SATURACIÓN. Imagen de una de las colas originadas ayer en la Avinguda de sa Pau, la principal arteria del municipio de Sant Lluís - Javier

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Una hilera de bidones rojos y blancos limita el acceso a las calles que cruzan la Avinguda de sa Pau. Varias señales han sido clausuradas con cinta aislante y algunas vías han cambiado de sentido. Los coches se agolpan a poco de superar cada una de las rotondas de entrada y salida del pueblo y las colas, en ciertas franjas horarias, son mayúsculas. Es el nuevo escenario circulatorio de Sant Lluís, que ha irritado a vecinos, comerciantes y turistas y que ha llevado al alcalde, Cristóbal Coll, a pedir "disculpas" y a aclarar que son medidas "provisionales" y consensuadas tras varias reuniones con entidades, asociaciones y particulares dentro de las acciones del programa Agenda Local 21.

"No son reformas, son pruebas. No hay nada definitivo", afirma de inicio Coll, que entiende el malestar que los cambios introducidos hayan podido generar entre la ciudadanía. El primer edil de Sant Lluís explica que todo nace de diversos encuentros con el músculo social y comercial de la localidad para "mejorar la movilidad", tras los que se decidió pasar a la acción. "Una empresa externa que asistió a las reuniones nos asesoró y decidimos hacer las modificaciones, que no son más que un test para comprobar si es una buena solución. Luego, a final de año, habrá un dictamen y redactaremos un plan de movilidad serio y consensuado".

El alcalde no tuvo reparos ayer en pedir "disculpas" a todos aquellos que se hayan visto "afectados por las pruebas", pero consideró que "se debían hacer". "Lo fácil para nosotros hubiera sido no hacer nada en cuatro años porque ya sabíamos que estas modificaciones iban a ser polémicas. Pero como políticos nos toca ser valientes y mover ficha, probar las cosas y descartar aquellas que sean inviables. Posteriormente, en base a los datos que tengamos, haremos un plan de largo recorrido y que sea el mejor para el pueblo".

Otro de los focos de conflicto reside en las fechas elegidas para las pruebas, coincidiendo con la irrupción del verano y con un gran volumen de tránsito desde Maó hacia Sant Lluís con dirección a las urbanizaciones: "Elegimos estas fechas precisamente para poder comprobar si las modificaciones introducidas eran buenas o no con una mayor densidad de tráfico. Imagine que hacemos las pruebas en febrero y luego se hacen las modificaciones definitivas con la llegada del verano y no funcionan. Tendríamos unas obras fijas hechas para siempre que no servirían", replica Cristóbal Coll.

En el Consistorio no temen que la inminente llegada de las fiestas pueda agravar esta situación porque "cada año se cerraban los accesos, no será nada nuevo". Coll anuncia que durante los próximos meses se introducirán más variantes en la Avinguda de sa Pau y en el casco urbano y que posteriormente se someterán a una evaluación global para decidir si esos cambios son permanentes. "Debemos abrir el debate. Políticamente no nos benefician nada estas medidas, pero haremos lo que sea más conveniente para nuestro municipio. Precisamente la empresa que nos asesora es externa para que no pudiera estar condicionada. A lo mejor lo que ha faltado es comunicación para explicar lo que pretendíamos con estas medidas".

El concejal de Movilidad, Javier Pons, ya defendió días atrás la decisión de clausurar los giros a la izquierda en la Avinguda de sa Pau para evitar accidentes, mientras el PSOE de Sant Lluís, a través de su portavoz, Llorenç Carretero, anunció que pedirán la anulación de los cambios. "En la página web del Ajuntament hay un correo de sugerencias y animo a todo el que tenga inquietud sobre el tema a que exprese su punto de vista", remata Cristóbal Coll.