Avión anfibio. Con capacidad para 5.500 toneladas de agua, se desplazó desde Palma para intervenir en la extinción del fuego - Gemma Andreu

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Solo han ardido 3.000 metros cuadrados de matorral y zona boscosa, pero podría haber sido un desastre si el fuego que se originó ayer en Santa Catalina hubiese alcanzado la masa boscosa de Binixems. La rápida intervención y el amplio despliegue de medios, sobre los aéreos, evitó la propagación del incendio más peligroso, debido al fuerte viento y a la sequía.

El primer aviso del fuego llegó a las 11.40. Dos horas y veinte minutos después estaba estabilizado y a las 16.30 horas se consideró controlado. Este resultado en un dia de alto riesgo es una victoria de los profesionales del servicio de extinción.

El servicio del IBANAT, bajo la coordinación de Jorge Casado, declaró la alerta de nivel 1. Las condiciones meteorológicas hacían prever que el incendio podría ser peligroso. Se desplazaron bomberos de todos los parques de la Isla. La primera acción importante la protagonizó el helicóptero que tiene su base en S'Aranjí, junto a la Penya de S'Ìndio (Es Mercadal), que consiguió la contención del fuego. Después, los medios procedentes de Mallorca fueron definitivos. Un avión anfibio, dos avionetas, y otra avioneta de coordinación equipada con infrarrojos para detectar los puntos calientes, impidieron la propagación del fuego, que ya había provocado unos 40 focos secundarios. Los profesionales habían conseguido abarcar todo el perímetro del incendio, la mejor garantía de que en poco tiempo se iba a controlar, lo que sucedió a las 16.30 horas.

Con anterioridad, se ordenó el desalojo de tres casas prediales, Binixems de Davant, Ses Penyes Velles y Egipte, aunque solo ésta estaba ocupada y siete personas tuvieron que abandonarla de forma preventiva.

Los payeses de Santa Catalina de Baix, Lluís Riera y Antònia Morlà, estaban preocupados por los animales de la finca, especialmente por los caballos. Según el IBANAT no se han producido daños, aparte de la zona quemada.

La zona cuenta con muchas balsas de agua de las que fue posible repostar. Además han intervenido nueve autobombas del Servicio de Extinción y dos cubas privadas de 12 toneladas de Aigües de Sant Lluís.

Por la tarde se refrescó el perímetro de la zona incendiada. Durante la noche estaba previsto que un retén, formado por tres miembros de los equipos de extinción, permaneciera en la zona para detectar cualquier indicio de reactivación del fuego.