Marisol García y Esther Goñalons - M.J.C.

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Autoficha
Soy Marisol García, tengo 40 años y soy natural de Galicia, aunque llevo 16 años viviendo en Menorca y, a día de hoy, resido en S'Algar. Soy Esther Goñalons, tengo 20 años y soy de Sant Climent. Ambas somos estudiantes del ciclo formativo de grado medio de Atención Sociosanitaria que se imparte en el instituto Cap de Llevant de Maó y estamos realizando prácticas en Malta gracias al programa Leonardo Da Vinci.

¿Siempre tuvieron claro que querían aprovechar esta oportunidad que les ofrece el Programa Leonardo Da Vinci?

Marisol: Sí. En cuanto mi tutora, Esther Pons, nos comunicó que podíamos hacer prácticas en el extranjero ya empecé a planear mi viaje.

Esther: Yo también. Un familiar realizó sus prácticas fuera de España y pensé que sería una buena oportunidad.

¿Cuándo llegaron a Malta?

M: El día 15 de abril. En cuanto llegamos al aeropuerto nos sentimos algo decepcionadas ya que la bienvenida fue muy fría. Sin embargo, con el paso del tiempo nos hemos dado cuenta que los malteses actúan siempre así.

¿Qué quieren decir?

E: Tienen un carácter fuerte. Nos da la sensación de que están continuamente enfadados debido a su acento árabe y a su fuerte tono de voz.

Además de trabajar, ¿van a clase?

M: Antes de venir a Malta realizamos clases de preparación lingüística por lo que, al llegar, contactamos con una persona que nos está impartiendo clases de cultura maltesa casi a diario.

¿Cómo se vive en Malta?:

E: Nosotras nos sentimos muy cómodas y seguras. De todas maneras, la vida aquí a veces resulta estresante ya que la densidad de población es la más alta de los estados miembros de la Unión Europea. Por otro lado, apenas hemos notado signos evidentes de la crisis económicas aquí. En Malta viven de los estudiantes y del turismo durante todo el año y, de todas maneras, la vida es muy barata y los salarios más bajos que en el resto de la Unión Europea. En cuanto al paisaje, resultó ser muy diferente de lo que esperábamos. Pensábamos que Malta sería similar a Menorca, pero estábamos completamente equivocadas.

¿Qué hacen durante su tiempo libre?

M: Salimos de trabajar a las 15 horas y aprovechamos para conocer la isla e integrarnos con su gente, gastronomía y costumbres.

Parece que están disfrutando de la experiencia...

E: Sí. Desde un primer momento nos hemos sentido como en casa. La gente en Malta es muy hospitalaria e intentan ayudarte y complacerte siempre que esté en sus manos. Además, le estamos sacando el máximo provecho a nuestro tiempo libre, incluso ya sabemos algunas expresiones en maltés.

¿Qué les gustaría hacer al volver a Menorca?

M: A las dos nos gustaría poder seguir trabajando con gente dependiente. Gracias a las prácticas que estamos realizando en Malta y a las que ya llevamos a cabo en Menorca nos hemos dado cuenta de lo gratificante que puede llegar a ser este trabajo.

E: También esperamos continuar ampliando nuestra formación, ya que hay una fuerte demanda en este sector.