JESÚS MÉNDEZ. - S. P.

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Autoficha
Me llamo Jesús Méndez y vivo desde hace diez años en Es Castell en Santa Creu, un predio que restauraron mis padres para trasladarse a vivir a Menorca desde Barcelona. Estudié Náutica en Cádiz pero antes de acabar la carrera me encontré como responsable de una agencia de publicidad. Mantengo unas relaciones platónicas con los grandes buques mercantes que siguen pareciéndome fascinantes y, sin embargo, una relación equívoca con la publicidad, que no me lo parece tanto. Soy socio de uno de los talleres mecánicos más emblemáticos de Es Castell y realizo trabajos como ilustrador para editoriales e instituciones y de eso vamos a hablar ahora.

Es autor de todos los dibujos que explican la historia de Sant Felip. ¿Cómo surgió el proyecto?
Me llamó el capitán Javier Girona, un auténtico entusiasta de las fortificaciones menorquinas, para trabajar sobre un proyecto con el que divulgar la vida de una familia, los Sans, vinculada a la fortaleza de San Felipe durante generaciones. Hice una serie de aguadas de tinta china de casi setenta ilustraciones. Se emite en formato audiovisual al principio de la visita al castillo.

Ante tanto detalle, documentarse debió ser un trabajo arduo.
Creo que en las ilustraciones históricas es importante dejar claro que los personajes realmente estuvieron vivos, es decir que ocuparon el presente, el suyo, con la misma intensidad que nosotros ocupamos ahora el nuestro. Por eso era crucial en este trabajo que a la vez que resultaran creíbles, estuvieran inmersos en el entorno correspondiente. Para los lugares y edificios me resultó muy útil la documentación del Museo Militar en Es Castell, para los uniformes, armas y complementos. Me sirvieron tanto los grandes clásicos de la pintura, como Velázquez o Goya, como los archivos que conservan las unidades militares. También internet es una herramienta perfecta.

En su haber cuenta con numerosos libros ilustrados.
No son tantos, la verdad. Aunque sí variados. Hay desde cómics y novelas ilustradas hasta libros de texto y manuales. Cuando recibo un encargo siempre me siento incapaz de llevarlo a cabo y me aterro. Pero en cuanto se me despierta el entusiasmo no me importa el esfuerzo ni el tiempo… Se alcanza un extraño "nirvana" al dibujar durante horas, no sabrías decir dónde has estado ni en qué has estado pensando.

¿Cuáles son algunos de los títulos?
El cómic, "Isla de León" es uno de la serie "12 del 12" con que la Diputación de Cádiz conmemora la Constitución de 1812. Otro, "Danza Creativa", es un manual infantil de aproximación a la danza. "Llamadme Cabrón" es una novela ilustrada sobre un personaje real llamado así, uno de los conquistadores de Canarias, que entre otras cosas protagonizó un ataque a Fornells. "Don Juan Tenorio y Halloween" responde a la iniciativa de la editora Ana Mayi que pretendía explicar las dos formas tradicionales, la española y la anglosajona, de celebrar el día de difuntos. Con Jordi Massó hemos trabajado además los decorados de la obra teatral "Don Mendo" y unos paneles en acrílico para la Sala de Infantería del Museo Militar que se inaugurará en diciembre.

Tiene pinta de haber aprendido a pintar sin quererlo siendo niño, ¿me equivoco?
Es así, yo era de los que en el colegio en lugar de atender iba haciendo dibujitos todo el tiempo. Suspendías mucho en todo lo demás, pero acababas aprendiendo a dibujar. Como publicitario tuve que dibujar mucho, pero eso me enseñó a plasmar lo que otros necesitan transmitir además de lo que a ti te apetece contar. Me convirtió en un verdadero mercenario de la ilustración.

¿Plumas en el tintero?
A todo el mundo le hacen gracia. Trabajo la tinta china con plumilla y tintero. Un día se me ocurrió colocar la plumilla en la punta de una pluma y redescubrí el porqué de la técnica: La mano te vuela y fluye como en equilibrio en lugar de agarrotarse en el palillero. La verdad es que todo esto no deja de ser como bordar y, desde luego, proporciona el mismo sosiego.