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Ser nieto del 'apotecari' Martí Bella, y biznieto del Doctor Camps (Francesc d'Albranca), confiere inequívocamente carácter; la sensibilidad y el sentido de la responsabilidad hacen de Biel Barceló Martí un personaje especial, real, auténtico como el viento, las piedras o la tierra menorquina, pero con connotaciones que van hacia un mañana más enraizado con el hombre y con su entorno, un mundo nuevo al que todos deberíamos aspirar.

¿Dónde instalamos tus inicios escolares?

En el Colegio Salesiano de donde pasé al Instituto José María Quadrado y de allí di el salto a Barcelona, para proseguir mis estudios musicales en el Conservatorio superior de dicha capital catalana.

Estudios, me refiero a los musicales que ya habías iniciado aquí.

Sí, en el Conservatorio de Menorca, que en realidad y en aquellos años era un apéndice del de Mallorca.

¿Cómo eran aquellos años de tu primera juventud?

Naturales, sencillos aunque las preferencias de mis amigos y las mías no eran coincidentes, a ellos les atraía el fútbol por encima de todo y a mí la música; por ello y por simplificarlo diré que las actividades que llevábamos a cabo eran paralelas y que de una forma u otra respondían a nuestra respectivas inquietudes.

Tus antecedentes familiares, ¿propiciaron tu dedicación a la música?

Posiblemente sea así, de hecho siempre me he sentido atraído por la música y en este campo mis antecedentes familiares están ahí. La Capilla Davídica nació en la farmacia Martí, don Gabriel Salord era un asiduo contertuliano de la misma y mi abuela siempre le decía que debía formar un coro, y el coro nació. Incluso mi abuelo formó parte de la primera junta de la que el notario Verdaguer era el presidente, sin duda en mis genes está la música.

¿En qué te especializaste en Barcelona?

En composición y guitarra, luego fui ampliando estudios, pero en aquellos momentos era lo que más me atraía.

E incluso llegaste a enraizarte en el ambiente de la Ciudad Condal.

Efectivamente, daba clases de música, y había creado ya un núcleo importante a mi alrededor. También trabajaba en "El Periódico" como asesor musical, un trabajo que me fascinaba a pesar de ser muy exigente; sin embargo quise romper con todo aquello y tomé la determinación de marchar a los Estados Unidos, para ver lo que allí se hacía, para vivir una experiencia nueva que considera interesantísima e incluso necesaria.

¿Lo fue?

Mucho más de lo esperado. En San Francisco y gracias a la amistad de Joan Pons, conocí a Joaquín Nin Culmell, un compositor de primera fila, que había sido alumno de Manuel de Falla antes de nuestra guerra civil y que emigró a los Estados Unidos y que al final de la contienda no pudo regresar; un músico extraordinario hasta el extremo de que era "cap de composició", o sea, profesor de la Universidad la California, en Berkeley; pero aquí no le quisimos. Él no solo me acogió, sino que también me brindó su amistad y un aprendizaje extra de primer nivel.

¿Nin Culmell?

Sí, Joaquín María, hermano de la escritora Anaïs Nin, y como te he dicho un personaje extraordinario.

Y tras este enriquecedor peregrinaje estadounidense regresaste a casa.

Pues sí, me vine para Ciutadella y comencé a trabajar. En aquel momento Joan Pons me propuso crear un 'petit cor', que bautizamos con el nombre de Cor de Cambra de Ciutadella, con el que realizamos varios conciertos, concretamente en el Palau de la Música de Barcelona e incluso montamos "Marina", la ópera de Arrieta, en la que intervino el tenor Marcelo Álvarez, que con frecuencia recuerda que fue aquí, en Menorca, en donde cantó por primera vez fuera de Argentina.

¿Cómo llegaste a la dirección de la Capella Davídica?

Este coro, el Cor de Cambra tuvo algo o mucho que ver. Gabriel Julià, Miquel Anglada y Sebastián Taltavull me invitaron a comer y en dicha comida me propusieron que asumiera la dirección de la Capella, propuesta que acepté sumamente complacido. De ello hace ya 17 años, concretamente el día 8 de mayo pasado se cumplió dicho aniversario.

Rompiendo con ello la tradición de que el director de la Davídica fuese un sacerdote. Primero lo fue su fundador, don Gabriel Salord y luego don Guiem Coll.

Sí, aunque yo no rompí la tradición, quienes la rompieron fueron ellos, los promotores de dicha propuesta.

Llevas razón, pero sigamos ¿cómo funcionáis?, ¿cuál es su estructura?

Es una entidad cultural que cuenta con una junta directiva y un número muy limitado de socios. Por lo demás siempre digo que el verdadero valor de la Capella Davídica lo aportan sus componentes, los cantores, ellos y ellas, que aman la música y se esfuerzan para representar, de la mejor manera posible, a una 'capella' emblemática e histórica no solo para Ciutadella sino para toda Menorca.

La base para una perfecta sincronización está en los ensayos, ¿cuántos?

Dos semanales que aumentamos cuando estamos preparando un concierto. En tales circunstancias ensayamos separadamente las cuerdas masculinas y las femeninas, completándolo con otro ensayo para todo el conjunto, de hecho son tres entrenamientos semanales para cada miembro, hombre o mujer, de la 'Capella'.

Y de subvenciones, ¿cómo andamos?

Mal, como cualquier otra entidad cultural. Afortunadamente la Caixa sigue subvencionando el concierto de Pascua lo cual es una bendición. Además, en el último concierto de la temporada, que tuvo lugar el 11 de julio pasado, introdujimos una novedad, la de cobrar… medida ésta que era totalmente necesaria.

¿Estáis en números rojos?

Afortunadamente no, siempre andamos con pies de plomo y ni en las temporadas en las que las subvenciones afloraban gastamos más de lo que teníamos. Política que nos ha permitido tener una economía no boyante, pero sí saneada.

La pregunta del millón. Los cantantes, ellos y ellas, ¿saben música?, ¿solfeo?

Unos sí y otros no, pero tienen una retención que nos asombra a todos. Hoy por hoy todos entienden las partituras y esto les permite captar las singularidades de cada una de ellas.

¿Existe una vinculación entre la 'Davídica' y el coro infantil?

Actualmente y debido a que su directora marchó a estudiar a Barcelona, dicho coro se ha disuelto, sin embargo cuando precisamos de un coro infantil nos apoyamos en la Escolanía que dirige Corretja Genestar; además hay otro coro, con Cristina Álvarez al frente, que va cuajando positivamente, por lo que este segmento queda lo suficientemente cubierto.

Por mis antecedentes de los años vividos en el caserón de la calle Obispo Vila, hay dos piezas de don Gabriel Salord que me atraen muy especialmente, una es el "Tu es sacerdos" y la otra el "Parenostro"; ¿Tienes predilección por alguna del citado compositor?

Las dos que has citado son excelentes, el "Parenostro" me gusta muchísimo; en cuanto a la otra la interpretamos en las ordenaciones sacerdotales o cuando llega un nuevo obispo. Además de éstas tiene otras obras de una gran calidad, la nana "Vou veri vou" es preciosa, y la cantamos ante los príncipes de España, precisamente pocas semanas antes de que apareciese el anuncio del embarazo de Doña Leticia.

¿Sigues en la composición?

Sí y no, de hecho he conseguido varios premios en ese apartado. En tres ocasiones he sido galardonado con el Premio Ciutat de Palma, y uno de la Generalitat de Catalu­nya, pero habiendo como hay tanta música 'polida' creí más conveniente hacerla llegar a la gente que dedicarme a componer y, lo dejé, aunque no definitivamente porque creo que tengo algo que decir, algo que ofrecer y… algún día volveré a ello.

¿Cómo preparas el programa de los conciertos?

A mí siempre me ha gustado hablar con la gente, conocer sus opiniones y sus gustos, en ocasiones los hay que me piden alguna pieza de Mozart, o un compositor en especial y, desde esta base amplia en la que todos colaboramos, diseño el temario del concierto teniendo en cuenta las posibilidades de la 'Capella' y si tal o cual pieza podemos interpretarla.

¿Cuántos integrantes componen la Capella Davídica?

Debo decir que el número es indefinido porque siempre hay ausencias obligadas por diversos motivos, tanto laborales como de estudios y otros. Sin embargo, somos unos cincuenta aunque en los conciertos este número queda reducido a unos cuarenta.

Y la cuerda mejor o más completa, ¿cuál es?

Va por épocas, actualmente la de sopranos está al cien por mil, pero ha habido temporadas en que han destacado los bajos o cualquier otra. Mi objetivo dentro de esta oscilación es la de buscar un equilibrio entre todas ellas lo más perfecto posible.

Cantar en la cripta de la Sagrada Familia, en Barcelona, me imagino que supuso un 'algo especial', sencillamente maravilloso.

Efectivamente fue así, aunque cantamos arriba y abajo. La Sagrada Familia es un templo diferente a cualquier otro, yo diría que "no es de este mundo", que es algo mágico y cantar allí nos llenó de gozo, de satisfacción y de alegría.

Pero en la Ciudad Condal tuviste también otra actuación que quienes la vivisteis nunca la olvidareis.

Llevas razón, el concierto en la Catedral resultó soberbio. Imagínate toda la catedral llena a rebosar y que al final todos los asistentes, puestos en pie nos ovacionaron. Una experiencia para ser vivida y siempre recordada porque fue maravillosa.

¿Vives de la música?

Prácticamente sí, soy profesor del Conservatorio de Menorca y dos días por semana doy clases aquí, en Ciutadella y otros dos en Maó.

¿Profesor de …?

Armonía, análisis musical, fundamentos de composición y actualmente también dirijo la Orquesta de dicho conservatorio.

Intuyo que tienes un as en la manga, ¿es así?

Algo de ello hay. El 24 de febrero del próximo año la 'Capella' ofrecerá un concierto en el Palau de la Música de Catalunya, concierto que nos llena de satisfacción habida cuenta de que el Palau es uno de los auditorios más representativos de Europa.

¿Cómo surgió el proyecto?

Un miembro del Patronato del Palau nos oyó y nuestra actuación le agradó tanto que nos ofreció actuar en tan emblemático escenario.

Háblame de la experiencia de Bulgaria.

Dentro del Programa Comelius, un intercambio entre distintas orquestas no profesionales, viajamos a Bulgaria y allí, durante 10 días estuvimos ensayando, éramos 80 músicos, 40 de aquí y otros 40 del país anfitrión, el concierto resultó un éxito; concierto dirigido por mí, y ahora serán ellos los que viajarán a Menorca y ofreceremos otro concierto con el mismo diseño, aunque en esta ocasión lo dirigirá un director búlgaro.

Una experiencia enriquecedora, ¿lo valoran así quienes la vivieron?

Rotundamente sí, además Bulgaria y todos los países centroeuropeos tienen una gran tradición musical y el visitar uno de ellos, siempre apetece y te permite adquirir experiencia.

Ciutadella, ¿es una ciudad con sensibilidad musical?

Sí, aunque yo diría que es toda Menorca la que hace gala de esta sensibilidad musical, Maó, Es Mig­jorn, Ferreries … todos los pueblos de la isla aman y sienten la música como algo propio, hasta el extremo de que muchos músicos valencianos que nos visitan quedan sorprendidos de ésta realidad y Valencia es una ciudad musicalmente descollante.

El Teatre des Born o el auditorio, ¿son indispensables para que Ciutadella dé un paso más hacia una consolidación músico-teatral?

¿De qué auditorio estamos hablando?… Cuando se presentó el proyecto me satisfizo enormemente aunque lo consideré económicamente desmesurado, incluso junto con un amigo arquitecto propusimos construir un auditorio dentro de una cantera, que en Ciutadella hay muchas, sería un proyecto original, con una cubierta no excesivamente complicada. Significaría construir un nuevo teatro griego, con una gran escalinata bajo la cual todos los servicios habidos y por haber tendrían espacio suficiente para su instalación, además el proyecto resultaba más económico que el presentado, pero la idea no cuajó, en beneficio de una apuesta 'de dalt de tot'.

Dices que los teatros tienen, la mayoría de ellos, los más emblemáticos, una sonoridad envidiable pero que los cantantes tienen serias dificultades para oírse.
Explícame dicho extremo.

La caja sonora de un teatro, pongamos por ejemplo el de Maó, es fabulosa, los asistentes a una ópera o un concierto gozan de una sonoridad extraordinaria pero los cantantes, me refiero especialmente al coro, con el cortafuegos bajado a su espalda, no gozan de las mismas condiciones acústicas, de ahí que los auditorios favorezcan más este tipo de conciertos, a los corales y, el clásico teatro griego resulta, en este aspecto, fantástico.

Ahora contarás con el mejor refuerzo inesperado, con Joan Pons, ¿Crees que ha elegido el mejor momento para su retirada oficial?

La amistad y la colaboración con Joan Pons siempre ha sido exquisita, fenomenal, y lo seguirá siendo. En cuanto a si ha acertado en lo de su retirada, mi postura es la de respetarla y apoyarle en todo cuanto esté de mi mano.

¿Crees que Joan Pons se ha consagrado, por méritos propios, como el mejor embajador menorquín en el ámbito músico-cultural internacional?

No me cabe la menor duda, donde él ha llegado pocos menorquines y dentro de otras actividades, han logrado ascender, para nosotros es todo un ejemplo y un orgullo.

Joana, tu hermana, ¿te ha inculcado su amor por la política?

No, en parte porque yo no creo en la política como tal, y mucho menos en los partidos, yo solo creo en las personas y como comprenderás, en ella, en Joana, muchísimo.

Nobleza obliga, por lo que he de confesarte que para mí es una de las políticas más honestas y capaces de Menorca. ¿Te preocupa la actual situación de nuestro país en particular y de Europa en especial?

Sí, sobre todo por quienes están en una situación límite, por quienes padecen en propia carne las deficiencias, habidas y por haber, de una política desacertada y con poca visión de la realidad.

¿Sigues el diario devenir?

Estoy enterado de cuanto acontece, y me llega todo la información que me ha de llegar, porque leo pocos periódicos y no veo la televisión; en casa tenemos una tele, sin antena, para visionar aquellas películas que nos apetecen, pero nada de lo relacionado con el mundo televisivo.

Cine, lectura y pasear, aunque mejor sería decir recorrer Menorca, son algunas de tus aficiones. ¿Tienes algún secretillo más?

Desde hace unos años me dedico a hacer aceite y ha sido una experiencia maravillosa. Cuando llega el momento de la fabricación aquello se convierte en una fiesta, mis amigos acuden a la cita espontáneamente y lo pasamos en grande. También practico el tai-chi.

¿Lo comercializas?

Algo, aquí en Menorca y también en Mallorca. Recientemente estuve en Maó, invitado por el GOB al mercadillo y se me acercó un señor pidiéndome probar el aceite, pero sin pan, a palo seco. Lo probó y me dijo que como aquel no había catado otro… resultó que era un profesor de Dietética y Nutrición de la Universidad de Barcelona, y un experto en aceites.

Con tres hijas que han de encarar su futuro, ¿sientes como un gu­sanillo dentro de ti?

No del todo, será porque tengo fe, pero confío en que sabrán afrontar su futuro. Pienso que cada persona tiene que andar su propio camino, y hacerlo en solitario, y ellas no dudo lo harán sabiendo que son ellas quienes deben encararlo y buscar su propia felicidad.

Y a la vida, ¿qué le pides?

No grandes cosas, que me llegue lo que me ha de llegar y que sepa vivir intensamente disfrutando de todo cuanto se me dé. Como en algunas ocasiones he recordado… "mirando cómo las nubes cambian de nariz".