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Unos cuarenta delegados y afiliados de Comisiones Obreras se concentraron a mediodía de ayer en la Plaza Miranda de Maó, bandera en mano, para expresar ante la Dirección Insular de la Admininistración General del Estado su firme oposición a la reforma laboral que ya está en vigor. El secretario general del sindicato, Ramón Carreras, reiteró las maldades que, a su entender, esconde esta normativa y realizó una dura arenga contra el comportamiento de los dirigentes actuales.

En un día espléndido, hubo menos concurrencia de la esperada. Incluso sobraron banderas de las que repartían los responsables de CCOO. Carreras reconoció la precipitación de la convocatoria y explicó que el acto, aún sin ser multitudinario, sirve de apoyo moral para otras protestas de más calado han tenido lugar estos días en las principales ciudades de España.