ENCUENTRO. Representantes del Ayuntamiento, Autoridad Portuaria, la Asociación de Comerciantes y de ASMEN, ayer durante la reunión - Gemma Andreu

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El Ayuntamiento de Maó no ha cedido a las protestas de los comerciantes y restauradores del puerto y mantiene su postura frente a la peatonalización parcial de la rada. La comisión de seguimiento de la medida, convocada con carácter de urgencia tras las concentraciones de los propietarios de establecimientos en la Costa d'en Reynés durante el pasado fin de semana, concluyó ayer sin conseguir alcanzar un punto de acuerdo. La Asociación de Comerciantes, Artesanos y Restauradores continúa defendiendo que la iniciativa impulsada por el equipo de gobierno de Águeda Reynés ha sido precipitada y consideran que está afectando negativamente a los locales ubicados tanto en la zona restringida como en el resto de la rada. De este modo, el colectivo tiene previsto reunirse hoy para decidir las medidas a tomar a partir de ahora. Por el contrario, el Ayuntamiento valora de forma positiva los resultados de la peatonalización, aunque admite que se pueden mejorar algunos detalles.

En concreto, el teniente de alcalde de Servicios Generales, Salvador Botella, avanzó ayer que se han detectado deficiencias relacionadas con la señalización y, por ello, se modificarán algunas señales y se incluirán rótulos en inglés para los turistas extranjeros, con el fin de indicar la ubicación de las zonas de estacionamiento de Catisa y Sa Punta. De la misma manera, también se señalizarán las paradas del tren gratuito que conecta el puerto y la ciudad. En este sentido, Botella indicó que durante el encuentro se planteó la posibilidad de incrementar la frecuencia de paso del vehículo, una opción que se descartó puesto que implicaría una reducción del recorrido. Sin embargo, el Ayuntamiento se comprometió a llevar a cabo las negociaciones necesarias con la empresa concesionaria con el fin de que el tren prolongue su servicio más allá de las 24 horas. "No sabemos si será posible o no, pero lo intentaremos", manifestó el concejal.

La velocidad máxima que pueden alcanzar los vehículos autorizados en la zona restringida al tráfico fue otro de los temas a tratar durante la reunión mantenida ayer en la sede de Autoridad Portuaria. En este punto, Botella subrayó que se incrementará el control policial para evitar que los automóviles superen los 20 kilómetros por hora permitidos. Por el momento, el Ayuntamiento ya se ha puesto en contacto con los servicios de transporte público para alertarles de la necesidad de regular la velocidad puesto que los peatones tienen la prioridad de paso en la parte restringida.

El teniente de alcalde de Servicios Generales destacó que, a pesar de que los comerciantes continúan sin dar el visto bueno al cierre del puerto, algunos residentes en la parte no afectada ya han hecho llegar su petición de que la peatonalización se amplíe a otras zonas, una posibilidad que no se contempla por el momento. "Este hecho demuestra que la iniciativa tiene sus adeptos", remarcó Botella, quien apuntó que la reunión de la comisión de seguimiento discurrió en armonía a pesar de las discrepancias existentes.

POSTURAS ENCONTRADAS
Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de Comerciantes, Artesanos y Restauradores, Manolo Lora, criticó que el Ayuntamiento no haya hecho entrega de un proyecto de viabilidad económica sobre el cierre a los propietarios de los establecimientos de la zona portuaria. En este sentido, apuntó que el colectivo ya advirtió al equipo de gobierno antes de la puesta en marcha de la medida sobre los problemas que ésta podía suponer, especialmente debido a la falta de infraestructuras necesarias. "Ni la ciudad ni el puerto estaban preparados para la peatonalización, una iniciativa que se ha iniciado de prisa y corriendo. Las cosas no se hacen así", declaró Lora. El vicepresidente de la asociación se refirió a la falta de accesos peatonales en condiciones entre la ciudad y el puerto. En concreto, Lora hizo especial énfasis en el mal estado de las escaleras que conectan el Passeig Marítim con la zona en la que se encuentran restaurantes como el Way o el Pierro o aquellas que unen la Costa d'en Reynés y la parte en la que se ubican establecimientos como Sa Falua o La Minerva.

Asimismo, remarcó que desde que se procedió al cierre parcial del puerto el pasado 1 de agosto, los comerciantes y restauradores ya están notando las primeras consecuencias. "Es cierto que hay algunas terrazas llenas, como dice la alcaldesa, pero también hay locales que se han visto muy perjudicados en una semana que suele ser la más fuerte del año", explicó Lora, quien aseguró que incluso se han dado casos de turistas que han anulado reservas en restaurantes al no localizar las zonas de aparcamiento. "Es inevitable que los turistas se desorienten", espetó.

De la misma manera, el vicepresidente de la entidad puntualizó que la medida no está afectando tan sólo a los establecimientos de la zona restringida al tráfico sino a los de toda la rada. "Se ha pensado mucho en la parte peatonal pero se ha olvidado el resto", dijo. En relación a la decisión del equipo de gobierno de acelerar la organización de actividades complementarias como actuaciones musicales y un mercadillo, Lora se mostró de acuerdo aunque matizó que esta medida "no va a solucionar los problemas que supone la peatonalización".