Reunión. Reynés, Mus y Botella, durante el encuentro con los propietarios de los establecimientos - Maria Solá

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El teniente de alcalde de Servicios Generales del Ayuntamiento de Maó, Salvador Botella, hizo ayer un llamamiento al sentido común de los propietarios y responsables de los bares del centro durante las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia con el fin de evitar que el equipo de gobierno se vea obligado a ser más restrictivo de cara a ediciones posteriores.

En concreto, el edil se refirió a los aspectos relacionados con la música que ofrecen las barras habilitadas para la ocasión. Las directrices son claras: la música deberá silenciarse a partir de las 6 horas del sábado 8 de septiembre y también durante el paso de la qualcada y la celebración del jaleo. Del mismo modo, queda prohibida la instalación de altavoces en el exterior de los locales, aunque no se ha establecido un límite de volumen concreto.

Durante un encuentro con los propietarios de los establecimientos en el que también estuvieron presentes la alcaldesa Águeda Reynés y la concejala de Cultura y Fiestas, Elisa Mus, Botella recordó que el año pasado se detectaron notables incumplimientos del horario previsto para apagar la música, cuyo límite era también las 6 horas . "Es mejor que se queden cortos con la música que no pecar por exceso y obligarnos a nosotros a ser más restrictivos de cara al año que viene", advirtió el concejal, quien remarcó que, en caso de que no se cumplan la normativa, el equipo de gobierno podría verse obligado a tomar una decisión similar a la adoptada en Ciutadella, donde se ha prohibido a los bares poner música durante el transcurso de las fiestas de Sant Joan con la finalidad de preservar la celebración.

Excepciones
El Ayuntamiento de Máo ha hecho llegar una circular a todos los establecimientos en la que se detallan los requisitos a cumplir durante las fiestas. Sin embargo, existen excepciones según la ubicación de cada uno de los locales. En este punto, Botella indicó que los bares situados en la Plaça Constitució no podrán ofrecer música ni instalar barras al encontrarse ubicados "en el centro de la fiesta". Esta prohibición se mantendrá también una vez finalice el jaleo, a pesar de que la verbena se celebrará por segundo año consecutivo en la Plaça del Carme. "Los silencios en la Plaça Constitució también son necesarios y, en este sentido, seremos muy escrupulosos", precisó el teniente de alcalde de Servicios Generales.

Otro de los debates mantenidos durante la reunión fue el relativo a las dimensiones de las barras y, en esta línea, tanto la alcaldesa como Botella se mostraron tajantes: las instalaciones no podrán sobrepasar la fachada del establecimiento ni una anchura de 1,5 metros. "Lo que realmente nos gustaría es poder retirar las barras, pero no cometeremos la locura de hacerlo", sentenció el concejal, quien recalcó que lo ideal sería que los establecimientos pudieran atender al público a través de las ventanas.

Del mismo modo, Botella confirmó que, debido al malestar generado el año pasado entre los responsables del resto de locales, se ha prohibido a la iglesia de Santa María instalar una barra en la Plaça Constitució. "Lo hicimos con la mejor intención puesto que la recaudación iba destinada a una ONG, pero teniendo en cuenta las quejas recibidas hemos decidido rechazar la solicitud del rector", explicó.

Vasos de cartón
Por otro lado, el teniente de alcalde hizo un llamamiento al uso de vasos de cartón que el año próximo será de obligado cumplimiento, no tan sólo por motivos ecológicos sino de seguridad para los caixers puesto que los recipientes de plástico suponen un peligro para los caballos. También solicitó a los propietarios de los bares que ofrezcan facilidades a los clientes a la hora de utilizar los lavabos.

Por su parte, los establecimientos con autorización para terraza podrán mantenerla durante las fiestas, aunque prevalecerán los informes de la Policía Local para mantener la seguridad.

Venta ambulante
El Ayuntamiento pretende evitar la venta ambulante ilícita y, por ello, los efectivos de la Policía Local extremarán las medidas para controlar estas prácticas e incluso se plantea la posibilidad de que un agente de paisano se encargue de vigilar las posibles ofertas ilegales.