Calasfonts. La mayoría de los empresarios afirma que los funcionarios no eran clientes habituales, otros dicen que daban ambiente - Archivo

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La decisión del Ministerio de Sanidad de cerrar este verano las instalaciones del Lazareto que durante muchos años ha sido coto privado para un millar de funcionarios de este departamento, apenas se ha notado en la economía de la mayoría de los establecimientos situados en torno al muelle de Calasfonts ni en los bolsillos de los taxistas de la parada cercana.

En este lugar, atraca la barcaza que durante los meses de estío transportaba a cerca de un millar de trabajadores públicos hasta el Islote. Tras los recortes presupuestarios del Ministerio de Sanidad y por primera vez en años, el enclave dejó de ser residencia exclusiva de sus trabajadores, no obstante, desde principios de julio y hasta el 15 de octubre, el Lazareto mantiene abiertas sus puertas para recibir visitas de interesados en conocer el conjunto arquitectónico.

Estas visitas tampoco se dejan notar en las cuentas de resultados de los negocios de Calasfonts. La mayoría de los empresarios coinciden en señalar que los funcionarios del Lazareto no eran clientela habitual y, en todo caso, las consumiciones que realizaban apenas pasaban de algún café o una bebida refrescante mientras aguardaban la llegada de la barca que les devolvía a las instalaciones del Lazareto. En muy escasas ocasiones solicitaban comer o cenar porque la mayoría disponía de todos los servicios básicos en el recinto del siglo XVIII habilitado como residencia.

Cabe recordar que los turnos vacacionales del Ministerio eran de quince días y de 145 personas por turno. Las tarifas se movían entre los 180 y los 500 euros, dependiendo del sueldo de cada funcionario y de su comunicad autónoma. "En el Lazareto tenían como un todo incluido aunque sin pulsera. Un chollo. Yo apenas he notado el cierre porque no era una clientela que gastase aquí", explica el responsable de la Crêperie Pankake.

En el mismo sentido se expresa Verónica de Sa Cala y Xiscu, de Sa Barqueta. "No eran personas que consumieran mucho, aunque un café es un café", apostilla este último. Él, al igual que prácticamente la totalidad de las personas preguntadas por el 'Menorca', coincide en reclamar la apertura del Lazareto para el turismo en general y no solo para uso exclusivo de funcionarios.

"Debería ser un lugar de disfrute para todo el mundo porque la rentabilidad sería mayor. Es Castell no tiene muchos atractivos turísticos y este podía ser uno muy interesante", apunta Vicenta, una vecina de la localidad. "Hace ocho años que visito la Isla y nunca he podido verlo, espero hacerlo algún día antes de que sea demasiado mayor y no pueda. Creo que es un lugar que se podría explotar mejor", añade Enriqueta, una turista valenciana.

Uno de los socios del local Dinkums también se pronuncia en este sentido, pero precisa que los funcionarios sí consumían en su establecimiento y además "daban un ambiente" a la zona que ahora, con el cierre, se echa en falta.

La excepción también se encuentra en el Miramar, donde su responsable apunta que sí ha notado este verano el cierre del Lazareto, pero al mismo tiempo incide en su deseo de que el recinto sanitario se abra a "otro tipo de público a otros turistas". Y quienes más han sufrido el cierre son los 14 trabajadores fijos discontinuos que eran contratados por el Ministerio de Sanidad durante seis meses al año por salarios que rondaban los 800 euros mensuales.

El alcalde apuesta por una concesión privada

El alcalde de Es Castell, Lluís Camps, afirma que el Ayuntamiento tiene abiertas dos líneas de trabajo en esta zona del municipio. La primera busca una solución a la cuestión del Lazareto. Camps insiste en que si debido a los recortes del Ministerio de Sanidad, el recinto no puede seguir ofreciendo cobertura a "una minoría como son los funcionarios", debería buscarse una nueva fórmula de explotación. El regidor apuesta por una concesión privada como herramienta para abrir el Lazareto a nuevos turistas.

La otra línea de trabajo del gobierno local consiste en potenciar el muelle de Calasfonts como "elemento que identifica y diferencia". Para ello el Ayuntamiento ya ha remitido una carta a los empresarios y profesionales de la zona solicitando su colaboración para, una vez finalizada la actual temporada, poner en común ideas y propuestas a fin de sumar esfuerzos y revitalizar la zona. "Queremos que se sientan respaldados por la Administración. Ese es nuestro mensaje de compromiso", incide Camps.