Campo. Los payeses aún no saben cuándo van a cobrar las ayudas del CARB de 2011, pero confían que el programa tenga continuidad - Cris

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El conseller de Agricultura, Fernando Villalonga, garantiza que el Contrato Agrario de la Reserva de la Biosfera (CARB) tendrá continuidad a pesar de las dificultades que tiene el Consell para pagar las ayudas correspondientes al pasado año. Así, Villalonga admite que a día de hoy no sabe cómo hacer frente a los 800.000 euros que debe a los payeses, postura que ya expresó a finales de mayo a este periódico y que justifica por los problemas de tesorería de la institución insular.

"Que nadie dude que este año también se va a convocar el CARB, y se hará de manera consensuada con el sector", sentencia Villalonga. De hecho, recuerda que en las cuentas del Consell para este año se reservaron 800.000 euros para este programa, la misma cantidad que finalmente se repartirá entre los payeses que participan en la edición del CARB de 2011. ¿Cuándo se repartirán? Ésta es ahora misma una pregunta sin respuesta, admite Villalonga, quien no obstante carga contra el PSM, quien esta semana aseguró que el conseller demostraba una "nula implicación" con el campo menorquín. "Ellos, junto con el PSOE, saben perfectamente en qué estado dejaron la tesorería de la institución, y por tanto, saben qué pueden exigir y qué no. Estamos haciendo todos los esfuerzos posibles para conseguir que el campo tenga todas las ayudas que le corresponden", apunta Villalonga.

Volviendo al CARB de 2011, Villalonga apunta que la fórmula a seguir para poder saldar la deuda con los payeses puede ser el pago a plazos. "Será muy difícil que podamos tener 800.000 euros de golpe, y por eso nos planteamos la posibilidad de ir abonando el dinero a plazos, a medida que dispongamos de él", explica el conseller. En este sentido, el conseller de Agricultura asegura que las ayudas al campo continuarán, si bien, como ya avanzó este periódico, no cree que el Govern balear vuelva a convocar por ahora un nuevo plan ProAgro. Descartado este programa, Villalonga considera que la llegada de dinero público al campo debe seguir, aunque reorientando su finalidad.

Así, lo que debe fomentarse, según Fernando Villalonga, es la productividad. Sin descuidar el cuidado del medio ambiente y del paisaje, el conseller propugna que hay que contribuir a la viabilidad de las fincas, a la rentabilidad de su producción. "Nos podemos morir de hambre con las 'parets seques' en pie, el modelo del PSM no es el mío", resume.

EL QUESO, UNA DE LAS BAZAS

En esta línea de trabajo buscando la productividad, Villalonga apunta una de las vías que podrían seguirse. El actual conseller asegura que durante los últimos años se ha reducido de manera muy notable la inversión de la administración pública para la promoción del queso con denominación de origen Mahón-Menorca. Esto coincide con un descenso de la comercialización del producto estrella del campo menorquín, disminución que según el conseller ha supuesto pasar de las 2.400 toneladas anuales comercializadas a las 1.900. "Tenemos que recuperar la comercialización, y una vía es la promoción a través del Consejo Regulador de la Denominación de Origen", asegura.

"El Consell Insular no puede vaciar el presupuesto del Consejo Regulador de la Denominación de Origen para dar contenido al Contrato Agrario, porque el presupuesto es el que es. No podemos poner todos los recursos en una sola parte de la balanza, y esto es lo que se ha hecho en estos años", opina.

APROVECHAMIENTO DEL AGUA

Ante los difíciles momentos que está atravesando el campo menorquín, lastrado por problemas que parecen no solucionarse nunca y agravado ahora por el aumento del coste de las materias primeras y a partir de septiembre por el incremento del IVA, Fernando Villalonga defiende que "debe haber un replanteamiento de las fincas de Menorca".
El conseller mantiene que "se está yendo hacia fincas cada vez más grandes y con mayor número de vacas. Ha disminuido el número de explotaciones lecheras, y cada vez se produce menos aquí y se tiene que comprar más producto de fuera". Por eso, Villalonga reclama que "no puede ser que no se aprovechen las miles de toneladas de aguas residuales y depuradas que tiramos al mar. Podrían servir para producir aquí el forraje que ahora mismo compramos fuera de la Isla. Así lo produciríamos aquí, y aunque quizás fuera igual de caro que el de fuera de la Isla, al menos nos ahorraríamos el coste del transporte".