Caminos rurales. La organización ha intentado prescindir del Camí de Cavalls para descubrir el paisaje interior con acuerdos con la propiedad - Kike Cardona/Niní Marquès

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Con los nervios previos al inicio de la primera ruta y con más de 500 bikers con toda la energía en la línea de salida, la Volta en BTT a Menorca arrancó ayer a mediodía desde el Sport Bike Center de Cala en Blanes. El presidente de la Penya Ciclista Ciutadella, Pau Allès, fue el encargado de cortar la cinta de salida junto al conseller Juan José Pons y la concejal Inmaculada González.

Los 150 participantes de Mallorca, Eivissa y Formentera, que no pudieron llegar a Ciutadella el miércoles debido al temporal, consiguieron llegar ayer con el "Nura Nova" de Iscomar. Los bikers visitantes llegaron justo al inicio de la etapa, por lo que la mayoría tuvieron que sumarse al pelotón poco después, desde la Plaça des Born y no desde el Sport Bike Center como el resto de inscritos. Además de estos participantes llegados desde las otras islas, destacó la participación de bikers procedentes, sobre todo, de Catalunya y la Comunidad Valenciana, y algunos extranjeros que vienen de Inglaterra o Portugal.

El tiempo fue benévolo en la etapa de ayer, la más larga de esta edición, con un recorrido de 65 kilómetros entre los términos de Ciutadella y Ferreries. El pelotón pedaleó de Cala en Blanes a Ciutadella, por el Camí de Sant Joan de Missa hasta Macarella y de allí a Cala Galdana. En dirección a Ferreries se hizo el primer descanso en Es Barrancó. Luego, la ruta prosiguió por la carretera general, se desvió por el Camí de Son Bell Lloquet Vell, regresó a la Me-1, y partió por el Camí de s'Almudaina hacia La Vall. Desde allí, los ciclistas tomaron la carretera de Cala Morell en dirección a Cala en Blanes. Los bikers destacaron la novedad de la ruta, al transitar por caminos por los que no habían pedaleado nunca. De hecho, las tres rutas de esta edición destacan por apenas discurrir por el Camí de Cavalls, a diferencia de anteriores ediciones de la Volta en BTT. Así, los únicos tramos del camí de Cavalls que ayer se utilizaron fueron el Camí Vell de Sa Farola y de La Vall a Ses Fontanelles. Con el novedoso itinerario, los bikers pudieron descubrir tramos de la Menorca rural interior, para muchos desconocidos. La organización había pactado con los propietarios el paso por fincas particulares como Santa Maria y Son Fonoll, en las proximidades del Barranc d'Algendar; S'Almudaina, Sa Font Santa y Son Àngel, entre otras.

Desde las 12.30 horas en que se produjo la salida, los primeros en llegar al Sport Bike Center lo hicieron a las 16.16 horas, mientras que los últimos bikers alcanzaron la meta a las 17.45 horas. Según informa la organización, los horarios se cumplieron según lo previsto, sin incidencias destacables.

Al inicio de la etapa, los organizadores esperaban que hubiera mucho fango y charcos en los caminos tras la tempestad del miércoles. No obstante, los ciclistas apenas se toparon con zonas fangosas, lo que evitó las averías ocasionadas por transitar por puntos inundados. Sin embargo, antes del paso de los ciclistas, miembros de la organización tuvieron que apartar algunos pinos caídos en tramos de la ruta. Gracias a esta labor, las caídas fueron esporádicas. Se detectaron las habituales rascadas o contracturas, sin tener que lamentar ningún accidente de importancia.

Desde la Penya Ciclista Ciutadella también resaltan que en la primera etapa se registraron muy pocas retiradas, lo que demuestra que la mayoría de participantes asisten a la prueba en buena forma física. El mayor esfuerzo de la ruta de ayer se concentró en el tramo final a partir de Cala Galdana. La llegada fue el mayor bálsamo, tras una prueba dura pero excitante.