Puerto. J.M.M.A. fue interceptado cuando llegaba de Barcelona por mar - Archivo

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El Ministerio Fiscal mantiene la pena de nueve años de prisión y una multa de 128.498 euros para cada uno de los dos acusados de introducir cocaína en la Isla en julio de 2008, mientras que los abogados defensores reclaman la libre absolución de sus representados. El juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal de Maó quedó visto para sentencia por los magistrados de la Audiencia Provincial.

Los hechos se remontan al 17 de julio de 2008 cuando, según narra el escrito de acusación, O.N.M. llevó a J.M.M.A. al Aeropuerto de Menorca donde este último tomó un vuelo hacia Barcelona. De común acuerdo, y siempre según la acusación, J.M.M.A. compró cocaína para venderla en la Isla y repartirse los beneficios con O.N.M. Un día después, J.M.M.A. regresó a Menorca a bordo de un buque de Baleària conduciendo un vehículo Volkswagen Golf. La Policía Nacional halló en el interior del coche, en concreto encima de la rueda de repuesto, según los efectivos policiales que declararon ayer, 1.998 gramos de cocaína de una pureza del 46 por ciento que hubiera alcanzado en el mercado ilícito un valor de 42.832 euros, así como copia del impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados figurando como sujeto pasivo O.N.M.

En la vista oral celebrada ayer, J.M.M.A. cambió su versión de los hechos que había relatado en la fase judicial. En sus primeras declaraciones, implicó a O.N.M. en el caso al reconocer que éste era el responsable del encargo y quien le había ofrecido los 3.000 euros por transportar el vehículo. No obstante, con su declaración ante la Audiencia Provincial exculpó a O.N.M. cargando las culpas a su padre. Los motivos por los que cambió su versión, según el abogado de O.N.M., son que días antes de los hechos los dos acusados mantuvieron un enfrentamiento donde O.N.M. había amenazado a J.M.M.A. al pensar que éste suministraba sustancias estupefacientes al familiar que, en aquel entonces, era cocainómano. Cuando la Policía Nacional interceptó el vehículo donde J.M.M.A. llevaba escondidos los bultos de cocaína, éste creyó que había sido O.N.M.

quien le había denunciado, de ahí que en su declaración en la fase judicial le cargara las culpas como venganza. Para el abogado defensor de O.N.M., Javier Irujo, "las declaraciones de J.M.M.A. son legales, las realizadas durante la fase judicial no pueden tenerse en cuenta puesto que no asistió el letrado de mi representado".

Además, el abogado defensor reprodujo las declaraciones realizadas por los agentes policiales encargados del registro del domicilio de su representado quienes coincidieron en asegurar que no encontraron nada que le incriminara. Además, la defensa de O.N.M. puso en duda el tipo de estupefaciente y la cantidad hallada en el vehículo remitiéndose al tiempo -dos años- que transcurrió entre los hechos y el informe emitido por Sanidad. Asimismo, recordó que en el sumario había más de veinte detenidos "pero ninguno de ellos ni de los declarantes, a excepción de J.M.M.A., citó a O.N.M".

Por su parte, J.M.M.A. reconoció haber realizado el viaje pero como un simple transportista, negando conocer la naturaleza de la mercancía.

Los abogados defensores pidieron por todo ello la libre absolución aunque, subsidiariamente, reclamaron que las penas fueran reducidas a uno o dos grados aplicando el atenuante de drogadicción, dilación indebida y colaboración con la justicia en el caso de J.M.M.A. y de dilación indebida en el de O.N.M. En el caso de aplicarle a este último la pena de primer grado sería acusado a tres años y un día de cárcel y una multa de 21.416 euros y, en el caso del segundo grado, la pena sería de seis años y un día de prisión y unos 42.000 euros de multa. El letrado de O.N.M. pidió además la nulidad de las escuchas telefónicas a través de las que los agentes de la Policía Nacional supieron de la llegada por mar del vehículo que transportaba las sustancias estupefacientes, por no tener base jurídica.

La vista oral finalizó con las palabras de los inculpados. J.M.M.A. mostró su arrepentimiento indicando que "en 2008 estaba recién separado y muy enganchado a la droga, lo hice por 3.000 euros y lo hubiera hecho por 300 euros, ahora no lo haría ni por 30.000".

Constantes contradicciones

El Ministerio Fiscal mantuvo el escrito de acusación y se remitió a las "constantes contradicciones" de los dos acusados. Para la fiscal Magdalena García el acuerdo entre los imputados para transportar la cocaína fue reconocida en la fase judicial por J.M.M.A. quien apuntó en aquel momento que fue O.N.M. quien le ofreció los 3.000 euros además de reconocer que al llegar a la Isla debía llamarle.

El Ministerio Público resaltó que en la fase de investigación J.M.M.A nunca pronunció el nombre del padre de O.N.M. cuando ahora se le cargan todas las culpas. Además, creyó demostrada la intención de beneficiarse ilícitamente de la mercancía por la cantidad de droga incautada que excede la establecida por la jurisprudencia.

Además se refirió a las declaraciones de los agentes policiales quienes coincidieron en asegurar que en el domicilio de J.M.M.A. hallaron material utilizado para el tráfico de sustancias estupefacientes.