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Ayer por la mañana, el futuro económico del Ayuntamiento de Ciutadella pintaba negro, muy negro. El equipo de gobierno al completo compareció ante los medios de comunicación para explicar que el Ministerio de Hacienda dejaría de aportar al Consistorio la mitad del dinero que traspasaba hasta ahora.

En total, 2.369.660 euros menos de cara al año que viene. A esto había que sumarle que antes de esta noticia, las cuentas para el próximo año ya partían con una cifra negativa de 1.684.174 euros, y que la subida del IVA encarece también los servicios que el Ayuntamiento compra a otras empresas. Así, se planteaba un déficit total para el próximo año de 4.093.835,47 euros imposibles de asumir que, según el alcalde José María de Sintas, obligaba a adoptar "medidas drásticas que nunca habríamos querido adoptar".

Sobre la mesa, el PP puso un incremento del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de un 10 por ciento, para recaudar 1.200.000 euros más. Además, se propuso también traspasar la gestión del geriátrico municipal al Govern balear, puesto que este servicio supone un coste de 1,7 millones de euros y el Consistorio no tiene la competencia en esta materia.

Por último, se planteaban también otros recortes, como externalización de servicios que ahora presta el Consistorio o rebajar el coste de los servicios que el Ayuntamiento tiene contratados a empresas para temas como el de la limpieza. "Son medidas sinceramente espantosas", valoraba de Sintas, a lo que la teniente de alcalde de Hacienda, Francisca Marquès, añadía que "nos jugamos la supervivencia de esta institución y de sus trabajadores".

Todas estas medidas, no obstante, deberán ser debatidas con la oposición, puesto que el PP está en minoría en el Ayuntamiento y pretende que sean discutidas en el pleno de la próxima semana para que puedan entrar en vigor ya el próximo año. De hecho, en la comparecencia de ayer ante los medios, después de una reunión muy madrugadora con los portavoces de los otros partidos, desde el Partido Popular se reiteró en muchas ocasiones el papel de "corresponsabilidad" que en este caso tiene la oposición.

De Sintas recordó que "he pedido perdón por la mala gestión económica que hizo mi partido, pero ahora toca que los 21 concejales lleguemos a un acuerdo para solucionar esta situación, independientemente de colores políticos, porque gobierne quien gobierne, la solución será la que proponemos nosotros".

El alcalde aseguró estar abierto a cualquier propuesta de los otros partidos, e incluso fue más allá al asegurar que "si otros saben la manera de cumplir los presupuestos sin aumentar los impuestos y reducir servicios, no tendré ningún problema en dejarles mi sitio mañana mismo".

Interpelado por las propuestas de recortes, el equipo de gobierno descartó reducir el personal del Ayuntamiento, a excepción de la decisión ya aplicada de no ocupar las bajas que se generen por jubilación de los funcionarios actuales. "Sería la última medida que adoptaríamos", defendió el alcalde, asegurando que despedir personal supondría aumentar la carga económica de Servicios Sociales.

De negro a gris oscuro

De Sintas ya anunció por la mañana que viajaba ayer mismo a Palma para abordar la crítica situación del Consistorio -"el Ayuntamiento ya no está en la UCI, está casi muerto", aseguró- con el presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, y el vicepresidente económico, Josep Ignasi Aguiló. Tras este encuentro, el futuro negro se convirtió en un futuro gris.

De entrada, la propuesta de que sea el Ejecutivo autonómico quien se haga cargo del geriátrico quedó prácticamente descartada, pero se abrió otra puerta, según el alcalde. Así, tras reunirse también con Aguiló y Bauzá, el Govern balear planteó la posibilidad de compensar económicamente al Consistorio durante los tres años en que el Estado reduzca a la mitad su aportación a Ciutadella. Sería un dinero que debería devolverse, pero que permitiría al Ayuntamiento disponer de liquidez económica durante este período. No obstante, ésta es ahora mismo una puerta abierta, pero no confirmada.

En esa misma reunión, el Área Económica del Govern se comprometió también a intermediar con el Ministerio de Hacienda para intentar hallar una solución para Ciutadella. "Cabe recordar que el equipo de gobierno ha hecho los deberes y sí ha presentado un plan de ajuste, aunque no se haya podido aprobar", argumentaba el alcalde. En este sentido, esta vía podría incidir en la opción de que el Estado no redujera en un 50 por ciento su aportación al Ayuntamiento, sino que ese porcentaje fuera del 25 por cien.

Con estas dos posibles vías abiertas, de Sintas hablaba de "prudencia". Lo hizo incluso después de hablar personalmente vía telefónica con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. El mandatario recordó al alcalde que la ley es la que es, pero se comprometió a estudiar el caso en cuanto recibiera la documentación.