TW
0

Durante tres semanas, los profesionales sanitarios que empiezan el Programa Europeo de Formación en Epidemiología de Intervención (EPIET) se encierran en el Lazareto de Menorca para realizar un curso intensivo antes de ser enviados a distintos países para aprender y convertirse, al cabo de dos años, en expertos en enfermedades infecciosas.
El responsable de esta formación es el doctor Arnold Bosman, quien comenta que, durante ese tiempo, personas que no se conocen acaban conviviendo y formando una red estrecha para colaborar en el futuro, y a eso ayuda el emplazamiento de la escuela, "un lugar único en Europa que además permite ver cómo las enfermedades infecciosas han influido en la sociedad". En estos momentos son 37 los profesionales que siguen el curso y llegan de toda Europa.

No son estudiantes, sino adultos con experiencia en el campo de la salud pública y formados en medicina, veterinaria, enfermería o farmacia, entre otras disciplinas. Desde el año 2004 hasta hoy han pasado por las instalaciones del Lazareto 268 profesionales y 111 profesores. En el EPIET incluso les llaman "las generaciones de Menorca". Durante unos años cerraban este 'entreno' inicial con un congreso sobre epidemiología, también en Maó, pero la creciente afluencia de participantes hizo que el congreso se trasladara a otros países.

Respuesta rápida

El programa de formación, coordinado por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) con sede en Estocolmo, se centra únicamente en las enfermedades infecciosas como las que se transmiten a través de la comida, el agua, por vía pulmonar, a través de los hospitales o las infecciosas vacunables, entre otras. Enseña a analizar, prevenir y controlar pero también cómo manejar una crisis epidemiológica: "Hoy día la comida llega desde cualquier parte del mundo a la mesa en pocas horas; a veces no sabemos los riesgos y si se produce un brote tenemos que buscar rápido como detectives. Con las comunicaciones que hay, no podemos permitirnos información errónea porque los efectos son muy negativos".

El centro de Estocolmo acoge a diario reuniones de evaluación que se dedican a escanear noticias del mundo durante las 24 horas buscando brotes. Bosman afirma que "en Europa se producen brotes de enfermedades infecciosas cada día pero la mayoría son a pequeña escala y se contienen de forma profesional y eficaz". En el caso de que se produzca un brote importante y que afecte al continente, el experto considera que la mayoría de sistemas de sanidad pública están bien preparados, aunque advierte que "la sociedad evoluciona tan rápido que hay que formarse constantemente". Además, apunta, "la capacidad que tienes y la que necesitas es una balanza muy delicada. Todavía hay situaciones en las que no somos lo suficientemente rápidos para responder".

Gasto sanitario

Y en ocasiones, ante el temor por lo que pueda pasar, los gobiernos deben tomar decisiones importantes, como por ejemplo comprar o no grandes cantidades de vacunas para la población con el gasto que esto implica.

En este sentido, Arnold Bosman considera que "los gobiernos deben tomar decisiones sin garantías. Un científico te puede dar la probabilidad de que se expanda una epidemia por un país pero no es una garantía al cien por ciento. Por eso, deben sopesar la mejor manera de proteger a la población y cómo gastar el dinero. Nosotros formamos y trabajamos con gente que está en ámbitos como el Ministerio de Sanidad y cuando acaban se van con más información para poder decidir. Pero la sanidad pública no es un libro de recetas. Nadie te puede decir cuánto debes gastar", concluye Bosman.