Avión. J.M.G. asegura que nunca más volverá a volar con esta compañía irlandesa de bajo coste - Archivo

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El pasajero que fue expulsado el miércoles de un vuelo de Ryanair después de la discusión que mantuvo con el sobrecargo denunciará a la compañía por injurias y falso testimonio.
Así lo asegura J.M.G. dos días después de sufrir una situación surrealista y que aún no logra comprender.

El hombre, quien solo ha querido que trascendieran sus iniciales para mantenerse en el anonimato y salvaguardar su imagen y la de su familia, es natural de Catalunya aunque reside en la Isla junto a su mujer y sus dos hijos.

Este varón nunca imaginó que el viaje de tres días que había programado junto a los suyos acabara de una manera tan ridícula.

J.M.G. explica que el pasaje fue embarcado en torno a las 17 horas y tras "una hora sentados en el avión, con un calor insoportable y sin explicaciones por parte de la tripulación, la gente empezó a pedir explicaciones, ya en un estado nervioso por una información que no llegaba o era confusa". Los timbres sonaban insistentemente y la tripulación "se limitaba a decir que el retraso se debía a motivos de tráfico aéreo", señala.
Uno de los azafatos del vuelo se paró a atender a un matrimonio quien exigía "la verdad" sobre el retraso que se estaba acumulando. J.M.G. se levantó de su asiento también para solicitar información y explicaciones cuando, según explica el afectado, la contestación del auxiliar de vuelo fue "tú cierra la boca", J.M.G. salió de su asiento "y le dije de todo menos guapo con mi timbre de voz que ya es fuerte de por sí".

En el mismo vuelo viajaba un Policía Local, según el expulsado, quien intervino en la situación y "me volví a sentar". Tras el altercado, la sobrecargo del vuelo reclamó la intervención de la Guardia Civil personándose en la aeronave cuatro agentes.

J.M.G. indica que los guardias "intentaron convencer al capitán para que la situación no fuera a más pero el máximo responsable del vuelo no quiso y pidió mi expulsión".
Además, indica que el azafato, quien había abierto la caja de los truenos, también solicitaba a la sobrecargo que lo dejara estar sin que esta accediera a sus peticiones.
El pasajero fue expulsado del avión y acompañado por los agentes de la Guardia Civil hasta la salida "sin que me tomaran declaración, tan solo me dijeron que la compañía suele actuar así cuando un pasajero alza la voz".

Reconoce que se exaltó y que contestó de malas formas al azafato, aunque se justifica resaltando que "quien provocó la situación no fui yo y si te dicen que te calles, ¿cómo reaccionas?".

Asimismo, J.M.G. resalta que el documento que recoge el altercado y que posee la Guardia Civil explica que la sobrecargo declaró que el pasajero había amenazado al azafato con pegarle. "Es una declaración falsa, yo no levanté la mano a nadie y hay testigos que lo pueden corroborar". Es por ello que J.M.G. asegura que el altercado avanzará por la vía judicial y que, por tanto, denunciará al azafato y a la sobrecargo, así como a la compañía, por injurias y falso testimonio.

El pasaje, solidarizado con este viajero, hizo una colecta para que pudiera pagarse un billete nuevo. El dinero que se recaudó, unos 30 euros, fueron entregados a su mujer, un acto que J.M.G. no duda en poner en valor puesto que "todos fueron espectadores de lo ocurrido y con esta actuación demuestran que están conmigo".

Ryanair ha dejado de formar parte del vocabulario de este pasajero quien aún no logra comprender lo sucedido.

J.M.G. regresó en barco a Menorca.