A las inquietudes directamente derivadas de la crisis como los problemas económicos y la falta de empleo, está cogiendo fuerza un tercer problema, la política. Las instituciones, los partidos y los representantes elegidos democráticamente no se contemplan como parte de la solución sino, más bien, del problema.
El último informe del gabinete sociológico GADESO revela, con un abrumadora diferencia, que el 80 por ciento de la sociedad no confía en el Parlament, mientras que en lo que se refiere al Govern, es el 72 por ciento quien representa este desprestigio que padece la institución.
El análisis de la realidad socioeconómica de las Balears detecta que esta grave situación puede ser consecuencia de diversos factores. Entre ellos, esgrime la percepción de ineficacia de las medidas adoptadas para solucionar la situación económica y laboral, la sensación de lejanía de los problemas reales de la ciudadanía y la mala política de comunicación dando una sensación de improvisación que poco o nada ayuda a su imagen.
La sociedad suspende, y con muy mala nota, a las instituciones públicas. Por una parte, el Govern recibe una nota muy negativa. Los menorquines solo dan al Ejecutivo autonómico un 3,3 sobre diez. Esta baja valoración podría llevar a pensar que los partidos de la oposición capitalizarían el descontento de la población, pero tampoco se salvan de la negatividad generalizada. La sociedad menorquina da exactamente la misma puntualización a gobierno y oposición.
Respecto al grado de conocimiento que tiene la ciudadanía sobre el actual equipo de gobierno, el presidente José Ramón Bauzá es el miembro más conocido con un 91 por ciento. Mientras que el menorquín Simón Gornés, quien ostenta el cargo de conseller de Administraciones Públicas del Govern, es el menos conocido por los ciudadanos y, a su vez, el que merece la menor puntuación sobre su labor en la administración pública (2,7 puntos). No obstante, todos los miembros del equipo de gobierno reciben una puntuación por debajo del cuatro, lo que, en definitiva, demuestra poca confianza en unos políticos que deben gestionar la Comunidad y conseguir los objetivos que se marcaron: reactivar la economía y crear puestos de trabajo.
La oposición tampoco se salva de las malas sensaciones, con una puntuación que no supera los cuatro puntos.
Por proximidad, los consells insulares son las instituciones políticas de referencia tanto en Menorca como Eivissa y Formentera. Precisamente en estas islas, los representantes reciben unas puntuaciones un poco menos negativas que las de los políticos autonómicos pero, en ningún caso superan el cuatro. Así, el Consell de Santiago Tadeo se queda en un escaso 3,8 que, incluso, está por encima del preocupante 3,2 del Consell de Mallorca, y por debajo del escaso cuatro de los consells de Eivissa y Formentera.
Los partidos de la oposición de la Isla se quedan en 3,4 puntos. Asimismo, el último informe del gabinete sociológico revela que el 71 por ciento de la sociedad conoce a Tadeo mientras que más de la mitad de la población asegura no conocer a los portavoces de la oposición.
Por otra parte, la ciudadanía de Balears desaprueba de manera contundente la actuación del gobierno de Bauzá en la gran mayoría de áreas de decisión. A modo de ejemplo, la política lingüística solo recibe el apoyo del 11 por ciento de la ciudadanía, mientras que las medidas adoptadas en educación, trabajo o sanidad no superan ni tan siquiera el 20 por ciento. Y es que los recortes en el sistema educativo, el desbarajuste que parece existir en sanidad o el nulo impulso a la creación de puestos de trabajo son factores que se encuentran detrás de este escaso apoyo social, según GADESO.
Según el informe, las decisiones en materia turística son las que más agradan a la ciudadanía. No obstante, solo uno de cada tres isleños se muestra a favor. En definitiva, el informe detecta un claro toque de atención de la ciudadanía a la política desarrollada por las administraciones públicas.
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