Coll. Visita la Isla en verano, Navidad y Semana Santa - e.c

TW
0

De padre menorquín y madre británica, Ellis Coll Terrett (Maó, 1992) tenía claro que quería estudiar en una universidad que le permitiera relacionar la física con la filosofía, sus dos grandes pasiones. Esa oportunidad se la ofrecía la University of Bristol, donde precisamente vive su familia materna.

Coll dejó atrás Cala Galdana y Ferreries en septiembre de 2010 para instalarse en una residencia de estudiantes cercana al campus de la ciudad ubicada en el sudoeste de Inglaterra. Hoy, dos años después, comparte piso con otros estudiantes y se siente totalmente adaptado a la vida en Bristol, donde tiene previsto quedarse hasta que finalice sus estudios.

¿Qué le empujó a continuar sus estudios en el extranjero?
Siempre me había planteado la posibilidad de empezar la carrera de Física o Matemáticas en Barcelona y, si las circunstancias me lo permitían, estudiar también Filosofía. Sabía que hacer eso significaría una gran carga de trabajo y cuando vi que en algunas universidades inglesas existía la posibilidad de unir las dos carreras supe que aquello era lo que quería hacer. También me motivó bastante el sistema académico y universitario de muchas universidades británicas: el hecho de vivir en un campus, las tutorías personales y de grupos reducidos o el sistema de créditos, que es diferente al español. Una vez me informé bien de todo ya no hubo marcha atrás. En este sentido, los profesores y la directiva del IES Biel Martí de Ferreries me ayudaron mucho en el proceso de aplicación a las universidades, pues es un sistema bastante complejo que se prolongó durante la mayor parte del último curso. Agradezco mucho lo que hicieron por mí, así que siempre intento hacerles una visita cuando estoy en Menorca. Volver a ver a antiguos profesores y amigos siempre sienta bien y, por ello, intento mantener el contacto con la gente que conocí en el instituto.

¿Por qué se decanto por Bristol?
Mi madre es de allí y, por tanto, mis abuelos y algunos primos viven relativamente cerca. Sin embargo, la decisión de venir a Bristol no tuvo nada que ver con eso. Opté para estudiar en cinco universidades: Oxford, Bristol, Durham, York y Kings College London. Desafortunadamente, no logré una plaza en Oxford, pero sí en el resto. Fui a visitarlas y tuve varias entrevistas con algunos profesores de cada universidad.

¿Qué le parecieron?
Durham me gustó bastante, pero tenía el inconveniente de que solo podía hacer Filosofía durante los dos primeros años de la carrera. Eso fue bastante decisivo. Por su parte, Kings College London no ofrecía la carrera con el master incluido, a diferencia de las demás. York también me gustó, a pesar de que el campus estaba cubierto de excrementos de pájaros. Cuando salí de las entrevistas con los profesores de Bristol estaba temblando.

¡¿Por qué?!
Se notaba que tenían un nivel considerablemente alto. Eso me motivó mucho. Me explicaron cómo funcionaban las clases, los seminarios, las tutorías y los laboratorios y me encantó. Además, era la universidad en la que más estrecha era la relación entre los departamentos de Física y de Filosofía, y también la que más se centraba en la filosofía de la ciencia y de la física. Hasta un profesor de la Universidad de York me recomendó Bristol si lo que buscaba era una fuerte unión entre las dos asignaturas. Así que las razones por las que me decanté por Bristol fueron puramente académicas.

Imagino, que había visitado la ciudad con anterioridad...
Sí. De pequeño frecuenté Bristol con asiduidad. Solíamos ir durante las vacaciones de verano o Navidad. Sin embargo, con el paso de los años fuimos cada vez menos. De hecho, cuando vine a visitar la universidad por primera vez hacía cuatro años que no había estado en la ciudad. Además, cuando veníamos de vacaciones a Bristol era para estar con la familia y no tanto para visitar la ciudad. Así que no conocí bien Bristol hasta que me instalé aquí.

¿Cuándo se trasladó?
Llegué a mediados de septiembre del año 2010. El curso no empezaba hasta principios de octubre, pero quise estar allí unas semanas antes para tener todo el cambio controlado y asimilado antes de empezar. Además, quería visitar a algunos amigos antes de que ellos se fueran a sus respectivas universidades.

¿Cómo recuerda su llegada?

¡Fue un desastre! Viajé con vuelo directo hasta Birmingham. En el Aeropuerto de Menorca no me dejaron subir mi guitarra española como equipaje de mano, así que tuvo que ir con el resto de maletas. Lo primero que hice al aterrizar fue comprobar que estaba bien, pero con las prisas solo me fijé en que el mástil estuviera intacto, así que ni la saqué de la funda. Salí del Aeropuerto temblando por el frío, puesto que, como en Menorca aún hacía buen tiempo, viajé en camiseta y pantalones cortos, sin abrigo. Mis abuelos estaban esperándome y, después del viaje en coche de hora y media hasta Bristol, llegué con ganas de tocar un poco. No obstante, cuando fui a sacar la guitarra de la funda encontré la caja completamente destrozada. Al final el seguro me cubrió los desperfectos, pero no fue el inicio que hubiera deseado. En cuanto a la ciudad, no fue hasta que me encontré solo en el centro esperando a una amiga cuando me di cuenta de que había dejado la Isla.
Hicimos un "tour" rápido y me llevó a los mejores bares y discotecas. Enseguida empecé a pensar que Bristol me iba a gustar.

¿Se alojó con su familia?
Las dos primeras semanas estuve en casa de mis abuelos. También vi a muchos de mis primos, así que estuve bastante entretenido. El primer domingo de octubre me instalé en una residencia universitaria y allí me quedé durante el resto del año. En Inglaterra, los estudiantes acostumbran a vivir durante el primer año en una residencia, lo que te permite conocer gente y hacer amigos. Posteriormente, es habitual irse a vivir con algunos de los compañeros. Me gustó mucho ese sistema, pues empezar desde cero con desconocidos en un piso puede ser bastante difícil, y en la residencia conoces a un montón de gente en cuestión de días o semanas.

Por tanto, no le debió resultar complicado hacer amistades...
En un primer momento, me costó un poco abrirme a tanta gente, ver tantas caras nuevas se me vino un poco encima. Después de esta primera impresión comencé a socializarme y la verdad es que no fue difícil porque en todas las universidades británicas los alumnos dedican la primera semana del curso a realizar actividades y salir por la noche. Eso ayuda mucho a la hora de hacer amigos con rapidez. En la residencia éramos unos 200 estudiantes y allí me relacioné con compañeros de círculos muy distintos. Al estar conviviendo día a día, algunas de las personas que conocí en la residencia han acabado siendo mis amigos más cercanos. No obstante, también hice muchas amistades en las facultades de Física y Filosofía.

¿Le costó habituarse a su nueva vida en Bristol?
Un poco. Lo que más me costó fue familiarizarme con la ciudad y la universidad. Durante la primera semana de curso no conseguí llegar puntual a ninguna clase e incluso en una ocasión llegué con 45 minutos de retraso al aula que me correspondía. Eso sí, el próximo día de clase encontré el camino a la primera y estaba allí con diez minutos de antelación.
La verdad es que la primera semana fue un poco dura, pero después todo fue sobre ruedas. También me costó adaptarme al clima y, especialmente, a los días de nieve.
Recuerdo que el primer día que nevó salí de la residencia para ir a clase y me resbalé al poner el primer pie en el suelo. El resto del camino lo pasé agarrado a las paredes e intentado mantener el equilibrio, mientras los ingleses andaban tranquilamente. ¡Pensé que debían llevarlo en la sangre o en los genes!

Supongo que no tuvo dificultades con el idioma...
En este sentido no tuve ningún problema. Aunque con mi padre hablo siempre menorquín, con mi madre hablo en inglés y, por tanto, lo domino bastante, incluso mejor que el castellano. De hecho, de pequeño empecé a hablar en inglés antes que en menorquín. Al llegar a Bristol tuve que hacer unos exámenes de inglés como parte del proceso de aplicación para mostrar que me defendía con el idioma, pero no tuve ningún problema.

¿Continúa viviendo en la residencia de estudiantes?
No. En septiembre del año pasado me instalé en un piso con cinco amigos que había hecho en la residencia. La casa en la que vivíamos no era perfecta, ni mucho menos, pero el ambiente siempre fue muy bueno. Por otro lado, mi madre y mi hermana se trasladaron a Bristol hace cosa de un año pero una de mis intenciones a la hora de dejar Menorca era ganar independencia. Este año nos volvemos a cambiar. Casa nueva y gente nueva, pero seguro que irá igual de bien.

¿En qué zona de la ciudad estaba hasta ahora?

En Clifton. No es la zona céntrica de Bristol, pero sí está cerca de los lugares que más frecuentamos. Además, estoy a menos de diez minutos andando de la universidad y eso me encanta. El recorrido desde casa hasta la facultad me ayuda a despertarme antes de entrar en clase. El centro de la ciudad está a unos 20 minutos, así que la ubicación es perfecta. Por otro lado, Clifton está muy cerca del "Suspension Bridge", el puente colgante, donde hay un ambiente muy bonito. Sin embargo, los pubs y bares de la zona no son nada económicos, así que no nos podemos permitir salir por aquí muy a menudo.

¿Cómo lleva los estudios?

La verdad es que estoy contentísimo. El primer año tuve algunas asignaturas que no me entusiasmaron pero el año pasado no había ninguna que no me interesara. Una de las cosas que más valoro en la vida es poder levantarme cada mañana para hacer algo que me guste y esta carrera me encanta.

Física y filosofía, curioso binomio...
Sí. A mucha gente le parece extraña esta combinación, pero yo no lo veo así. Siempre me gustaron las matemáticas y las ciencias y, por otro lado, la filosofía comenzó a llamarme la atención durante los últimos años de Secundaria. Por eso quería intentar hacer las dos carreras por separado en Barcelona, pero cuando se me presentó la posibilidad de estudiar Física y Filosofía al mismo tiempo no me lo pensé dos veces. Además, a medida que me iba informando sobre el temario de la carrera, más me fue interesando la relación entre estas dos vertientes porque, aunque parezca extraño, están realmente relacionadas.

¿En qué sentido?
Hay muchos problemas o teorías de la física moderna que son tan innovadores que pueden requerir un análisis filosófico, además de un análisis puramente científico. Precisamente son estos temas los que más me interesan de la física. Mi ejemplo favorito es la relación entre el determinismo desde el Big Bang, el azar de la física cuántica, y la posibilidad de libre albedrío. Además, al estudiar Filosofía no busco aprender todas las teorías, sino adoptar un modo de pensar y analizar filosófico para poder aplicar al día a día y a cualquier proyecto o trabajo que pueda llevar a cabo relacionado con la Física.

¿A qué le gustaría dedicarse en un futuro?
De momento voy paso a paso. Ahora tengo en mente terminar la carrera de la mejor manera posible. Si todo va bien, al acabar tendré un master en Ciencias. Por otro lado, siempre he querido viajar y quizá al acabar los estudios sería un buen momento para tomarme un año sabático y realizar lo que se suele denominar un "viaje de vida". No obstante, a nivel académico me gustaría continuar y hacer un doctorado relacionado con algún campo de la física preferiblemente teórico que me permita poner en práctica también la filosofía. Si eligiera una camino más de acuerdo con la filosofía, la única salida sería convertirme en profesor, así que supongo que me decantaré por la física. Me gustaría dedicarme a la investigación científica en alguna universidad, pero los sueños y las ideas a veces cambian así que, de momento, prefiero ir paso a paso.

Por tanto, le quedan todavía algunos años en Bristol...

Sí. Tengo que acabar la carrera y, de todas maneras, dudo que vuelva a vivir en Menorca de forma permanente. Además de que no me sería posible trabajar en la Isla de lo que realmente quiero, creo que después de haber vivido fuera de Menorca me resultaría difícil volver a instalarme allí. Siempre será mi casa, pero hay ciertas cosas que no me gustan y, de algún modo, se me queda pequeña. Ahora mismo, uno de mis sueños es viajar y descubrir mundo, aprender todo lo que pueda. Sin embargo, soy consciente de que no encontraré muchos lugares que me causen la misma sensación que Menorca. No dejaré de visitar la Isla, es mi casa y me encanta, pero no me imagino viviendo allí de nuevo.
Creo que ya le dije el adiós definitivo cuando me marché hace dos años.

¿Viene a menudo?
Voy siempre que puedo, aunque es cierto que, al estar lejos, no me vale la pena viajar por un fin de semana o un puente. Voy cuando tengo vacaciones y, especialmente en Navidad, Semana Santa y verano. Echo de menos a mi familia y a algunos amigos. A pesar de todas las facilidades que existen, no me comunico frecuentemente con los de casa, pero cuando llego a Menorca todo vuelve a ser como siempre, exactamente igual que lo dejé. Me sorprende porque desde los trece o catorce años siempre había estado como loco por salir de Menorca y hasta que no me marché no empecé ha valorar realmente la Isla. Me encanta su tranquilidad, su naturaleza y sus paisajes. Ahora que estoy lejos me siento afortunado de tener un lugar como Menorca al que volver. Aún así, después de pasar unas semanas en la Isla vuelvo a recordar lo que no me gustaba y siempre estoy listo para volver a Bristol.

¿Qué es lo que más le gusta de Bristol?
Hay muchísimas cosas que me gustan de Bristol pero, puestos a elegir, supongo que me quedaría con el ambiente y la vida nocturna. Es una ciudad muy alternativa, repleta de arte en la calle y con zonas suburbanas muy interesantes llenas de cafeterías, locales y discotecas únicas. Podemos salir un martes y nos lo pasamos igual o mejor que si fuera un viernes o un sábado. Esto en Menorca no funciona así.... También he podido escuchar mucha música en directo y asistir a conciertos de grupos relativamente importantes. Desde otra perspectiva, me encantan los días soleados en Bristol, la ciudad es muy bonita cuando está iluminada, aunque eso no ocurre tanto como me gustaría.

Sugerencias para la sección
"Menorquines en el mundo"
e-mail: mariasp18@gmail.com