Gómez. El mahonés tiene previsto volver a España una vez finalizados sus estudios en Lucerna - JMG

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Una beca de la Fundació Agustí Pedro i Pons ha permitido a Juan Manuel Gómez Pons (Maó, 1984) continuar sus estudios musicales en la Hoschule de Lucerna, donde lleva a cabo un máster de interpretación. Tras graduarse en el Conservatorio Liceu, el menorquín se instaló en la ciudad suiza y este verano participará junto con la Junge Philarmonie Zentralschweiz en el prestigioso festival internacional de música que se organiza anualmente en Lucerna.

Antes de instalarse en Suiza, Gómez realizó numerosos conciertos de cámara para el Ciclo de Música de Caja Madrid o la Biblioteca de Catalunya y, en Menorca, actuó durante el Festival de Música de Fornells y junto a las Joventuts Musicals de Alaior. Asimismo, tocó como solista con la orquesta del Conservatorio de Badalona y la Orquesta del Conservatorio Superior de Música del Liceu. El menorquín también fue galardonado el año pasado con la mención especial del público durante el concurso de interpretación musical L'Arjau para jóvenes menores de 30 años.

¿Cuándo comenzó a estudiar música?
Empecé mis estudios musicales con once años en el Conservatorio de Maó. No obstante, mis inicios fueron junto a mi padre en el Orfeón Mahonés y, un año después, al ver que me interesaba, me apunté a clases de flauta travesera con Adelaida Ponsetí.

¿Fue por decisión propia o por imposición de sus padres?

Fue una decisión propia. Al entrar en el Conservatorio me hicieron una pequeña prueba de aptitud sobre tres instrumentos para elaborar las listas de ingreso de los estudiantes. Yo quedé entre los primeros en flauta travesera y, tras probar un poco el instrumento, decidí decantarme por él. Sin embargo, no fue una elección que tuviera clara desde el principio.

Imagino que ahora estará convencido...

Sí. La flauta travesera es un instrumento dotado de una gran capacidad expresiva y tímbrica. Su sonido siempre me ha cautivado. Como instrumento de viento puede alcanzar un gran virtuosismo a la vez que sobrecoger con simples melodías. La flauta tiene un papel muy importante no solo en la música clásica, sino también en la música popular, el jazz o el flamenco. Además posee una gran variedad de efectos que, aplicados a los distintos estilos, la convierten en un instrumento muy interesante y ecléctico.

Tras finalizar sus estudios en Menorca, se trasladó a Barcelona...
Sí. Con 18 años me fui a la Ciudad Condal para estudiar Historia del Arte, pero tras dos años comencé a dedicarme exclusivamente a la música.

¿Dejó la carrera?
Sí. Historia del Arte es una carrera preciosa que te aporta una enorme cultura y conocimiento, pero después de varios años, estaba cansado de observar el arte de una manera pasiva, quería formar parte de él de un modo más creativo y personal. Así fue como me decanté exclusivamente por los estudios musicales, que además requieren una altísima dedicación y exclusividad. Tras tomar esta decisión me saqué el título de Grado Medio en el Conservatorio de Badalona y el Grado Superior en el Conservatori del Liceu.

Y después se marchó al extranjero...

Al acabar mis estudios superiores en el Conservatori del Liceu, comprendí que debía continuar formándome. El nivel y la tradición musical, en lo que se refiere especialmente a música clásica, es muy alto en muchos lugares del extranjero. En España este panorama esta comenzando a subir de nivel considerablemente desde hace unos años, gracias también a mucha gente que se forma fuera del país y después vuelve, o a los excelentes músicos y profesores que se instalan en España desde muy diversos lugares.

¿Por qué Lucerna?

La principal razón por la que me decanté por Lucerna es el alto nivel de los profesores y compañeros. Aquí tengo la oportunidad de seguir trabajando para lograr un nivel adecuado para optar a un buen puesto en una orquesta o como profesor.

¿Qué está estudiando?
Estoy haciendo un máster en interpretación en la Hoschule de música de Lucerna gracias a una beca de la Fundación Agustí Pedro i Pons. La verdad es que estoy encantado. El máster está muy orientado hacia la práctica instrumental, con muy pocas asignaturas teóricas y, además, te preparan muy bien a la hora de realizar pruebas de orquesta o conciertos.

¿Es complicado conseguir una beca de estas características en los tiempos que corren?
Sí. Hoy día es realmente difícil conseguir una beca o una subvención de cualquier tipo debido a la crisis económica. Cada vez hay menos ayudas, por lo que la competencia a la hora de conseguir una es muy elevada. Además, en cultura es en lo primero que se recorta, pero no hay que olvidar que el arte forma parte de nosotros y, más que nunca en tiempos difíciles, es cuando la gente necesita más de la música.

¿Cuándo llegó a Lucerna?
En septiembre del año pasado. Recuerdo muy bien el día en que llegué a la ciudad. Al llegar a un sitio nuevo siempre se tiene una sensación extraña y se vive con mucha intensidad. Las primeras semanas, e incluso los primeros meses, son de acomodación. Hay que acostumbrarse a los nuevos horarios, a la comida y a la gente. Sin embargo, siempre es una aventura que se vive con mucha ilusión.

Ilusión y mucho frío, imagino...
Sí. Este invierno ha sido especialmente frío y estuvimos rodeados de nieve a menos de 15 grados durante meses. Me costó especialmente el hecho de no ver el sol ni un solo día durante semanas y semanas. ¡Echaba mucho de menos Menorca!

No obstante, usted aterrizó en Lucerna en septiembre, cuando las temperaturas todavía eran suaves...
Sí. Si tienes la suerte de llegar en los meses que hace buen tiempo, como me ocurrió a mí, Lucerna es una ciudad hermosa, un lugar increíble envuelto completamente por montañas y con un lago enorme a partir del cual crece la ciudad. En un primer momento, también me llamó mucho la atención lo limpio que está todo y lo bien que funcionan las cosas.

¿Qué quiere decir?
Los medios de transporte siempre son puntuales, y muchos autobuses son eléctricos de modo que no contaminan y no hacen ruido. Por otro lado, la ciudad está envuelta de espacios verdes y naturaleza. La gente es muy tranquila y muy educada. Sin embargo, todo es carísimo, uno se apaña como puede.

Vive en la parte alemana de Suiza ¿tuvo dificultades con el idioma?

Aprendí un poco de alemán antes de irme, lo justo para sobrevivir. Al principio es complicado, pero al oírlo y hablarlo cada día uno se espabila. Además, la gente te ayuda mucho y tiene mucha paciencia. Aquí en Suiza están muy acostumbrados a los extranjeros y a dominar varios idiomas.

¿Dónde vive exactamente?

Vivo a tan sólo diez minutos en bus del centro de Lucerna, en un apartamento de un amigo de mi antiguo profesor de Barcelona, que me lo deja a buen precio. Además está amueblado, cosa que no se suele encontrar por aquí.

¿Asiste a clases todos los días?
Depende. Mis clases varían cada semana en función de los profesores, ya que muchos tienen otros trabajos en orquestas o en otras universidades, y de la disponibilidad de los compañeros, especialmente a la hora de ensayar en grupos de cámara. Sin embargo, todos los días dedico diversas horas el estudio individual del instrumento.

Supongo que comparte aula con estudiantes de diversas nacionalidades...
Sí. Es bonito porque en el conservatorio he conocido a personas de lugares y culturas muy diferentes como brasileños, rusos, checos, alemanes italianos. Sin embargo, desde el primer día me junté con un grupo de estudiantes españoles que comenzamos juntos y hemos entablado una gran amistad.

¿Cuánto tiempo tiene previsto quedarse en Lucerna?
El máster tiene una duración de dos años, por lo que todavía me queda, como mínimo, un año más en Suiza. Cuando finalice mis estudios tengo intención de volver a España y realizar pruebas de orquesta, además de buscar una buena plaza de profesor. ¡Eso sería lo ideal! De momento, este verano participaré en el famoso festival de música de Lucerna con la Junge Philharmonie Zentralschweiz.

Una gran oportunidad...

Sí. A través del conservatorio voy a colaborar en un proyecto con la Junge Philarmonie Zentralschweiz, en el festival representando varias obras de la compositora rusa Sofía Gubaidulina, una artista residente en Suiza que este año ha sido invitada a la convocatoria. Es un honor para mí formar parte de este proyecto y seguro que será una gran experiencia.

¿Se centra única y exclusivamente en la música clásica?
No. Además de mi interés por la música clásica, he realizado conciertos de jazz y flamenco. La verdad es que me gustan todos los estilos musicales en general. Dependiendo del día o del estado de ánimo me decantaría más por uno o por otro. Lógicamente me dedico especialmente a la música clásica, pero no me gusta cerrar puertas a nada. De este modo, tengo proyectos paralelos, especialmente relacionados con el flamenco.

Asegura que su intención es volver a España ¿se plantea volver a Menorca?
De momento, es complicado pensar en instalarme en Menorca. Es un lugar pequeño y las ofertas de empleo son escasas. Sin embargo, nunca se sabe. Yo adoro la Isla, supongo que es normal para alguien que ha nacido y crecido en Menorca. Echo de menos a mi familia y la comodidad que te ofrece la Isla, además de la belleza que posee. El problema es que no puedo viajar a Menorca todo lo que me gustaría, sobre todo desde que estoy en Lucerna. Los billetes son muy caros y no hay conexiones directas, por lo que debo hacer transbordo, normalmente en Barcelona.

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