"Para fotografiar animales hay que tener mucha paciencia"

¿Por qué decidió dedicarse a la fotografía?
Siempre me había atraído el mundo artístico y la fotografía es la disciplina con la que mejor me expreso. Por eso me fui a estudiar a Barcelona en 2003. Cuando volví a Menorca empecé a trabajar en una tienda de fotos y comencé a hacer mis primeros trabajos a nivel profesional. Por otro lado, decidí formarme más y estoy acabando Educación Social, compagino ambas cosas. De hecho, mi amiga y compañera Cristina Barber y yo hemos montado una empresa, especializada en fotografía nupcial.

Hay gente a la que lo de posar no le hace mucha gracia. ¿Algún truco como fotógrafa?
Hay que intentar salir lo más natural posible, aunque en un estudio puede resultar complicado. El fotógrafo tiene que hacer que la persona se relaje y saber captar su naturalidad. De todas formas, a la mayoría les gusta tomarse fotos y hay quien se hace sesiones mensuales, sobre todo familias.

Usted también fotografía animales. ¿Cómo surgió la idea?
Era algo que siempre me había llamado la atención y que en otros países se hace con total normalidad. Hacer fotos a los animales con los que convivimos, como si fuera uno más de la familia, es algo muy común y pensé que aquí también se podría hacer. Además, así puedo unir lo que me gusta, la fotografía y los animales. Hay que tener mucha paciencia y confiar en los dueños, que tengan educado al animal. Las fotos deben hacerse jugando, mejor en el espacio propio y premiando con chuches. Ya he fotografiado algunos perros e incluso a algún conejo. Lo más bonito fue poder fotografiar la evolución de un cachorro desde prácticamente el día de su nacimiento. Se crea un vínculo muy especial con el animal, viendo como crece.

¿Cuáles son sus proyectos de futuro?
Quiero acabar mis estudios a corto plazo y seguir formándome como fotógrafa. Me gusta mucho la fotografía de autor conceptual, es con lo que más disfruto y me libera. Por otro lado, espero que la empresa funcione y poder seguir adelante.