Población. La crisis se ha cebado sobre todo con los extranjeros, según los datos del CRE - Archivo

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La crisis económica ha cambiado la llamada que ejercía antes Menorca a causa de un efecto centrifugador que obliga a muchos inmigrantes a salir de la Isla a la que llegaron buscando una vida mejor. Así se desprende de los datos del Informe Económico y Social de Balears 2011 elaborado por el Centre de Recerca Econòmica (CRE), y que cifra en un 1 por ciento el descenso de la población extranjera en la Isla.

De este modo, Menorca se sitúa como el territorio balear con una mayor pérdida de residentes foráneos, porque en Mallorca el descenso fue del 0,1 por ciento, mientras que Eivissa y Formentera incluso ganaron habitantes de fuera de España. En Menorca, el descenso en el número de extranjeros es aún más notable si solamente se tienen en cuenta a los naturales de fuera de la Unión Europea. En este segmento, la disminución de residentes en Menorca el pasado año fue del 5,5 por ciento, prácticamente el doble que en Mallorca.

Según el CRE, a nivel balear "la pérdida de actividad acumulada durante la fase bajista económica, junto con la tardanza en el proceso de recuperación siguieron ejerciendo como fuerzas centrífugas sobre este segmento poblacional, que se situó entre los más afectados por el enquistamiento de la desocupación".

El estudio añade que este descenso en la población extranjera provocó, lógicamente, que aquellas localidades con mayor presencia de personas de origen extranjero vieran como el peso de esta población sobre el total del municipio se viera reducida. Así, en relación a Menorca, el CRE aporta los casos de Es Migjorn Gran, donde los nacidos fuera de España pasaron a ser en 2011 el 17 por ciento del censo, cuando un año antes representaban el 18,6 por ciento. En Es Mercadal también se notó, aunque menos, el descenso, pasando de una población extranjera que suponía el 27,6 por cien del total a ser el 27,3 por cien.

A nivel demográfico, el estudio del Centre de Recerca Econòmica aporta otro dato de interés a nivel menorquín. Así, destaca que la población de Maó se redujo un 0,4 por ciento el año pasado, y ya es el segundo ejercicio en que sucede. Los analistas del CRE relacionan este hecho con "el protagonismo del proceso continuo de descentralización de la población y periurbanización abierto la década pasada". Es decir, la gente ya no escoge la ciudad para vivir, sino sus alrededores. En este sentido, desde el CRE destacan que, por ejemplo, Sant Lluís incrementó su población un 2,4 por ciento, y explican que en Palma pasa algo similar con las poblaciones de sus alrededores.