Novela.Hace aflorar con sutil maestría temas universales como el abuso de poder, la confrontación ideológica o la manipulación de las masas, bajo la apariencia de una historia desenfadada

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Por si alguien lo dudaba, José Antonio Fortuny (Maó, 1972) guardaba balas en la recámara. Su agudeza literaria se abre paso de nuevo -tras un tiempo de silencio- con un proyecto muy distinto a su impactante obra "Diálogos con Áxel" (2003). "Nunca creí que anunciaría esto por aquí. Allá voy: después de varios años, vuelvo a publicar. He vuelto con toda la caballería, la corneta incluida.

Esta vez se trata de algo muy diferente: una novela, una comedia en la que he estado trabajando intensamente durante los últimos cinco años. Me ha costado lo suyo, pero me siento muy satisfecho". El escritor se sirvió ayer de su perfil facebook para anunciar de este modo su recién estrenado libro. La retahíla de felicitaciones virtuales no se hizo esperar.

"Alehop" (Editorial Funambulista) se publicita en el sector editorial como "una original comedia negra que, bajo una apariencia de historia desenfadada, hace aflorar con sutil maestría temas universales como el abuso de poder, la confrontación ideológica o la manipulación de las masas". Una ficción que comienza con la llegada de un misterioso circo a un pueblo remoto. Mientras la población se queda hipnotizada por el espectáculo tan vanguardista que se despliega ante ella, una pareja de ancianos trata de solucionar lo que es, a todas luces, un insignificante problema doméstico. Sin pretenderlo, se verán involucrados en una aventura trepidante, en una compleja trama —en la que el circo y su sibilino mánager tendrán su papel— que les llevará hasta límites insospechados.

"Alehop" cuenta con una brillante tira promocional de la reconocida escritora y periodista Rosa Montero. "Una farsa negrísima, angustiosamente divertida, ingeniosa, inteligente y muy actual", escribe la comunicadora.

La publicación atesora una completa web oficial, www.alehopnovela.com, donde Fortuny revela que "el lector me aporta una motivación para seguir viviendo; yo en cambio procuro hacerle pasar un buen rato y, si es posible, que esboce una sonrisa. Me parece un trato justo".