Jurado popular. Con los rostros serios, escucharon los testimonios de la acusada y los testigos citados - A. Artigues

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Los padres de la acusada, en videoconferencia desde Noia (Galicia), de donde es natural Mónica Juanatey, se acogieron a su derecho a no declarar, después de que el magistrado presidente, Eduardo Calderón, les informara de que les amparaba dicho derecho.
Quienes sí declararon fueron las tres parejas sentimentales de Mónica Juanatey.

El padre adoptivo del menor, desde Noia, y también por videoconferencia, declaró al tribunal del jurado que, después de que en julio de 2008 los abuelos maternos del niño enviaran al menor a Menorca con su madre, no volvió a verlo ni a saber de él.

Admitió que él tampoco le llamó más y que fue entre finales de 2009 y principios de 2010 cuando, a través de un correo electrónico, la acusada le dijo que el niño había muerto en un accidente de tráfico. Añadió que le pidió "que me mandara algo para saber que había muerto y estaba enterrado" y fue entonces cuando ella le contestó que no era verdad, "que se lo había dicho para que les dejara en paz". En realidad en esas fechas, el pequeño ya estaba muerto y su cuerpo oculto en la maleta.

La declaración de este testigo fue dura y evidenció la dificilísima vida que tuvo el menor antes del fatal desenlace. El padre adoptivo del niño dijo que cuando Mónica se fue a vivir a Menorca él se quedó con el niño, pero que cuando perdió el trabajo y el piso no pudo hacerse cargo del menor. Aseguró que durante todo ese tiempo la acusada nunca llamó a su hijo y por tanto negó (como ella había dicho) que le impidiera a ella hablar con el menor. "Era yo quien llamaba", dijo.

Admitió que había agredido al niño. "Por desgracia es verdad, le pegué… no sabía que tenía la piel tan delicada", afirmó, corroborando así de alguna manera la tesis de la defensa de que Mónica realizó un viaje a Galicia al saber que su hijo estaba desatendido.

Las declaraciones de las tres parejas de Mónica evidencian cómo la mujer inventó para cada uno de ellos distintas versiones sobre la falsa muerte de su hijo en accidente de tráfico, en distintas circunstancias.

El hombre por el cual Mónica se desplazó a vivir a Menorca explicó al jurado que conoció a la mujer por internet, y que supo del menor cuando se desplazó unos días a Menorca de vacaciones en julio de 2008. En todo momento, Mónica le habló de él como su sobrino. Y él no lo cuestionó, pese a que observó que en alguna ocasión el niño la llamó mamá, "se miraban y cambiaban". El testigo incluso llegó a decir que la acusada le explicó que la madre del niño había desaparecido y que ella y su familia se habían hecho cargo del menor, especialmente ella.

Sin más, un día cuando él regresó de trabajar el niño ya no estaba. Asegura que no notó nada raro en Mónica. Al año siguiente, cuando le preguntó a su compañera si el niño volvería de vacaciones le dijo que no, "no sé qué problema me dijo que había". Y Mónica, según su ex compañero, luego le llamó al trabajo y le explicó que el niño había tenido un accidente de tráfico. A partir de ahí -dice el testigo- Mónica sí que estuvo "bastante triste".

Finalmente, el testigo negó que la Policía le hubiera indicado -el día de la detención- que presionara a la acusada para que confesara. Comentó que se vieron en la Comisaría. "Yo le dije que dijera la verdad y ella me decía lo siento, perdona. Pero yo no entendía nada ni sabía lo que estaba pasando", afirmó.

Tampoco compartió la afirmación de la acusada de que el día de los hechos ella y el niño lo acompañaran a él al trabajo. Solo fue ella, el niño se quedó en la casa.

La tercera versión sobre la falsa muerte de su hijo en accidente de tráfico fue para su tercera pareja, su marido, al que conoció -según declaró ayer él ante el jurado- en marzo de 2010 también a través de internet.

Según este hombre, la mujer le contó que su hijo había muerto en un accidente de tráfico "un 8 de marzo", de un año que no supo concretar. Añadió que Mónica le transmitió que se sentía responsable porque, según ella, el accidente había ocurrido cuando el menor iba en el coche con su padre, ya que ella no había podido ir a recogerlo.

Después, una vez que ya trascendió el hallazgo del cadáver, explicó que la mujer le dijo "que no se acordaba. Solo recordaba haber ido a desayunar y tenerlo abrazado ya muerto, que no se acordaba de nada más. Específicamente me dijo que no se acordaba de dónde lo dejó". Y que tenía la música muy alta.