COMPLICIDAD. Estelrich y Montiel transmiten una gran compenetración en el escenario - Gemma Andreu

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Noche de exquisiteces la del sábado en el Principal de Maó, con el recital de la mezzosoprano María José Montiel, acompañada al piano por el mallorquín, Miquel Estelrich. Era la primera vez que Montiel actuaba en Menorca y su debut se convirtió en una velada emotiva y especial de casi dos horas para oír una de las mejores voces jóvenes de la lírica de nuestro país. Nadie se quería perder esta oportunidad única y por eso, el barítono Simón Orfila, que estos días está cantando en el famoso Festival Rossini de Pesaro, ciudad natal del compositor, le dio la bienvenida virtual antes de empezar, deseando que algún día, puedan estar juntos en ese mismo escenario.

El numeroso público congregado en el Teatre Principal pudo disfrutar de la voz cálida y aterciopelada de Montiel, que demostró una gran madurez vocal y control de la técnica. Esta madrileña que triunfa por todo el mundo, posee una voz de gran potencia en los agudos y brillantes pianos y filados, con una gran capacidad interpretativa y expresiva que demuestra un talento artístico que brilla sobre cada pieza de las que sonaron en Menorca. El piano de Estelrich también sonaba con la misma intensidad de sentimiento que Montiel cantaba, dejando vibrar los armónicos para acompañar los pianos de la cantante.

El concierto benéfico, que sufrió algunos cambios en el programa, empezó con tres canciones españolas de Manuel de Falla, interpretadas con arte y pasión, trasladando el sentimiento religioso a la Saeta a la Virgen de la Macarena de Joaquín Turina. Antes de la pausa, abordó un elenco de compositores franceses como Ravel, Debussy, Hahn y Eric Satie, con los que la mezzosoprano hizo un viaje de menos a más en el que la conexión con el público también creció.

La segunda parte arrancó con más comodidad encima del escenario, con los ritmos brasileños de Melodía Sentimental de Villalobos y Azulao de Ovalle. La primera ovación sonora llegó después de la seducción que experimentó el Principal con el Fado de Ernesto Halffter, interpretado con una gran sensibilidad por la artista y una gran maestría al piano que la acompañaba. Cerró el concierto con Cinco canciones negras del compositor Xavier Montsalvatge, del que este año se cumplen cien años de su nacimiento y por el que María José Montiel siente especial aprecio, ya que se conocieron en vida y fue escogida por él mismo para interpretar su repertorio.

El broche de oro después de los largos aplausos llegó con una excepcional interpretación de la Habanera de la ópera Carmen, demostrando su pleno dominio y control del papel de la heroína de Bizet con el que María José Montiel es aclamada en todo el mundo. Finalmente, el dúo Montiel-Estelrich nos regaló la popular nana de nuestras islas, "Horabaixa" interpretada con toda la ternura del mundo.