de mejorar las condiciones de compra y el margen en los precios, en la actualidad se ha ampliado a otros servicios como acciones de marketing, contratación de seguros, gestoría, logística, sistemas de información y apoyo para la venta on line.

Un motor de gestión

"Una central de compras es un motor de gestión, ofrece herramientas, información, es un punto de encuentro de empresarios del mismo sector, allí uno no se siente solo", afirmó el gerente de ANCECO en una entrevista previa a su conferencia ante los empresarios menorquines, en el restaurante Jeni de Es Mercadal.

Los pequeños comercios de la Isla saben bien, en especial tras la reciente irrupción de nuevas cadenas de distribución alimentaria en un mercado reducido, que la unidad es necesaria.

"El pequeño comercio no puede, o no debe, estar solo, sino bien asociado, en un sistema de franquicias o de alianzas", recalcó el presidente de ASCOME, Vicente Cajuso, quien añadió que desde la patronal integrada en la Federació de la Petita i Mitjana Empresa (PIME) "intentamos fomentar esta colaboración porque es indispensable para subsistir".

En un contexto de recesión y de bajada generalizada del consumo, los establecimientos que trabajan con una central de compras "se han defendido mejor de la crisis", señaló Cajuso, "porque la central continúa haciendo publicidad o catálogos, les da una visibilidad que solos no tendrían".

Los sectores en los que más se ha implantado este modelo son los de papelería, electrodomésticos, ferretería, climatización, electricidad, construcción y alimentación, entre otros; otros sectores, como el del textil y la moda, funcionan más por el sistema de franquicias, "quizás porque es un sector especial, en el que es importante mantener el elemento diferenciador", apuntó Álvaro Otal.

Son muchas las centrales de compra que cuentan con una marca de canal (Cadena 88, Milar, Intersport, Base, Expert, Tien21 son algunas de la lista), aunque otros establecimientos conservan su nombre comercial pese a tener una central de compras detrás.

"Vivimos en un mundo globalizado, nos afectan los mismos fenómenos aquí que en cualquier otro punto del planeta, es irremediable, todo va muy rápido, y el consumidor cada vez puede comparar más", señaló el gerente de ANCECO, "el ahorro en costes es fundamental y la cuestión logística, en un lugar como Menorca, es algo crítico".