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El PSOE ha animado un debate que existe desde hace tiempo. ¿Debe la Iglesia pagar el IBI por sus propiedades?. Existe una ley sobre mecenazgo que exime a ONG y entidades sin afán de lucro de pagar este impuesto.

Algunos consideran que así se valora el compromiso social de estas entidades, como el de Caritas con los más necesitados. ¿Estar exenta del pago del IBI es un privilegio que tiene la Iglesia y al que debería renunciar en estos tiempos de crisis?.

La polémica coincide con la campaña de la renta, cuando la Iglesia espera contar con muchos españoles que marquen la X para destinar una parte del dinero que recauda el Estado a la labor de la Iglesia o bien a otros fines sociales, entre los que se incluyen entidades como Caritas. El obispo de Menorca, Salvador Giménez Valls, analiza la polémica y responde a las cuestiones que estos días centran la actualidad.

¿Cómo describe la situación económica de la Isla?

Similar al resto de España. Se nota demasiado a las claras la crisis económica, muchos parados, familias sin recursos. Futuro con pocas perspectivas. Es complicada. Existen muchas dificultades económicas y cada día más carencias sociales en cuestiones de primera necesidad. Por otra parte, observo que hay grupos de persones e instituciones que intentan generar optimismo, que se esfuerzan por cambiar la situación. Seguramente porque los cristianos somos personas de esperanza, me gustaría sumarme a este grupo que genera confianza y futuro.

¿Cómo está reaccionando la Iglesia de Menorca ante la crisis?

Me parece que, en la medida de nuestras posibilidades, de modo acertado. Noto que las parroquias se han convertido en auténticos focos de solidaridad; mejor dicho, la caridad de Cristo urge a actuar de modo eficaz a todos los cristianos que intentan trasladar el espíritu fraterno a todos los que les rodean. Hay una auténtica cadena humana de recogida de dinero y alimentos, de tiempo y preocupación compartida por los sacerdotes, religiosos y fieles en general por colaborar para salir cuanto antes de esta situación angustiosa para muchas familias. No tengo más que palabras de gratitud para todos ellos. También de reconocimiento por su tarea a favor de los más pobres y marginados. Ahí está Caritas, Manos Unidas, Pastoral Penitenciaria, Misiones, Pastoral de la Salud. Sin contar el acompañamiento de sacerdotes y laicos en la catequesis, en la oración, en la formación integral…

¿En qué se ha resentido la economía diocesana por la recesión?

Me dicen que se nota en todos los niveles. Como la gente tiene menos, dedica menos a los demás. Por ejemplo, en la colecta de los domingos o en los donativos de particulares. Pero no deseamos convertir esto en una queja. De hecho, la Iglesia no es propietaria de nada, sino solo administradora. No tenemos derecho a lamentarnos porque recibimos menos. Administraremos los recursos disponibles, aquellos que los demás ponen en nuestras manos para que los distribuyamos de forma justa.

¿Qué opina de la propuesta del PSOE para que la Iglesia pague el IBI por sus bienes inmuebles?

Me ha sorprendido. Por lo injusto de las veladas o abiertas acusaciones a la Iglesia, por el no reconocimiento de la labor de tantos voluntarios cristianos, por la incoherencia exhibida cuando eran gobierno, por la ignorancia en la aplicación de la ley, por el intento de suscitar desprecio a "lo" religioso, por querer el enfrentamiento social. Desde luego no es solo el partido político que usted cita. Tienen una característica común: como el Guadiana, pretenden que aflore periódicamente lo negativo, lo polémico de la Iglesia y de los cristianos. Nuestra respuesta no puede caer en lo mismo; se debe evitar la confrontación, el desprecio o la burla hacia los sentimientos de todos. De lo religioso y del respeto a los que no comparten nuestra fe.


Se le pide a la Iglesia un esfuerzo como lo hace el resto de la sociedad.
Lo estamos haciendo. Toda la Iglesia está dando prioridad a las personas y especialmente a las que menos recursos tienen. Me parece de un gran cinismo o de una enorme ignorancia la petición del referido esfuerzo.

¿No pagan el IBI por ninguna de las propiedades de la Iglesia en la diócesis?

Pagamos como siempre por los edificios que dan una renta y también por aquellos que, aunque no den una renta, no tienen un uso religioso o social. Insisto en que estamos sujetos a la Ley de Mecenazgo, al igual que otras confesiones religiosas y ONGs. Sobre los partidos, han dicho algunos dirigentes que pagan por sus sedes. Habrá que aceptarlo pero se han creado una gran cantidad de fundaciones en partidos, sindicatos y organizaciones sociales y culturales buscando seguramente la exención.

Entonces, si se modificara la Ley para que la Iglesia, entre otros, pague el IBI, ¿a qué locales afectaría en Menorca?

Es una respuesta de futuro dependiendo de la orientación de la nueva ley. Habría que considerar si solo serían objeto de exención los lugares de culto o los centros destinados a actividades pastorales o ninguno. No podría responder con exactitud, deberíamos esperar. Pero todos conocen dependencias que utilizan quienes acuden a la catequesis, a charlas de formación cristiana, las agrupaciones de Scouts.

¿Qué importe económico representaría el pago del impuesto en la diócesis?

No hay un cálculo hecho. Lo que me sorprende es el momento escogido para esta campaña y su previsible polémica. Es ahora cuando aconsejamos que, quienes realizan la declaración anual de renta, tengan en cuenta la labor de la Iglesia y marquen la casilla correspondiente. Por las opiniones vertidas por algunos responsables políticos parece su pretensión contrarrestar la valoración positiva que tiene el trabajo de tantos voluntarios cristianos.

Si tuvieran que pagar el IBI ¿cómo repercutiría en la economía de la Iglesia menorquina?

Creo que bastante. Pero no debe ser ésta la preocupación principal de los cristianos y de los responsables. Somos sobre todo administradores y distribuiremos los recursos que pongan los ciudadanos a nuestro servicio, empezando por atender las obligaciones marcadas por la ley y después asignando a las necesidades más perentorias el resto.

¿Afectaría a la labor de Caritas, que en estos momentos lleva a cabo un trabajo imprescindible con los más pobres?

No creo que afectara a Caritas, sobre todo pensando en el numeroso grupo de voluntarios y empleados que se esfuerzan a diario en poner imaginación y creatividad en tiempo y dedicación. Es cierto que el pago del IBI de los locales de Caritas, restaría recursos para la atención a los necesitados.

El Parlament balear ha reconocido la aportación de Caritas al concederle la Medalla de Honor.

Ha sido un motivo de mucha alegría. Al principio pensé que podría haber sido mejor que en lugar de una medalla nos hubieran dado dinero para que Caritas pueda atender a más personas, pero creo que es muy importante el reconocimiento unánime de todos los partidos políticos. La medalla es un reconocimiento y una muestra de gratitud a todos los miembros de Caritas.

A veces se pretende diferenciar lo que es Caritas de lo que es la Iglesia.

Es cierto. Lo he observado con preocupación. Ignoro si hay solo ignorancia o mala fe en el planteamiento que se hace desde determinados medios. Roza lo ridículo la insistencia de dividir en dos sectores (jerarquía- pueblo de Dios; cristianos atentos a lo social y otros que se desentienden), o contraponer opiniones para manifestar enfrentamiento en el interior de la Iglesia. Los cristianos nos sabemos unidos alrededor de Cristo y en servicio al prójimo desde las funciones que cada uno desempeña. Que lo tengan todos claro: Caritas no existiría sin la Iglesia. Todos los cristianos participamos de los mismos sentimientos aunque tengamos sensibilidades distintas.

¿Qué respuesta percibe de la sociedad ante la polémica del IBI?

La respuesta es ideológica, unos con ataques furibundos a la Iglesia y otros con una entusiasta defensa. Es lo que más me duele: comprobar el enfrentamiento de la sociedad a raíz de un tema de Iglesia. Quienes han empezado la polémica, tienen su responsabilidad. La respuesta del cristiano debe ser siempre la misma: el amor y respeto a todos y solicitar libertad para transmitir el evangelio. Esto queda por encima de estas estériles polémicas; llevamos veinte siglos viviendo en coherencia con el mandato de Cristo y hay cristianos en la actualidad en todos los países del mundo.

¿Da la Iglesia de Menorca ejemplo de austeridad?

Nos dedicamos y nos preocupamos más por las personas que por las piedras. Ahora mismo, no podemos restaurar nada del patrimonio histórico que conservamos. Pero no hace falta hacer nada de eso cuando hay personas que sufren. Gastamos lo mínimo en mantenimiento.

Hay muchos cristianos que militan en los partidos que piden que la Iglesia pague el IBI. ¿Tiene algo que decirles?

Mi palabra sería la de amigo y pastor de la Iglesia: que cuente para ellos mucho más la orientación permanente del evangelio y de la Iglesia que las indicaciones temporales y estratégicas de los partidos. A veces da la impresión de que no pueden saltarse ninguna norma partidaria para, simultáneamente, poner en la picota la tarea de los demás cristianos, pastores y fieles. O también participar de la crítica inmisericorde hacia las palabras de los obispos o del mismo Papa. Coincido con ellos en no querer privilegios de ningún tipo. Espero que eso se aplique también a todos aquellos que lo exigen a la Iglesia. Estoy pensando en el IBI, en sueldos, dietas, viajes, pensiones…