Jornada. Seis emprendedores, tres de ellos de Menorca, presentaron sus proyectos ante unas treinta personas, entre ellas algunos políticos - Cris

TW
0

El alud de interrogantes que sigue planeando sobre el Parc Bit de Alaior y la falta de concreciones sobre este proyecto por parte del Govern convirtieron ayer la jornada sobre emprendedores que se celebró en la extensión universitaria de la UIB en Alaior en una avalancha de preguntas y de peticiones por parte del sector que solicita un calendario de actuaciones, así como respuestas claras ante una iniciativa de base tecnológica "tan necesaria" para la Isla.

El jefe del Servicio de Innovación del Parc Bit de Palma, Antoni Viader, y el director general de Innovación y Desarrollo Tecnológico, Antoni Mateos, explicaron que el proyecto está siendo sometido a un plan de viabilidad para poder conocer el tejido de "emprendedores potenciales que ocuparían un espacio en este centro" y que "el edificio no se convierta en un aeropuerto vacío". Con ello, Mateos indicó que aunque el Govern baraja tres posibilidades -comenzar ya el proyecto, abortar la inversión y devolver la partida a Madrid o prorrogar el convenio-, esta ultima es la que mayor peso tiene para el Govern. Lamentó que "estamos siendo muy presionados desde la Isla para que se haga el edificio", una frase que inquietó a los emprendedores presentes.

El presidente de ACCESO, Santiago Barro, exigió un compromiso firme respecto a los plazos para saber cuándo va a evaluarse el plan puesto que "el tiempo pasa y no existen avances". Por su parte, el delegado en Menorca de Joves Empresaris, Joan Sánchez Tuomala, pidió que este plan de viabilidad contemple unos primeros años como "período de adaptación" y asegura que "cuando tengamos el centro, estará al completo".

Los emprendedores que ya han lanzado su empresa, y cuyos proyectos ya están viendo el fruto de su empeño, creen necesario el avance y la puesta en marcha de este proyecto, aunque ponen un interrogante a una inversión un tanto inasumible. El empresario menorquín Justo Saura habla de una "necesidad" real para el tejido empresarial de la Isla donde "las formas elegidas no son las correctas". Según Saura, el proyecto no debería diversificar tanto el sector y ajustarse a proyectos que ya existen, como el que está impulsando Joves Empresaris. Además, "no se ciñe a la realidad económica actual". Para este emprendedor, "deberíamos luchar para que el proyecto de Martin Varsavsky sea una realidad puesto que sólo su apoyo y su experiencia ya es un logro y una marca de éxito".

Por su parte, Manel Juan, otro emprendedor de la Isla y copropietario de Dobgir, cree que la nueva incubadora de empresas de Menorca no debe ser sólo de base tecnológica sino que debe ser "un parque empresarial donde tengan cabida los proyectos industriales y turísticos". Asegura estar totalmente de acuerdo con la iniciativa propuesta por Varsavsky para que "el centro cueste menos dinero y que la partida se pueda destinar a financiar los proyectos innovadores". Para Manel Juan, "muchas veces la falta de financiación provoca que los proyectos se vean obligados a nacer fuera del Archipiélago".

Más radical se postula el periodista y también emprendedor Agustí Sintes, quien tilda de "disparate" tanto el proyecto del Parc Bit como el de la fibra óptica por "llegar tarde".

Para Sintes, quien denunciaba ayer que en una sala de la UIB no haya cobertura, "Menorca no requiere sólo un espacio sino que son necesarios muchos otros aspectos de estrategia económica para que el proyecto funcione". Respecto a la iniciativa del empresario argentino, asegura "desconocer su iniciativa" y cree que "no se está diciendo toda la verdad".

Quienes han sido acogidos en el Parc Bit de Palma o han recibido un apoyo de este centro de base tecnológica pueden mejor que nadie valorar la incidencia que puede tener para Menorca una extensión del Parc Bit. Este es el caso de Joan Bendito, consejero delegado de Manexmar88, quien opina que el punto de partida no es el correcto. Y es que para este empresario, la inversión debería dirigirse a financiar los proyectos que se quieran impulsar o patentar y que los emprendedores sean los que paguen, a partir de un porcentaje de sus beneficios, la construcción del centro.